“ENTRE MUJERES INSURGENTES Y REVOLUCIONARIAS”
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES
UNAM
Jueves 29 de abril. Mujeres insurgentes
- Josefina Hernández Téllez. La educación femenina en 1810
- Layla Sánchez Kuri. Presencia femenina en la Independencia.
- Elvira Hernández Carballido. Leona Vicario, la corresponsal de los insurgentes.
- Rosalinda Sandoval Orihuela. Los taconazos de Doña Josefa
Moderador: Vicente Castellanos Cerda
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Salón 12 Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
Viernes 30 de abril. Mujeres revolucionarias
- Rosa María Valles Ruiz. Periodista y feminista: Hermila Galindo
- Elsa Lever M. El Universal y las mujeres periodistas
- Gloria Hernández Jiménez. Mujeres, revolución y fotografía
- Francisca Robles. Los corridos y la presencia femenina
Moderadora: Noemí Luna García
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Sala Lucio Mendieta, Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
EDITORIAL DE ENERO 2010
Por Elsa Lever M. Periodista con Maestría en Comunicación por la FCPyS de la UNAM, diplomada en Género por el PUEG de la UNAM, y en Feminismo por el CEIICH de la UNAM, es Directora de http://www.mujeresnet.info/ Me había resultado tan apabullante la realidad, que el año pasado el optimismo no pudo asomarse por este espacio editorial. Esta vez decidí buscar motivos para que el pesimismo no imperara, por lo menos no en este primer editorial del recién estrenado 2010. Ensayé muchas maneras de desearles un feliz y próspero año nuevo, pero una vez más la realidad se empeña en quitarle color al panorama hasta dejarlo en tonos grises, casi marca de agua... Por ejemplo, desearles "prosperidad" parece una burla, si no es que una grosería. ¿Año próspero cuando iniciamos con un aumento de precio (a tres pesos) al Metro de la ciudad de México, con el anuncio impreso en los mismos boletos de que en realidad es un apoyo a nuestra economía, porque el verdadero valor del viaje en Metro es de nueve pesos? ¿Año próspero cuando iniciamos con aumentos en la gasolina, diesel, gas LP, casetas en carreteras, celulares? ¿Cuando entran en vigor el aumento al IVA, ISR, y ajustes al costo mínimo del agua? ¿Y todos los incrementos que por ende se darán en los alimentos, incluyendo el de la tortilla, alimento básico de la población mexicana? ¿Y el ajuste que hará el transporte? ¿Año próspero cuando ya estamos sufriendo el abuso por aumentos no autorizados aún, y el del salario mínimo sigue siendo equiparable a una seña obscena? Pero de verdad lo intenté. Probé con "felicidad", al cabo que remite más a un estado anímico personal, que con gran esfuerzo podemos mantener a flote a pesar del entorno adverso. Sí, un feliz año nuevo parece más viable, pero me duró hasta que un misógino y homofóbico Esteban Arce utilizó impunemente el medio televisivo (Televisa) para desinformar, ofender y trasladarnos por unos minutos al pasado, aquél de la Inquisición o del Ku kux klan... O cuando constaté, una vez más, esta infiltración "hormiga" de la iglesia católica en los medios, sobre todo la televisión... Tenemos nuestro par de minutos de misa hasta en los noticieros... ¿Pues no que una de las características de nuestro Estado es la laicidad? ¿Que, principalmente, la educación y el derecho son laicos? Nuestras leyes están tan permeadas por el catolicismo que parecen biblias, y la televisión, púlpito. Si en este Estado nada es laico, ¿por qué no nos hacen el milagrito de tener gobernantes, autoridades, legisladores y leyes reales? Lo intentaré una vez más: Les deseo un feliz y tan próspero año 2010 como nos lo permitan las ideas retrógradas y este desangrante costo de la vida... » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Las Mujeres en 2010
Por Sara Lovera Periodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, Mujeres Net, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz. 2010 es un año mítico. Los análisis van de la objetividad a la ficción. Es de todas maneras un año cabalístico por el bicentenario. Me pregunto si se consolidará, en el voto popular, la política conservadora y contra las mujeres. Me pregunto si en las elecciones en 13 entidades del país, el tema de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres será un factor de debate y de premio o castigo a los partidos que han mutilado derechos y si habrá algún entusiasmo para presentar candidaturas femeninas y feministas en las 10 gubernaturas en disputa, las 451 diputaciones locales y los mil 481 ayuntamientos. Lo cierto es que el entusiasmo por el avance de las mujeres está de color gris. Y el entorno de miedo, acoso, pérdida de capacidad adquisitiva y de empleo, pudieran disminuir las expectativas políticas para las mujeres, no para los partidos. En 2010, no esperamos una revuelta, para nada, a pesar de las predicciones. Continuará la violencia y nos llenaremos de discursos vacíos, usando sin entender ni reconocer la historia, esa que nos heredó el liberalismo y la política social. Lo interesante es que si habrá debate, amplia difusión y respuesta a lo acontecido en torno al derecho a interrumpir un embarazo, colocado en la agenda legislativa federal y que podría influir en los resultados electorales. Las elecciones de 2010 signadas por el poder y su distribución entre la clase política de características masculinas, aunque haya mujeres en el entorno son sin embargo paradigmáticas. No por lo que consideran como asunto principal “analistas” de diversos niveles, con pantallas televisivas lamentables, me refiero al peso que dan para las elecciones como factor que calificará al gobierno bajo sospecha de Felipe Calderón, por el contrario, estos procesos en prácticamente la mitad del país, mostrarán el poder priista y el espacio conservador en la sociedad. Lo cierto es que terminamos 2009 con 18 entidades en retrocesos respecto de la interrupción legal del embarazo, la amenaza de cercenar este derecho en el Distrito Federal parece creciente, los responsables son directamente los diputados locales y gobernadores al estilo del veracruzano Fidel Herrera, perdidos, jugando a fondo con la derecha en su expectativa hacia 2012, fecha de cambio presidencial. En 13 entidades del país se renovarán congresos y por tanto existe la oportunidad de castigar a los que han actuado en contra de las mujeres o “premiarlos” con la fuerza de la iglesia católica, el control del PRI y el conservadurismo, que tal vez, no podemos aceptar como el resultado funesto de nuestras luchas libertarias que se celebran desde este primero de enero. En 6 de esas 13 entidades se elegirán gobernadores, Poder que consintió el cambio constitucional como Veracruz, Oaxaca, Puebla, Durango, Sinaloa y Chihuahua, ahora sabremos si habrá premio o castigo. Si hay conciencia social sobre los derechos de las mujeres. En Baja California, Yucatán y Chiapas habrá renovación de diputados y ayuntamientos exclusivamente. La señora gobernadora de Yucatán, Yvonne Ortega, el 16 de mayo se pondrá a prueba, con toda la maquinaria electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI). En pleno bicentenario, en el sitio donde se inauguró el feminismo organizado y potente en 1916. Ahí, en Yucatán, se legisló en 1922 el aborto legal por razones económicas; en esa entidad se distribuyó por primera vez información detallada sobre la anticoncepción; donde fue electa la primera diputada local y se consideró el bastión del feminismo de la Revolución Mexicana; es el mismo Yucatán donde se ha prohibido el aborto en todas sus formas y se amenaza y hostiga a las luchadoras por esas libertades. También habrá oportunidad de hacer cuentas con los gobiernos de Oaxaca, golpeada tan duramente por las decisiones gubernamentales; Zacatecas donde no hay cambio constitucional, pero en el que una mujer gobernadora y de izquierda –Amalia García- se puso a prueba constantemente y tuvo que sacrificar temas feministas de cara al golpeteo de la familia del senador Ricardo Monreal, otrora fundador de la idea de que las mujeres dejen los lugares a los hombres en las listas electorales. La mayor parte de las jornadas electorales serán el 4 de julio, pero antes de que termine el primer mes del 2010 ya habrá convocatorias, precampañas intensas, promesas y programas de gobierno esquemáticos. Chiapas y Tamaulipas celebran elecciones al final del año (octubre y noviembre), en el primero se podrían hacer cuentas sobre la violencia contra las mujeres, la forma tan grosera del cambio legal contra los derechos de las mujeres y en Tamaulipas el feminicidio y la pérdida de los empleos son grandes asuntos para las mujeres. La renovación de poderes en mil 481 ayuntamientos, más de la mitad del país, sería una oportunidad para las mujeres, el poder local es muy atractivo. Lo grave es que es ahí donde se anida el tema del atraso, donde no ha habido representación femenina más allá del 3 por ciento, donde las iglesias experimentan sus mejores artes de control y sus mejores oficios para obstaculizar el progreso, en los 570 ayuntamientos de Oaxaca o los más de 200 de Puebla, los muchísimos de Veracruz, adicionalmente, campea la pobreza y el abandono en todo sentido. La posibilidad de avance parece pequeña. No obstante si las mujeres consiguieran movilizarse en todos estos espacios de oportunidad, no para candidaturas sino con una estrategia de denuncia, de presión, de propaganda contra esos políticos que hay que señalar, si se hiciera una inmensa campaña de información, casa por casa, explicando al mal gobierno, las mujeres en 2010 podríamos dar un buen susto a los dueños de la vida y dineros de México, para hacer honor a las celebraciones centenarias de la Independencia y la Revolución. Veremos. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Desde la resistencia. Mujeres de opinión
Por Elsa Lever M. Periodista con Maestría en Comunicación por la FCPyS de la UNAM, diplomada en Género por el PUEG de la UNAM, y en Feminismo por el CEIICH de la UNAM. Directora de http://www.mujeresnet.info/ El concepto de resistencia está basado en la postura de Foucault (1979), pues se concibe a partir del supuesto de que la sociedad y las relaciones entre hombres y mujeres son un entretejido de poderes. De esta forma, el poder es una relación y no un rasgo individual; el poder no se detenta, no se apropia sino se ejerce y se revela en todas las esferas de la vida social: en la familia, en el barrio, en el lugar de trabajo. Desde esta perspectiva, para que el poder se ejerza es necesario que el otro sea un sujeto activo, que responde, reacciona, resiste; el poder es enfrentamiento, es lucha. Así pues, las mujeres, aunque subordinadas, ejercen poderes que pueden llevar a cambios en su condición social. Según Foucault (1979), si no hubiese resistencia no habría relaciones de poder y se hablaría sólo de obediencia. La idea de resistencia se vincula con un proceso creativo, resistir es constituirse en un agente activo de cambio. PARA LEER EL ARTICULO COMPLETO SIGUE ESTE LINK Etiquetas: Ovario Fuerte de Elsa Lever M. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
2010, nuestro año
Por Elvira Hernández Carballido Doctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación. Profesora investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, fue jurado en el reciente Premio Nacional de Periodismo. En este inicio de año, mi orgullo feminista me hace evocar a las mujeres que también forman parte de nuestra historia pero que conforman la mía ¿Ustedes a qué mujeres recuerdan? ¿Quiénes le llenan de orgullo? ¿Qué mexicanas han escrito nuestra historia como país y como mujeres pero al mismo tiempo tienen que ver con nuestra historia personal? ¿Quiénes nos han descubierto en diversos espejos? ¿Quiénes han roto comportamientos y mitos patriarcales y nos han contagiado o las hemos querido seguir, imitar, asemejar? En un recuento personal, yo evoco la “sombra de mi bien esquivo” y Sor Juana Inés de la Cruz aparece con esa tenacidad de estudiar. Ante la imposibilidad de ser admitida en la universidad, se vuelve cautiva de un convento. Donde escribe villancicos, sonetos, romances, comedia, sátiras y respuestas inteligentes para quien cuestiona su sabiduría. Junto con ella que sencillo resulta recitar: “Yo no puedo tenerte ni dejarte, ni sé por qué, al dejarte o al tenerte, se encuentra un no sé que para quererte y muchos si sé qué para olvidarte”. A nombre de Leona Vicario, repito la frase que defiende la certeza femenina de participar en la guerra de independencia por amor auténtico a la patria y a la libertad de un pueblo oprimido. Ella la escribió en el periódico El Federalista, cuando Lucas Alamán consideraba que las mujeres mexicanas participaron en el movimiento por amor a sus hombres pero sin compromiso patriótico. Leona Vicario le pide acepte su error porque las mujeres también tienen amor a su patria. Me topo con mujeres del siglo XIX que en 1876 fundaron el semanario “Las Hijas del Anáhuac” y publicaron convencidas que la prensa representaba el espacio ideal para expresarse y decirse quiénes son y quiénes deseaban ser. Memorizo los artículos de la mexicana Laureana Wrigt, fundadora de la revista “Las violetas del Anáhuac” y admiro su texto periodístico donde afirma que la mujer perfecta es la que cree en sí misma. Una mujer que quiere ser esposa y empresaria, madre y luchadora social, hija y ciudadana, hermana y profesional. Puedo releer los contenidos del periódico feminista “Las mujer mexicana” y descubrir mujeres que luchan por sus derechos, que afirman que ese naciente siglo XX serría el siglo de la mujer. Me embeleso con la imagen de esa Adelita que se asoma en el estribo de un tren. Es una imagen eternizada que representa a la mujer luchadora y valiente, segura e invencible, que lo mismo enfrenta a los dictadores, que exige justicia y libertad. Me identifico con las llamadas pelonas de los años veintes, que cortaron sus trenzas y con su cabello a la altura de las orejas para mostrar rebeldía y coraje contra una sociedad que insistía en ignorarlas o forzarlas a ser lo que el patriarcado ordenaba representaba ser una mujer. Observo a las luchadoras del voto femenino, con sus carteles al frente y a la espalda, exigiendo su derecho a ser consideradas ciudadanas. Identifico a las primeras reporteras, Magdalena Mondragón y Elvira Vargas, persiguiendo las noticias a la par de sus compañeros. No puedo dejar de pensar en Frida Kahlo reconociéndome en sus autorretratos, aceptándome diferente pero no ajena, descubriendo en mi espejo lo que ella no es y yo he querido ser. Ahí está también Nahui Ollin con sus dibujos, sus ojos verdes enormes, y sus desnudos que escandalizaron a la sociedad conservadora de un México post revolucionario Rezo ese poema que ella escribió donde confiesa: “En mis medias hay algo que es mi carne que los hombres siempre miran de lejos, de cerca, con placer, con algo más que deseo”. Rosario Castellanos me hace meditar desde el umbral. También memorizo sus poemas donde me identifico porque soy mujer que sabe latín y peleo ferozmente para tener buen fin. Comprendo su poema “Ajedrez y me estremece la primera frase: “Porque éramos amigos y a ratos nos amábamos”. Las feministas de los años setentas me convencen que “lo personal es político”. Acepto como doña Elena Poniatowska que soy feminista abnegada mientras intento escribir como ella para dar voz a mi país. Y mi madre periodística Sara Lovera, me enseña a hacer periodismo feminista. Ángeles Mastretta escribe para arrancarnos la vida y con Lupita canto que soy mujer como cualquiera. También me rompo las medias y canto que no estoy loca solamente desesperada como la Trevi. Escucho la voz de Carmen Aristegui por la radio y descubro que el periodismo late con vida en un cuerpo femenino. Y en una llamada telefónica, en un espacio virtual, en un correo electrónico, en una reunión de amigas, en una charla de café descubro a mis amigas y reconozco la fortaleza honesta de Josefina Hernández Téllez, la impertinencia adorable de Rosalinda Sandoval, la voz inconfundible de Regina Montaño, el estricto cariño de Francisca Robles, la alegría de vivir de Elsa Lever, el optimismo de Layla Sánchez Kury, la inspiración de Rosa María Valles, la irreverencia de Silvia Rodríguez, el reencuentro con Isabel Barranco… Entonces me doy cuenta que en México, las mujeres que admiro son eternas, constantes e infinitas. Mexicanas que son inspiración para vivir. 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Una columna para levantar el ánimo
Por Guadalupe López García Periodista con Especialización en Estudios de la Mujer por el PIEM de El Colegio de México, se ha desempeñado como guionista y productora de radio; colaboradora, editora y coordinadora editorial en diversos medios como el IMER y la SEP, La Jornada, El Día, Uno más uno, Fem y Notimex. Trabajó en el Centro Integral de Apoyo a la Mujer “Esperanza Brito de Martí” en y fue coordinadora de la Unidad Delegacional de Iztacalco del Inmujeres-DF. Ha recibido reconocimientos a su labor periodística y en defensa de los derechos de las mujeres por parte de la AMMPE, Conmujer, Cimac y la delegacion Iztacalco del DF. Así me lo pidió Rosa María, quien fue por más de 20 años administradora de la desaparecida Revista Fem. Y es que decía que con tantas noticias malas (en México y en el mundo), y con tanta gripe e infecciones en las vías respiratorias, el ambiente es muy propicio para la depresión. De hecho la depresión, leí en mi periódico de cabecera, es la enfermedad del siglo XXI. Y si no, al menos es la palabra más sonada en lo que va del siglo. Depresión en los niños, niñas, jóvenes, hombres, adultos y adultas mayores (ancianos, viejos, pues), en los mercados (financieros) y sobre todo en las mujeres. Depresión aunada a la tristeza, la melancolía, el miedo, la vergüenza y la impotencia; producto del desempleo, la pobreza o la violencia, generados por las políticas económicas y la cultura. Bueno… pero ¿no que esta columna tendría que levantar el ánimo? Es una tarea difícil. Creo que el más contento y “optimista” es el que detenta el poder ejecutivo federal en México, Felipe Calderón, quien dice que será el año de la recuperación. No sé y esto incluya a las mujeres quienes son de las más afectadas por sus políticas y por la violencia generalizada en todo el país. Calderón también nos dijo que vivamos con alegría este año cuando se conmemoran cien del inicio de la llamada “Revolución mexicana” y doscientos de la “Independencia de México”, al que se le ha “incorporado” la supuesta “perspectiva de género” al hablar de la participación de las mujeres en esos acontecimientos. Hasta ahí. Otros de los optimistas son algunos medios de comunicación con sus programas que hablan de echarle ganas, echarse porras, sacudirse las malas vibras, levantarse con ánimo, ver el vaso medio lleno y no medio vacío, etc. Nos dan recetas para ello: poner el borreguito atrás de la puerta, ponerse el calzón rojo, barrer, o comprarse los amuletos de plástico, vidrio, metal o de diferentes cristales petrificados. Nos dicen cómo hacer los propósitos para el año, entre los principales: bajar de peso y conseguir novio o marido. Como si no tuviéramos otras metas en la vida. Tal vez podrían ser que este año se resuelva el conflicto en Chiapas, tema desplazado y olvidado por otros como la violencia y la “guerra contra el narcotráfico”; o que se estableciera un programa efectivo para detener los feminicidios en el país. Por cierto, palabra que no gustaba mucho a los gobiernos, pero que ante la evidencia, tuvieron que aceptarla al menos en el discurso. Por otro lado dan ideas para que las mujeres se organicen mejor, les alcance el tiempo y poder cumplir sin contratiempos todas, absolutamente todas sus tareas (quehacer de la casa, crianza de las y los hijos y los maridos, cumplir en la oficina o el trabajo). Dice una locutora radial en el momento en que estoy haciendo esta columna: así les queda tiempo para ver televisión, escuchar música o tejer. Quizá desde otro grupo de mujeres que son además luchadoras sociales, el mensaje podría ser que con el tiempo que les sobre pueden hacer manifestaciones por las reformas aprobadas que penalizan el aborto en 18 estados del país; montar una huelga de hambre por el cierre de la compañía de Luz y Fuerza del Centro; hacer marchas por pedir que se castigue a las y los verdaderos culpables del incendio de la guardería del IMSS en Sonora, al norte del país, o que se esclarezcan los crímenes de luchadoras sociales en Chihuahua, también al norte. Para las mujeres campesinas, las que viven en la calle, las indígenas, las que optan por vivir su sexualidad de modos distintos a las heterosexuales, o las adolescentes, las situaciones son otras; la lista es interminable. Pero estas realidades no son tomadas en cuenta por muchos medios de difusión, que engloban a todas las mujeres como si fueran de clase media, amas de casa, madres y trabajadoras de medio tiempo. Así nada más. Las que no entren en ese patrón son consideradas como otros grupos de población; pero además, a todas: las políticas, las activistas, las amas de casa, las deportistas, las científicas, las burócratas y hasta las feministas, nos piden hacer más, además de lo que tenemos que hacer por el sólo hecho de ser mujer. Podemos andar en la calle repartiendo volantes o ir de compras a los centros comerciales siempre y cuando dejemos la casa limpia (ya sea por nosotras mismas o a través de una trabajadora asalariada) y lleguemos a tiempo para estar con las y los hijos (si es que los tienen). No es una cosa por otra, es todo. Y luego por qué dicen que somos las más afectadas por la depresión. De igual forma, las “amas de casa” hacen uso cada vez más de los blogs (La Jornada, 20 de octubre, 2009), pero para hablar de la vida familiar, por lo que las grandes empresas ya van tras ellas. Esto es un indicador de cómo la sociedad quiere a mujeres “tradicionales” (sin tomar en cuenta la gran diversidad de expresiones) en un nuevo siglo “moderno”. Y en esto, la derecha va avanzando. Entonces ¿cómo hablar de optimismo? Hablar de la situación de las mujeres (y de problemas en particular) no es para sumirnos en la depresión, sino para sentir coraje. El coraje mueve. La amargura paraliza. Coraje, no furia que mata. Justicia, no venganza. Las frases: ¡Ya basta! ¡Ni una más! ¡Nunca más! no han sido suficientes; ni las campañas, ni las protestas. No puedo pedir que las mujeres hagan más de lo que ya hacen, pues sería caer en lo mismo que nos dicen todos. Las activistas feministas hacen mucho, pero a veces el costo es muy grande y de tanto que se abarca es poco lo que se aprieta. No tengo la fórmula para dar ánimos. Lo que tengo es agradecimiento a muchas mujeres (también a hombres, faltaba más) por lo que han hecho por otras mujeres; memoria para recordar a las que se fueron el año pasado y tiempos atrás; ánimos para seguir, y gozo por los brindis y triunfos que vendrán. Etiquetas: Crónica Feminista de Guadalupe López » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Nana Lu
Por Lucía Rivadeneyra Comunicóloga por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Cursó la maestría en Literatura Mexicana, en la Facultad de Filosofía y Letras. Sus libros 'Rescoldos', 'En cada cicatriz cabe la vida' y 'Robo Calificado' fueron merecedores de los Premios Nacionales de Poesía “Elías Nandino” (1987), “Enriqueta Ochoa” (1998) y “Efraín Huerta” (2003), respectivamente. En 2007, publicó la antología personal 'Rumor de tiempos'. Su material poético está incluido en numerosas antologías. La han traducido a diversos idiomas. Catedrática de la UNAM desde 1980, ejerce el periodismo en medios de circulación nacional. “No se valen los compromisos desde lejos, por Internet, ni las palabras de aliento desde las oficinas gubernamentales. Hace falta y se exige ensuciarse los zapatos, caminar hombro con hombro con los pobres, charlar en medio de la lluvia, del frío y la desolación. Para comprender la pobreza hay que sentirla allá donde el frío se mete por todos los rincones y los niños lloran por un pedazo de pan. “Eso es lo que hizo Tata Vasco. Por eso su imagen es tan grande y su recuerdo es tan querido y tan alentador”. Y eso es lo que ha hecho una mujer que nació en los años sesenta, en la zona lacustre de Michoacán, en Santa Fe de la Laguna. Una mujer que asume con orgullo su lengua materna: el p´urhepecha; que aprende español, estudia y tiene gran capacidad de convocatoria e invita a las mujeres de su comunidad para trabajar juntas; participa en programas de radio, escribe libros, es funcionaria… Poco a poco ha rebasado las fronteras de su pueblo, de las ciudades más inmediatas, de su estado, de su país. Y no se detiene. María Guadalupe Hernández Dimas toma, desde que tiene memoria, un camino en pos del bien más preciado de los seres humanos: la libertad. Michoacán es un Estado exuberante, de mar y de montaña, de volcanes y lagos, de tierra caliente y serranías. Cuenta con grandes y graves momentos de la Historia nacional, es cuna de personajes memorables. Sus ciudades conservan diversa arquitectura tanto civil como religiosa. Morelia, su ciudad capital, alberga entre otras decenas de actividades, tres Festivales Internacionales: de Música, de Cine, de Órgano y el Encuentro de Poetas del Mundo Latino. En 1991, el Centro Histórico de Morelia fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Michoacán es rico en gastronomía, música, deshilados, alfarería, celebraciones, sitios arqueológicos… Y si bien es cierto que Michoacán y muchas de sus poblaciones poseen un sinnúmero de bondades, también es cierto que la opresión hacia las mujeres continúa de manera dramática. En los años cincuenta, cuando Marbella acompañó a Gaspar, su marido, (madre y padre de quien esto escribe) a diversos pueblos del Estado, al inicio de su ejercicio profesional como médico, algunas de las cosas que les indignaban a ambos, quizá más a ella que se daba el tiempo de observar mientras él atendía pacientes, era que las mujeres caminaran atrás de los hombres; que éstos y los niños trajeran huaraches, pero sus esposas y las niñas anduvieran descalzas; que los maridos golpearan a sus mujeres si parían una nena y no un varón; que si llegaban a tener carne para comer era para el sexo masculino “porque se iba a la labor y” y no para el femenino “las viejas se quedan en su casa” y así, un sinfín de cotidianidades . Los rayos de luz y de esperanza que han surgido en el Estado han sido generados por mujeres que salieron de su casa e iniciaron una lucha diaria por superar la desigualdad, la pobreza y la marginación. Esto tiene que ver con derribar tres murallas: son mujeres, son pobres y son indígenas, lo cual es el extremo de todo. En nuestro país, en donde el racismo es brutal, el color de la piel y hablar otra lengua produce rechazo y diversos tipos de segregación. En estas condiciones nacen miles. María Guadalupe Hernández Dimas, Guadalupe, Lupe, Lupita o Nana Lu, este último nombre el más socorrido por el cariño y respeto que implica, lleva a cabo una labor cotidiana. Más que currículum respetable (que lo tiene) ella tiene biografía, y la ha labrado con pico y pala, con miles de paletadas de cal y de arena, con la palabra en p´urhepecha y en español, con la sabiduría que da la experiencia de recorrer a pie la tierra, con ir de casa en casa, con el hecho de hablar con la gente que rodea. Por eso, las líneas con las que se inicia este texto son auténticas, en el sentido más amplio. Ella las ha vivido y ella las escribe en uno de sus libros: Vasco de Quiroga. El primer obispo de Michoacán, edición bilingüe, publicado en mayo de 2007, y hace semejante afirmación porque no se puede hablar de lo que se desconoce. Nana Lu habla con entusiasmo del fraile Vasco de Quiroga y su obra; menciona los tres ejes del compromiso de éste con los indígenas: compromiso con el más pobre; su preocupación por la evangelización; y su compromiso con la cultura y la salud. Con la serenidad en su rostro y el tono dulce de su voz, abre la puerta de su casa y a la menor provocación o sin ella ofrece su espacio, la chimenea, el comedor, el cuidado jardín, sus libros. El invierno con lluvia hace que Santa Fe de la Laguna se sienta más frío que de costumbre, pero el calor de la charla colabora a ignorar el frío. Nana Lu funda el grupo UARHI (mujer), sobre él ha dicho: su objetivo es impulsar el desarrollo de las mujeres indígenas para que se conviertan en verdaderos actores sociales y que a través de sus actividades, de su presencia creativa, y de sus unidades productivas, construyan y mantengan el tejido social. En este grupo se ha trabajado día con día, con reuniones informativas sobre cómo manejar el barro sin los riesgos del plomo, proyectos de engorda de cerdos; ahí se organizó un centro de acopio de telas, algodón e hilo de colores para la elaboración de uanengos (blusas); asimismo, diversos proyectos de créditos; capacitación para realizar labores de corte y confección; también, se realizan talleres de reflexión, encuentros, movilizaciones, publicaciones y denuncias. Y otro aspecto fundamental: ahí fue donde las mujeres empezaron a escuchar temas como equidad de género; fue ahí, donde algunas por primera vez supieron que ser mujer es muy importante y que ellas como tales tienen derechos escritos en la Constitución; y que la organización y la participación es medular en la vida diaria. Guadalupe Hernández Dimas llegó a ir a hablar con los maridos para que “les dieran permiso a sus esposas de ir a las reuniones”. Experiencias detalladas de un proyecto tan trascendente se han recogido en un libro, también bilingüe, coordinado por Nana Lu y Luis Sereno Coló, Mujeres Purépechas. Caminando entre piedras, editado por el Instituto Michoacano de la Mujer, la Secretaría de Desarrollo Social de la Mujer, el Centro de Desarrollo de la Mujer P´urhepecha y Ediciones Uahri, en 2005. Este texto reúne quince testimonios de mujeres que vieron una alternativa de vida al empezar a estar informadas y al darse cuenta que muchas padecían las mismas problemáticas, pero que tenían la posibilidad de mover su destino. Hay relatos dolorosísimos. Al final de cuentas lo son todos, de una o de otra manera, porque la opresión nunca da felicidad. Cada texto está firmado y en cada uno hay un agradecimiento a Nana Lu y Uahri, ya que según las autoras la vida de todas las mujeres que se integraron al grupo mejoró. En 2005 Guadalupe fue nominada, junto con 11 mexicanas más, al premio Nobel de la Paz. De igual forma, ha tenido diversos nombramientos como por ejemplo, titular de la Coordinación Interinstitucional para la Atención a los Pueblos y Comunidades Indígenas del Gobierno del Estado de Michoacán. Fue jefa del Departamento de Atención a Indígenas de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado, durante su gestión se financiaron 178 proyectos en 69 localidades de 25 municipios, impulsados en su mayoría por mujeres. Por otro lado, la primera gramática de la lengua p´urhepecha El arte de la lengua de Michoacán, la realizó durante la Colonia Naturino Gilberti y tuvieron que pasar siglos, para que apareciera la primera gramática moderna del p´urhepecha, Janhaskapani, la cual elaboró Hernández Dimas con el Instituto de Antropología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Además, es integrante de la Academia de la Lengua P´urhepecha. También es autora de La mujer purépecha. Una mirada desde la pobreza de sus comunidades. La dedicatoria de esta obra dice De mi pueblo P´urhépecha, Compañeras de ruta Que hemos caminado juntas Escribiendo nuestra historia En cascadas de risas y alegrías De llantos y tristezas! Guadalupe nació en Santa Fe de la Laguna. Tiene fe en la vida, sin duda. Quien la conoce deposita su fe en Nana Lu. Mientras la plácida laguna permite abrevar en sus aguas, la esperanza de que un día las mujeres ancianas no sean de las que aún -en 2010- deambulan por Pátzcuaro, descalzas, mientras intentan vender figuras de palma, “una carpetita bordada” o “chayotes espinudos, pero cocidos”. Etiquetas: Cotidianidades de Lucia Rivadeneyra » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Un 2010 lleno de esperanzas
Por Teresa Mollá Castells Periodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España. Pues sí, así lo vivo y así lo quiero compartir con quien lea estas líneas. Tengo esperanzas en que el nuevo año que acaba de comenzar sea un año de avances y consolidación en los derechos de las mujeres. Pueden llamarme ilusa, si así lo desean, pero creo que será un buen año. De momento, la ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo ya ha salvado los principales escollos y, aunque para mí se ha quedado un poco tibia en algunos aspectos, es considerablemente mejor que la existente hasta ahora. También se ha reducido el número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en el año que acabamos de despedir. Y, aunque sólo hubiera una mujer asesinada no podríamos bajar la guardia, la percepción social de este problema es otra. La formación de colectivos policiales, de los agentes jurídicos, de la sociedad en su conjunto, va notándose y eso siempre redundará en un mayor grado de implicación en este tema para así, ir convirtiéndonos en operadores de un cambio que pasa por la sensibilización continua en nuestros pequeños o grandes campos de actuación, así como en la sensibilización de la necesidad de denunciar este tipo de terrorismo por parte de todas aquellas personas que lo conozcan en su entorno. Esto, en sí mismo ya es importante. Y lo es también el esfuerzo que se está haciendo por parte de muchas organizaciones en formar, sensibilizar y prevenir este problema que nos afecta a todas las mujeres, sin distinción de edad, clase social, nivel académico, etc… todas somos potenciales víctimas y de ahí que sea importante estar formada para poder decir alto y claro: NO. También la Presidencia de turno de la Unión Europea nos va a dar la oportunidad de continuar haciendo visibles nuestros problemas como mujeres, puesto que entre otras cumbres está prevista para la primavera, realizar una de Ministras y Ministros de Igualdad. Será un buen momento para que el termómetro europeo ponga sobre las mesas y las agendas políticas algunos asuntos relativos a la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en ámbitos tan dispares como el empleo, la formación, la cultura, etc. Así podremos ver los avances que en esta materia se han dado en los diferentes estados que componen la Unión Europea. Tampoco podemos perder de vista el importante avance que, en materia de formación en esta materia, la de igualdad de oportunidades, se lleva haciendo por parte de muchas organizaciones para, de esta manera, ir desarrollando la propia Ley Orgánica de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres que se aprobó en el año 2007 y que no consta sólo del artículo que impone paridad en las listas electorales, sino que es mucho más ambiciosa, aunque las gentes del PP se empeñen en utilizar ese artículo como arma arrojadiza. En este sentido, los Planes de Igualdad contemplados también en dicha Ley, y a pesar de la crisis económica, comienzan a firmarse en las empresas y en ellos se contemplan medidas para que en ese importante sector del empleo, las mujeres podamos ocupar los espacios que hasta hace bien poco nos estaban vetados. Y también ir destapando desigualdades ocultadas por el propio sistema androcéntrico que sigue actuando en nuestras sociedades. Con estos avances, lentos pero eficaces, la negociación colectiva en su conjunto ha de incorporar necesariamente la igualdad entre mujeres y hombres en su agenda y así, llevarla a los centros de trabajo convertida en acciones concretas para ir eliminando progresivamente las actuales desigualdades que todavía perviven en las empresas. Y, por supuesto no podemos olvidar el papel de los señores de faldas largas y negras. Un papel con un discurso sexista, discriminatorio que otorga un papel secundario e incluso vejatorio desde el punto de vista de la igualdad a las mujeres. Pero que incluso eso está cambiando con la actitud de muchas mujeres frente a sus exigencias de obediencia y sumisión a sus preceptos y ya son públicamente conocidas las opiniones de algunas organizaciones e incluso algunas mujeres que ya les plantan cara y eso sirve de ejemplo para muchas otras que comienzan a cuestionarse la posición de estos discursos machistas y misóginos en la sociedad del siglo XXI. Así las cosas, el panorama para el año que acabamos de estrenar es esperanzador y así lo quiero vivir y compartir con quien pueda leer estas letras. Llámenme ilusa, pueden hacerlo, pero la ilusión y la esperanza es lo último que hemos de perder y estoy convencida que este nuevo años será bueno para los intereses de todas las mujeres. Etiquetas: Mujeres Sabias y Brujas de Tere Molla » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
"La mitad del poder", LAVALLE TORRES, Cecilia (Inmujeres-IQM, México, 2009)
Libros, lecturas y publicaciones
Por Redacción MujeresNet.Info. Compartido con MujeresNet por la propia autora, "como mi grano de arena en esta construcción por la igualdad que nos une de distintas maneras", pueden leer aquí en formato pdf el libro La mitad del poder. Asignatura Pendiente en Quintana Roo. Participación política de las mujeres en cargos de elección popular: poderes Ejecutivo y Legislativo, editado por el Instituto Nacional de las Mujeres y el Instituto Quintanarroense de la Mujer. Se trata, como bien nos lo explica Lavalle, "de la primera investigación que analiza la representación descriptiva de las mujeres quintanarroenses en cargos de elección popular; es decir cuantifica su participación política en los espacios de poder, en este caso concretamente en el Congreso de la Unión, la gubernatura y el Congreso del Estado. (Es la octava investigación de este tipo en el país, hasta donde tengo conocimiento)." En su obra analiza, con respecto a las mayores o menores postulaciones de mujeres en candidaturas por ambos principios el comportamiento, "de los partidos políticos que han contendido en procesos electorales, particularmente de las tres fuerzas políticas más competitivas: PRI, PAN y PRD desde mediados de la década de 1990. Y en lo que va del siglo de cada partido que ha contendido y ganado al menos una vez alguna curul en el Congreso del Estado". Presenta también un análisis de la aplicación de las cuotas de género normadas en nuestra Constitución, y consigna los nombres de todas las mujeres que han contendido por algún cargo de elección federal o local, desde 1974 a la fecha. "En los primeros capítulos hago un recuento de la lucha sufragista en el mundo en general y en México en particular; comparto la visión feminista en su explicación de la sinrazón de nuestra discriminación; analizo por qué sin nuestra inclusión nuestra ciudadanía está incompleta; y reseño el funcionamiento de las cuotas de género en el mundo, en Latinoamérica y en especial en México. Todo ello antes de entrar de lleno al análisis del caso Quintana Roo", finaliza la autora. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
2009 año de pérdidas, 2010 el mal augurio
Injusticia e impunidad Por Soledad Jarquín Edgar Corresponsal de CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer A.C.) en Oaxaca. En 2007 le fue otorgado el Premio Nacional de Periodismo en su categoría de Noticia, por uno de sus trabajos para la Agencia Cimac Noticias. México el país de la angustia. Hoy la población mexicana vive en la zozobra tras las garrafales apuestas de la clase gobernante en sus tres niveles y el reconocimiento, el temor que la ciudadanía tiene frente a las otras opciones partidistas, una de las razones por las que nada cambia, lo que tampoco es gratuito. Hoy, a unos cuantos días del final de este año, nefasto año para México y el mundo, vivimos aterrados la llegada inevitable del 2010 por el caos de incertidumbre que nos espera, tras este año de sangrientas batallas callejeras narco versus ejércitos, que dejan una cifra indecible de muertes que no se investigarán jamás; un año de crisis financiera que se refleja cada vez más, al menos, en la posibilidad de vivir de manera desahogada, tranquila y sin sobresaltos. Un año terrible en la memoria de las mexicanas porque sobre sus cuerpos los poderes legislativos de 17 entidades, como pasó en Oaxaca, decidieron imponer las más incalificables alianzas políticas entre el derechizado PRI y el recalcitrante PAN, para satisfacer a la más grande de las bestias: la derecha amparada por la jerarquía católica. No basta para el valiente Felipe Calderón, secundado por los compromisos ajenos a la colectividad a la que deberían servir los gobiernos de los Estados, como el de Oaxaca, en retroceder en el derecho a decidir de las mujeres al criminalizar el aborto, que ahora se persigue y castiga con cárcel, que ya orilla a muchas mujeres de todas las edades a recurrir a lo clandestino, a la muerte por malas prácticas médicas y al enriquecimiento de un sector. Eso no importó para las y los diputados, como sucedió en Oaxaca, su corta vista les impide ver más allá de lo que tienen pactado y demuestran que su tarea no es legislar para bien del pueblo sino para los intereses de los grupos de poder. Y todo ese daño a la libertad de las mujeres no fue suficiente, hay más. Hace unos días la justicia echó reversa al reducir los años de prisión a dos soldados del Ejército mexicano que intervinieron en la violación sexual de 14 bailarinas y trabajadoras del sexo en la zona de tolerancia de Castaños, Coahuila. Aunque el Tribunal Superior de Justicia de Coahuila impuso castigo a otros soldados que habían sido absueltos por el juez en octubre de 2007, no hay nada “sobresaliente” como señalaron los magistrados de aquella entidad, ya que el castigo se tenía que aplicar desde la primera instancia. Lo sobresaliente –por aberrante- es que el juez Hiradier Huerta Rodríguez siga al frente de un juzgado. Sobresaliente hubiera sido que en la sentencia de 2007, los 12 elementos del ejército mexicano hubieran sido castigados. Pero, sólo ocho de 12 fueron juzgados, cuatro se dieron a la fuga. Justicia a medias se denominó entonces y sin duda sigue en las mismas. Todo ello a pesar de que el juez Huerta tuvo en sus manos declaraciones de 14 mujeres víctimas, meseros, cantineros y policías municipales y algunos hechos inocultables como el aborto provocado que sufrió una de las mujeres tras el ataque y el embarazo de otra joven resultado del mismo y que curiosamente no recibió la atención adecuada y permitida como la anticoncepción de emergencia para no engendrar un producto no deseado. Ello sin contar las agresiones físicas y tortura en aquella larga noche del 11 de julio de 2006, cuando estos “héroes” como los llama súper Calderón, salieron a divertirse. Hechos a los que siguieron meses de vivir entre amenazas, carencias y persecuciones a las mujeres agredidas y algunos actores sociales como el obispo dominico Raúl Vera y Sandra de Luna González, abogada que colaboró junto con la organización Coprovvi en el caso. Sin duda, sus testimonios, recogidos entonces por los medios, muchos de los cuales me tocó como reportera cubrir, eran aterradores. Pero los jueces tienen una visión distinta, derivada de este país de la angustia, donde todo se basa en componendas políticas, en amenazas y corrupción. Y cada día más en todos los círculos se escucha con insistencia la mayor revelación de nuestra sociedad con características porfirianas, donde el poder se concentra en unos cuantos. Quizá habría que decir, para ejemplificar el tamaño del agravio a todas las mexicanas es que es el primero que la justicia civil lleva a juicio en la historia y estamos hablando de muchos cometidos en todos los tiempos. Aunado a todas nuestras desgracias sociales, muchas de las cuales no vemos, no porque estén ocultas sino porque las seguimos negando, despedimos el 2009 y con ella la primera década del siglo XXI con la irremediable tragedia de la pobreza y todas sus implicaciones, como la inseguridad pública que generan el tráfico de sustancias prohibidas, pero también de vidas humanas, donde las mujeres y los menores de edad son sus principales víctimas. Y claro además de un proveedor para que esto funcione siempre tendrán que existir los consumidores. Pero para ello no hay combate frontal ni guerras sangrientas, lo cual me lleva a la sospecha. Inevitable el temor del nuevo año cargado de más carestía e impuestos como el 16 por ciento de IVA que nos regalaron los diputados para este 2010. El objetivo, dice Súper Calderón, será contar con más recursos para enfrentar la pobreza de más de la mitad de la población mexicana, que por cierto no reconoce del todo, menos cuando se ufanan de sus atinadas políticas de empleo. En lo personal no sé a qué pobreza se refiere. Si a la falta de oportunidades para comer, estudiar, tener salud, un salario digno y otras elementales necesidades reconocidas en la Constitución, el viejo libro de los sueños de una revolución cuya primera centuria se anuncia con bombo y platillo, o a la pobreza humana de la clase gobernante que como barril sin fondo no podemos saciar. Un ejemplo y claro lo constituyen las y los integrantes del Poder Legislativo federal, que en sólo cuatro meses de trabajo obtienen como aguinaldo la suma de 244 mil 982 pesos cada uno de los 500 que componen la Cámara de Diputados y que según cálculos representan 122 millones 491 mil pesos del erario público. Una actitud sinvergüenza de los legisladores de todo el país, al aceptar esa suma en tiempos de crisis económica, que seguramente los otros gobiernos de todos los niveles obtuvieron sumas semejantes, total el país y su gente dan para eso y más. Lo contrario sucede con los obreros y obreras de este país a quienes autorizaron un aumento de dos pesos con cincuenta centavos, mientras otros 44 mil se fueron a la calle de la noche a la mañana, “por decreto”, como hace un siglo justamente. A pesar de todo sea bienvenido el 2010, un año que antes de nacer se ve difícil para México, no así para la clase política. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Malintzin, Marina, Malinche
Historias, cuentos, poesía, reflexiones y vida cotidiana
Por Silvia H. Rodríguez Trejo Se ha puesto el sol sobre la gran Tenochtitlan… lo que la alumbra son muchos fuegos que van acabando con su poder y van orientando el camino de otro destino que ha sido dicho, que ha sido hecho… el Señor del Cerca y Lejos lo dispuso … nos ha entregado para otros, para producir frutos sobre la tierra y yo, una mujer, Malintzin, bautizada con el rito de los extraños como Marina, miro tranquila cómo son devorados su agua y su cerro, cómo la sangre lava la sangre. Fui Malinalli en la aurora de mi vida, fui nacida entre la tormenta y el estruendo, mientras el cielo dibujaba lenguas de plata. Atravesé el silencio y sobre mí fue el aliento de nuestro Señor… tres días el cielo bramó y de pronto… se desgarró el cielo y el agua con un fuerte llanto, claro y victorioso que hizo correr al cervatillo y huir al tzentzontle… el mismo con el que yo anunciaba la existencia de una nueva vida y los dueños de la noche y del viento la anunciaban también para todo un pueblo. Fui ofrendada a los cuatro vientos, entre el humo del copal y mi ombligo fue enterrado bajo el metate, a un lado del fogón, así, mi ánima, el “toyollo” estaba alojado en mi corazón, un corazón que aprendió a ser errante y frío y que sólo una vez se entregó como ofrenda de amor ante el conquistador. A mí, a la dulce y tierna niña Malinalli, nacida de noble cuna, la que adornaba su cuello con jade y sus orejas con plumas de quetzal, de pronto, me arrebataron mis adornos, las cuentas de jade rodaron por el suelo y mis pequeños pasos iniciaron su andar como esclava, en unas tierras lejanas al Anahuac. Mis ojos, como cuchillos de obsidiana, veían asombrados otra gente, otros señoríos y escuchaban palabras diferentes, en su decir y en su cantar; los dioses, mis dioses, me habían castigado; su ortiga, su piedra, cayó sobre mí. El tiempo pasó rápido, pero el año Uno Caña marcaría mi vida, un año así nació Quetzalcoatl, el dios sabio y bueno y, mucho tiempo después, también en Uno Caña, llegaron los blancos del mar, año que, según me contaban las otras esclavas, era funesto para los tlatoanis, para los que gobernaban. Esas y otras pláticas hacíamos mientras esperábamos para ser regaladas precisamente a los que venían del horizonte, mientras el miedo y la incertidumbre corrían por nuestras venas, aunque sabíamos que, pasara lo que pasara, nada podía ser peor que ser entregadas a los aztecas, ese pueblo cruel y sanguinario, tan temido y odiado por todos; esos que sonaban el “ahuillotl” el “huehuetl” y el “ayacachtli” para hacer temblar la tierra y hacer correr la sangre. Ese día, me levanté más temprano que de costumbre, en toda la noche no pude siquiera cerrar los ojos, escuchaba el canto del búho, el sonido del viento entre los árboles, el deslizarse de las serpientes… quería saber quiénes eran y cómo eran los que nos iban a llevar… se decían tantas cosas de los recién llegados… que eran muy grandes y tenían la mitad del cuerpo como de ciervo, por lo que podían correr muy rápido, que, si querían, podían caminar como nosotros y, entonces, se podían quitar parte de ese cuerpo; que tenían el poder del rayo en unas varas y podían guardar su alma en pedazos de agua que reflejaban al sol… y yo, así, sin entender bien lo que significaba, presentía que los dioses habían cumplido su palabra, que los presagios funestos para un pueblo ya eran presentes y que ese era el tiempo de encender otro fuego. Yo lo atisbé antes que él a mí. Era blanco como la luna que nos alumbra en plena oscuridad, su voz como de trueno: fuerte , sus vestimentas saludaban al sol con sus destellos; lo veía a escondidas, con recelo pero también con admiración… así nos dijeron que era Quetzalcoatl: blanco , con el cabello dorado, como los pelos del maíz, la sagrada semilla de donde proviene el hombre, el alimento divino que nos nutre y nos purifica, … entonces pensé que tal vez el hombre blanco y Quetzalcoatl eran del mismo linaje, quizás hasta del mismo vientre. Pero no, ellos decían que eran seres como nosotros y que no existían muchos dioses, que sólo había uno y ese era El, el Dios de todos los pueblos, de todas las gentes, de todos los reinos, de la luz y de la oscuridad, de la vida y de la muerte… sólo un Dios y era de bondad, de perdón y de vida… esa fue mi primera lección y comprendí que eso era lo que mi pueblo necesitaba… ya no más llanto, no más dolor ni sufrimiento, no más sacrificios ni cenizas al aire… Fui elegida para ser su esclava, la esclava del que mandaba en la estera a los de lejos y así conocí su nombre: Cortés, al que también llamaban Hernán… y desde entonces estuve a su servicio para ser su labio, su oreja, para ser su soplo. Y anduve muchos caminos tras él, pero mientras su voz me hacía sentir su mando, sus ojos, que tenían el mar adentro, hacían que me perdiera en su horizonte, en su alma y, entonces, sentía la tibieza de su mirada llegar hasta el fondo de mi entraña, al principio de mi ser. El conquistador me conoció como Marina, el nombre que un sacerdote, con una cruz al pecho me dijo que ya era parte de mi cuerpo y de mi sombra, Marina, la que viene del mar, así como ellos; entonces comprendí que los dioses nos habían tejido en el mismo telar a pesar de ser tan diferentes. Marina, así me llamaba también ese hombre blanco a quien yo empecé a adorar casi como se adora a un dios y a temer casi como se teme a un dios y lo seguí entre los llanos y los cerros, cruzando ríos y aún el mar… lo seguí entre la furia de las guerras, entre las flechas de obsidiana y el fuego del arcabuz; también lo seguí en otra gloriosa batalla: la de dos cuerpos que luchaban desesperados por entregarse sin pedir ni dar tregua al contrincante; me entregué a otra gloria, a otro cielo, a otro dios y entonces compartí con él a Quetzalcoatl y a Tlaloc; lo llevé al Mictlan para que de allí, Omecihuatl y Ometecuhtli lo llevaran de nuevo a la vida. Fui Doña Marina para algunos que, viendo mi cercanía con el poderoso, me cubrían también con su gloria. Sabían de mi fuerza de espíritu , del poder de mi palabra y de lo grande que era ese imperio recién conquistado. Fui mucho tiempo su mujer y, en tiempos difíciles, cuando las lágrimas desbordaban de la mano, yo cubrí su cabellera, cubrí su cabeza, y lo amé bajo el manto estrellado y bajo el sol abrasador, la lluvia escuchó nuestro canto y el viento lo llevó al infinito, hasta la casa de los dioses, y tal vez, tanta alegría, tanto gozo y tanto amor en mi alma los ofendió. Fui su mujer, él fue mi aurora; fui su habla, su entendimiento, él fue mi glorioso destino. Fui su esclava para atenderlo y obedecerlo y así lo hice y mientras se va metiendo el sol, mis labios no profieren ningún reclamo para mis dioses, ningún reclamo para su Dios. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Me robaron
Historias, cuentos, poesía, reflexiones y vida cotidiana
Por Patricia Karina Vergara Sánchez Feminista, periodista y profesora. Dice mi amiga que es el capitalismo, que es el patriarcado que nos pudre el corazón, que nos quita lo humano y nos arranca la capacidad de la solidaridad. Ella trata de consolarme, dice que es justo contra lo que estamos luchando, contra estas mutilaciones del alma, contra estas necesidades absurdas que nos inventa el sistema y que nos distancian tanto para impedir la alianza política, para que entre les propies oprimides nos hagamos daño. Otra amiga, me dice que es la lucha por la sobrevivencia y nada más. ¿Tú qué piensas de ello? ¿Piensas que sólo ha sido un trabajito más, como otros? ¿Piensas que me lo merezco, que quién me manda conservar algo? ¿Piensas, como piensan los ricos, los poderosos, que el hombre es lobo del hombre? Te llevaste el teléfono que me regaló mi amiga, pero ella sigue siendo mi amiga. Te llevaste el anillo que fue de mi madre, un ave de oro con piedras verdes que hacían su plumaje, pero no me pudiste quitar el recuerdo de sus manos hermosas acariciando mi cabello cuando niña. Te llevaste, también, sus anillos con piedras rojas y los de piedras negras y piedras blancas y el de oro con grabados, y las arracadas y los aretes de plata con forma de rosas, pero yo me quedo con la imagen del gesto de mi madre adornándose ante el espejo, su mirada coqueta, el porte, el gesto ensayado de echar atrás el cabello para hacer resplandecer los brillantitos de sus orejas pequeñas y esparcir por la habitación el olor de su perfume. El último retoque a su lápiz labial y luego, su girar para sonreírme mientras yo la miraba encantada. Eso no pudiste quitarme. Te llevaste el anillo que me regalaron cuando terminé la escuela. Sin embargo yo tengo aquí en el centro de mi corazón todo lo que me han dado mis libros, mis maestras, la huelga, el movimiento de estudiantes. Te llevaste la pulserita que me dio mi amiga, pero ella sigue hablando conmigo mientras le cuento lo que me ha pasado. El espejito de recuerdo de un paseo con mi niña, pero sigo teniendo la ternura de mi niña aquí, entre mis brazos. Te llevaste la esclavita que me dio mi amor, tenía grabado mi nombre y la fecha de nuestro aniversario. Pero no me quitaste, aquí siguen estando sus besos, su caricias y su presencia que me sostiene. Me quitaste el rebozo negro, de bordados suaves, pero ¿sabes una cosa? No me quitaste la tibieza de los abrazos. Te llevaste los lentes que uso para leer, pero sigo teniendo la mirada atenta y los ojos abiertos. Te llevaste el anillo que me dio alguna vez el padre de mi hija, cuando pensábamos que un día nos casaríamos. Un anillo viejo, que no vale tres pesos, pero que yo le daría a mi niña cuando le narrara su historia. Se fue el anillo, pero queda el amor por la hija, queda la historia. No te llevaste los lujos que no tengo, te llevaste símbolos de cosas queridas que yo conservaba. Ojalá pudieras entender: No tienes dinero, yo tampoco. Tienes que sobrevivir, yo también. Nos enemistas en lugar de construir alianzas que pudieran ir cambiando las cosas. Mira nada más qué tontería, qué falta de visión, de perspectiva. ¿Qué habrás de comprar con lo que obtengas por lo robado? Ropa o zapatos. Tampoco es que alcance para tanto, comida o un paseo o bebida o dulces, frituras. Lo que te llevaste era poquito en el valor que le dan los del dinero. Así que te dará un taco pero no quitará tu hambre, te dará una prenda de vestir pero no quitará tu miseria, te dará un rato de intoxicación pero no te hará menos infeliz. Te dará tal vez para pagar un mes de la renta de tu vivienda pero no te dará el lugar seguro al que llegar. Pusiste tus manos en mi cuello y me arrojaste contra la pared, me asustaste, me violentaste. Me hiciste daño, me robaste objetos, mi cuerpo todavía tiene miedo. Pero no voy a permitir que me des nada, no voy a permitir que me quites nada. El horror es tuyo, llévatelo; la desdicha, la desesperanza, llévatelas y sigue lejos tu camino. Yo estoy completa, no pudiste hurtarme nada. Todo lo que es mío yo lo tengo. Sigo creyendo que podemos hacer las cosas, el mundo de algún día y el mundo de lo cotidiano de otra forma. Mi corazón sigue abierto, y mi casa sigue abierta y mis brazos siguen abiertos para mi gente. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
¡Qué bueno que viniste hija!
Historias, cuentos, poesía, reflexiones y vida cotidiana Por María Esther Espinosa Calderón Periodista, ha colaborado en diversos medios, entre ellos el Uno más Uno, Mira, El Universal, Etcétera, 'Triple Jornada' del periódico La Jornada, y en la revista Fem. Para la persona que más amo en la vida Era una tarde de domingo del mes de enero cuando fuimos a dejar a mi suegra al Centro Médico. Íbamos mis dos hijos Víctor Hugo y Mario, mi marido y la tía Trini, incondicional como siempre. Tere era una mujer buena, sencilla, noble, a pesar de los golpes de la vida, su carácter seguía siendo amable; de repente se caía, pero se volvía a levantar. Buena madre, como suegra cualquier mujer me envidiaría. Nos despedimos, le dio la bendición a mis hijos, me dijo que los cuidara mucho “porque son pedacitos de mi carne, de mi corazón”, me repitió lo mucho que me quería, que lo recordara siempre y que cuidara mucho a su “grandote”, como le decía a mi marido, “por si ya no salgo de ésta”. Hacía ocho días apenas que había abandonado el hospital, mientras le daban fecha para realizarle un cateterismo. Ese Año Nuevo lo había pasado en el hospital en compañía de mi marido y de Alejandro mi cuñado. El 20 de enero, un día antes del programado para la operación, estábamos con ella, la “Negrita”, como le dicen a una prima de mi marido y yo riéndonos y contando anécdotas. Nos platicó su sueño de la noche anterior. Estaba nerviosa, con ese nerviosismo natural que se tiene antes de una intervención quirúrgica; independientemente de eso sonreía, estaba contenta. Por la mañana, al despedirse Mario de ella, le contó que sus tres hermanos habían ido a visitarla, que fue algo muy agradable, que hacía mucho que no sentía esa paz. Que al poco rato llegó su papá, que los cinco pasaron un momento muy ameno, que no se preocupara por ella, que se fuera tranquilo a trabajar, que ella estaría bien. Entre el sueño y la realidad -Qué bueno que viniste hija -le dijo Tere a Caty cuando la vio llegar-. Ven siéntate, hace muchos años que no nos vemos y hay tantas y tantas novedades que quisiera contarte, todas, una por una, sin omitir detalle alguno. Tere no sabía por dónde empezar: sí, por el hijo de Caty que ya estaba a punto de cumplir la mayoría de edad; o comentarle algo de su única sobrina, que se había ido a vivir Estados Unidos, de los primos o de los hermanos. No podía jerarquizar los acontecimientos, todos eran importantes. Estaba feliz, la abrazaba y besaba quería sentirla como hacía tanto tiempo que no lo hacía. Le acariciaba el pelo, le tocaba las mejillas, quería quedarse con esa imagen de su niña consentida, aquella que un día se fue sin que ella pudiera hacer nada por detenerla. En eso estaba cuando llegó Beto su hijo mayor, su corazón no cabía de gusto, tenía más años de no verlo. Estaba feliz: “No creas que me había olvidado de ti; tu imagen está tan fresca en mi mente como el día que partiste", comentó Tere viendo fijamente a Beto como queriendo que nada ni nadie los separara en ese instante. “Sólo falta ver entrar por esa puerta a Víctor, que se fue antes que ustedes. Tengo tantas ganas de volver a verlo”. De repente sintió cómo algo indescriptible le iba invadiendo su cuerpo, al voltear, su felicidad no tenía límites, ahí estaba su otro hijo, ese que partió hacía tanto tiempo y al que después de más de 20 años lo volvía a ver. Se sorprendió cuando escuchó que él le decía con gran cariño y ternura ¡al fin te vuelvo a ver mamá!, no podía creerlo, Víctor le hablaba y escuchaba, se preguntaba si eso era un milagro, porque cuando se fue no lo hacía. -Aquí estoy mamá, para no separarme más de ti- le dijo Víctor a su madre. Sorprendida Tere volteó y con lágrimas en los ojos lo interrogó: ¿Desde cuándo hablas?, tenía tanto que no escuchaba tu voz. -Desde hace mucho madre, desde hace mucho. Casi desde que me fui. Escucho a mis hermanos y converso con ellos. Nosotros también los hemos extrañado. No sabes la tristeza que nos daba su sufrimiento, pero no podíamos hacer nada por estar con ustedes. Caty le cuenta a su mamá que había visto a su papá, pero no habían podido conversar mucho porque no se lo permitieron, tenía que pasar algún tiempo para poder estar todos juntos. Se encontraba muy bien sólo extrañando a sus otros dos hermanos. Los cuatro estaban felices, recordando todas las cosas buenas y no tan buenas que vivieron cuando compartían el tiempo y el espacio. A Tere se la hacía imposible que estuviera con tres de sus cinco hijos. Los recuerdos se agolpaban, cada uno interrumpía al otro para preguntar o para saber de la familia, del país, de la política: ¿qué si el hijo de Caty era feliz, que si estudiaba, que si tenía novia, qué cómo lo trataban los abuelos que lo criaron? Caty dijo con profunda tristeza: “Lo único que me llevé de Darío, mi hijo, fue ese beso que le di adormecida en el quirófano, a su rostro nuevo sin siquiera tocar su pequeño cuerpecito. Lo tengo grabado en mi mente como si hubiera sido ayer”. Tere les contó que hacía tres meses su papá había ido en su busca, pero a ella la había dejado sola y ella sin él no concebía la vida, habían sido 54 años juntos, él era su brújula, sin él se perdería en la inmensidad del mundo, de la soledad. “me mal acostumbró siempre”, dijo en tono de tristeza. Sin Beto, Tere se sentía como un barco a la deriva; sola, triste, extrañaba su presencia, su olor, su sabor. Sólo él la comprendía, sólo él sabía de sus temores, de sus miedos, de sus alegrías, de sus tristezas. Solo él sabía de su dolor, de ese dolor que desde la partida de su hijo Víctor le laceraba el alma, le oprimía el corazón; sólo él sabía de la tristeza que causa la ausencia de un “pedazo de su carne” como les decía a sus hijos. Con él vivió, alegrías y sinsabores, momentos dulces, momentos amargos, carencias y abundancia. El hombro de Don Roberto le sirvió de apoyo cuando sintió que desfallecía, cuando la negligencia médica de unos seudodoctores le arrebataron la vida de Beto, su hijo mayor, justo en la flor de la juventud. Sólo él le pudo dar consuelo, ahí estaban uno junto al otro dándose ánimo, apoyándose hombro con hombro. Un año más tarde ahí estaban juntos otra vez, consolándose mutuamente cuando por otro error médico, dejaron morir poco después del parto a Caty, su hija menor. La vida les cobraba una factura que no debían, les hacía una jugarreta más, que no merecían. Su único delito era quererse y amar a sus hijos. Dicen que no hay peor dolor que la pérdida de un hijo, que no existe un nombre para designar a una madre que ha perdido a su descendiente. Para un marido o esposa está el apelativo de viudo o viuda, para los hijos que se quedan sin los padres, está la de huérfano. No se cómo pudieron sobrevivir a tanto dolor, posiblemente por los otros dos hijos que le quedaban, sin embargo, nadie ni nada llenaba el vacío que sus hijos habían dejado. Para Tere la partida de Don Roberto fue como una traición, era como dejarla sola en medio de la inmensidad, ya no estaba su hombro para apoyarla, su cama estaba fría y vacía, su alma también. Era mucho el sufrimiento para un corazón tan débil como el de ella. Milagrosamente había soportado la partida de sus tres hijos, la de él no podría. Sentía que se ahogaba, ya no le importaba estar al tanto del acontecer diario, no le importaba llenar los crucigramas, ni ver el fútbol, porque todo eso la remitía a la vida compartida por más de 54 años con él. El poco brillo que le quedaba en los ojos se fue apagando día a día, su esbeltez se hacía más pronunciada, su mirada se torno más triste, sus labios ya no volvieron a sonreír. Tenían un pacto de amor y de muerte, que cuando uno partiera el otro lo haría enseguida. Ese pacto se cumplió en tres meses y 20 días. Aunque ella se resistía, estaba contra la espada y la pared. Quería partir para ver a sus hijos, pero no quería dejar a Mario y Alejandro quienes estaban presentes y sufrían junto con ella. Pasó la Navidad más triste de su vida, el Año Nuevo lo recibió en el hospital. Su corazón estaba cansado, sin embargo, volvió a latir, trató de recuperarse y se animó no por ella sino por sus hijos. Decía: “Si me hacen el cateterismo puedo vivir más o morirme ahí, si no de todos modos me voy a morir, pues vale la pena correr el riesgo, por los muchachos. Pondré todo de mi parte para que mi corazón responda”. Extrañaba mañana, tarde y noche a su "media naranja”. Sólo él sabía cómo iba su corte de pelo, de qué color teñirlo, sólo él sabía lo que hacía falta en la casa, lo que ella requería, pero esta vez, su mayor necesidad era él. Se quedaba sola con su soledad, en la inmensidad de la pequeña estancia. Le faltaba el aire, le faltaba la esperanza, le faltaba todo. Sus sentimientos iban de la vida a la muerte. Se fue al hospital con la esperanza de regresar con los que aquí dejaba, pero también en el fondo del alma, con la esperanza de alcanzar a los que se habían adelantado. Estaba tranquila, platicando y vacilando, con miedo, con ese miedo tan natural a lo desconocido, a lo que pueda suceder en un futuro, a ese miedo que se tiene cuando se está en un hospital, pero a la vez con cierta tranquilidad, que le daba el saber que ya no sufriría en este mundo, que le dio primero la felicidad de sus cinco hijos y luego la tristeza de quitarle a tres y al amor de su vida. Al único hombre que ella amó hasta la muerte. Por eso partió, para reencontrarse con él y con sus hijos en la eternidad. Ese 20 de enero, en la mañana le comentó a Mario su hijo que había soñado con sus hermanos, que había estado platicando con ellos, que los había puesto al tanto de los últimos acontecimientos; que fueron llegando poco a poco, que primero Caty, quien le había preguntado por su hijo y luego Beto, después Víctor y al final “tu papá. Creo hijo, que vinieron por mí”. “No mamá, ellos vinieron a cuidarte, para que mañana todo salga bien”. Le dijo Mario, a lo que Tere contestó: “No hijo, yo siento que Beto y Víctor vinieron por tu papá, por mí vienen los cuatro”. Efectivamente, ese día vinieron los cuatro a llevársela con ellos, ya no habrá más duelos no superados, ni más llantos, ni más recuerdos, ni más temores, ni más sufrimientos. Se fue con una sonrisa en sus labios y sus ojos llenos de reencuentro. Una historia de dolor Después de vivir junto a mis suegros y mi marido esa historia de dolor por la pérdida temprana de sus seres queridos, pienso que en el momento que Tere describió el sueño de la noche anterior a su muerte, cuando recibió la visita de sus tres hijos y la de su marido fue así como pasó. Como toda madre que pierde a una parte de su ser, nunca se recuperó, nunca superó los duelos, porque fue uno tras otro, jóvenes, en la plenitud de la vida. Cuando pensaba que su corazón empezaba a recuperarse la vida le hacía otra jugarreta. Viví con mi marido el dolor de perder a sus hermanos cuando apenas éramos amigos, y luego de casados a sus padres en tres meses 20 días, por mi parte a mi padre a los ocho días de Tere, era como un rosario de pérdidas, un rosario de dolor, pero nunca comparable al dolor de una madre. Tere decía que si ya era mucho el sufrimiento por no ver a sus dos hijos, cuando muere Caty fue la hecatombe. Se preguntaba “¿Por qué a mí, por qué la vida se ensaña de esa manera conmigo?”. Nunca encontró la respuesta como no la ha encontrado mi marido. » Lee el texto completo... | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Como rehiletes al viento
Obra de Jo Parry Historias, cuentos, poesía, reflexiones y vida cotidiana
Por Yoloxóchitl Casas Chousal Periodista mexicana, comunicadora, escritora, editora, asesora, consultora y promotora de los derechos de las mujeres y los derechos humanos. Desde hace algunos días, además del cálido sol que entra por la ventana, me despertaba un insistente golpeteo en la pared. Una noche pensé que se trataba de los vecinos, después creí que era la perra que jugaba con su pelota, pero la tercera vez ya no encontré explicación. Así que esa mañana me armé de valor, me puse bata, pantuflas y subí al cuarto de los tiliches. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me encontré frente a frente con la sonrisa de mi bicicleta que insistía en zafarse del gancho donde la cuelgo cuando el invierno me congela las rodillas y los abrigos me impiden montarla con destreza. Allí estaba, alegre de verme. Le guiñé un ojo y dije: --Me estabas espiando, ¿verdad? ¿No puedes esperar a que cambiemos al horario de verano para salir a dar largos paseos? No. No te puedes aguantar. Pero aún no termina el invierno- me quejé mientras me tallaba los ojos como queriéndole hacer entender que, a pesar del sol, allá afuera la temperatura es fría y yo quería seguir otro rato bajo el edredón. Pero ella de eso no sabe nada. Sólo siguió golpeando la pared con sus pedales mientras su llanta delantera seguía asida al gancho. Con rechinidos gimió un poco y chantajeó más. Me miró con sus grandes ojos de espejo polvoso y dejó salir el aire de la llanta con resignación. No pude ante tanta crueldad; así que la tomé entre mis brazos como a un triciclo desvalido. La sentí vibrar bajo mis manos. La descolgué. La miré y le pasé un trapo húmedo por sus cuadros y rines. Como pude, me calcé los tenis y me ajusté los pants. Al cruzar la puerta, casi brincó enloquecida escaleras abajo. Ambas corrimos a la calle. Restablecido el aire de sus neumáticos, la monté como en los viejos tiempos y rodamos por el asfalto que amenazaba en convertirse en el techo del infierno. Sentimos el aire azotarse contra nuestra cara. Ella empujó la carrera, algunos muchachos quisieron darnos alcance, pero no nos vieron ni el polvo. Tras varias vueltas alrededor del parque, acabamos dando tumbos entre los setos hasta quedar finalmente tendidas sobre la fresca hierba húmeda. Mi bicicleta estaba feliz, rejuvenecida. Su esmalte rojo brillaba con los resplandores del sol y sus llantas giraban como rehiletes al viento. Me quedé observándola mientras ella gozaba despatarrada la llegada inminente de la primavera. » Lee el texto completo... |
Muertas por el feminicidio: una paradoja
Por Sara Lovera Periodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, Mujeres Net, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz. La cuenta del feminicidio en Ciudad Juárez es contundente: poco más de 745 mujeres fueron asesinadas entre 1993 y 2009. En un año más de 120, caídas en medio de la guerra interna que en México se lleva a civiles inopinadamente. Julia Monárrez, socióloga e investigadora me dio sus últimas cifras hace unos cuantos días y me contó cómo se tomó de la mano de Esther Chávez Cano, esa indomable mujer espigada, sensible, de mirada de águila, incansable, feminista que murió en esta navidad a los 72 años. Esther Chávez Cano es la mujer que empezó a contar a las asesinadas en la juarense frontera de la ignominia. A ella debemos que se haya corrido la cortina del silencio para hacer notar en el mundo la crueldad que ha cegado la vida a cientos de mujeres productivas, las mismas que un día tuvieron, como todas, un pedazo de alegría. Se fue Esher, 33 días después de que Irma Campos también muriera. Ambas dolidas por la vida, porfiadas luchadoras por la libertad de las mujeres. Ambas víctimas del feminicidio en Ciudad Juárez, murieron de cáncer esa temible enfermedad que va minando los tejidos de la vida, por razones no identificables todavía por la ciencia, sin atribución exacta, pero que siempre está ligada a la tristeza, a la fatiga que produce el dolor social. Esther tenía una voz definitiva. Compartí con ella un premio, el nacional llamado María Lavalle Urbina, en abril de 2002. Con Irma Campos fundó el Grupo 8 de Marzo en Chihuahua. Fue ella quien con las notas de la página roja de los diarios empezó a interrogarse qué había tras los asesinatos crueles contra las mujeres en Ciudad Juárez. La misma que empezó a anotar, en enormes legajos de hojas cuadriculadas los casos. La que dio la voz de alarma en nuestra realidad contemporánea. En 1993 narró su hallazgo, enseñó a la periodista Sonia del Valle, sus hojas de anotaciones que envió al Distrito Federal para que se supiera. Corrió, caminó, anduvo todas las oficinas públicas con su preocupación que se fue convirtiendo en el motivo de su vida. Así, durante más de 3 lustros, sin descanso. Monárrez relató cómo formó su base de datos, éstos de la ignominia y entre las tres -Julia, Esther e Irma- decidieron documentar caso por caso, hecho por hecho y luego el nombre fue brutal: feminicidio, asesinato a personas sólo por ser mujeres. Ningún homenaje –que Esther recibió varios- ningún reconocimiento al terrible continum de la estulticia, ninguna política, como las anunciadas en Juárez para parar el fenómeno; ninguna denuncia, nacional e internacional ha parado esos asesinatos que según Monárrez son sexuales, sistemáticos, donde operan el secuestro, la tortura, la desaparición forzada, la desazón de las familias, de las madres, de los habitantes norteños. Juárez, esa pequeña ciudad de un millón 500 mil habitantes, levantada sobre la explotación de las obreras maquiladoras, donde hoy cunde el miedo a los enfrentamientos cotidianos en cada esquina, en cada recodo del camino, en cada bar, en cada casa, en cada escuela, enfrentamiento entre policías y ladrones, se dijera, sin respetar a sus habitantes, hombres y mujeres. Ahí, en Juárez, mundialmente conocida como la ciudad de las cruces rosas, que ha sido señalada como el lugar donde el gobierno mexicano ya fue condenado por la Corte Interamericana de Justicia, que en 10 años ha sido recorrida por todos los organismos de Derechos Humanos del planeta, Esther e Irma dejaron sus mejores acciones, la experiencia de mirar al otro o a la otra, con profunda generosidad. Juárez ensangrentada por acontecimientos tan recientes como ocurrió el 30 de noviembre, en que Flor Alicia Gómez de 23 años muere a manos de “un hombre armado”, que nadie descubre. Esta chica, como cientos, sobrina de Alma Gómez, vocera del grupo de madres denudadas e impotentes llamada Justicia para Nuestras Hijas, su vida cegada precisamente unas horas después de haberse conocido la sentencia de la Corte. Y un día, Esther Chávez Cano, la herlada de las terribles noticias de cada uno de los asesinatos, me contó como se le desgarraba el alma, quizá la figura más elocuente de esta forma en que se ubica en el cuerpo el terrible mal, que abate los glóbulos blancos y destruye: el cáncer. La muerte de Esther, de Irma y de Flor Alicia son todos resultado de la impunidad y la no justicia, de la incapacidad institucional para hallar a los culpables, de la espesa selva negra que acaba con las vidas, del no se sabe quién o quiénes conspiran cotidianamente contra la alegría. No habría espacio para contar la vida de Esther, homenajeada, mujer que en palabras de la antropóloga feminista Marcela Lagarde cambió muchas vidas, porque “el encuentro con Esther ha implicado para tantas mujeres surgidas de no sabemos qué vidas lastimosas, la llegada de una vida libre de peligro, la experiencia del abrigo, el aprendizaje de otras formas de ser y relacionarse, el inicio de la cicatriz tras el daño, la pérdida del miedo, la rehechura de la vida, casi, diría yo, un renacimiento”, porque Esther creó la Casa Amiga , para las mujeres víctimas de violencia. Y era esa parte de la “paradoja… unos dañan sin la menor responsabilidad a las mujeres y son mujeres quienes se ocupan de remontar los estragos. Mujeres que frente a lo propio inventan mundos, pequeños territorios para acoger a quienes lo han perdido todo menos la vida”. Y la describió: “En ella la palabra lucha es breve no nos alcanza para decir las dimensiones de su quehacer cotidiano, complejo, contradictorio, lleno de miserias y de algunas lluvias refrescantes”. Nuestra querida Esther “transita por el mundo más miserable, tal vez por el horror que le provoca, por la rabia y por la más profunda de las tristezas cobra aliento e inventa ungüentos, alivia, sana y trastoca de a poquito nuestro mundo”. Sin duda, Esther Chávez Cano luchadora, irreverente, militante política, feminista, sabia, amiga, anunciadora, fue la pionera en luchar contra el feminicidio en todo el mundo, tanto como fundar el primer centro de la zona fronteriza para escuchar y orientar a las mujeres violentadas. Recibió en 2008 el Premio Nacional de Derechos Humanos otorgado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH); recibió un reconocimiento de la Red Todos los Derechos para Todas y Todos, en la sede de Naciones Unidas en el Distrito Federal. Nació en Ciudad Juárez. En 1982 denunció la vida maltrecha de las obreras de las empresas maquiladoras de exportación, fundó el Grupo 8 de Marzo y más tarde la Casa Amiga. Inspiró la denuncia, la investigación y el cuerpo legal contra el feminicidio. Está aquí, con nuestra historia, esa del bicentenario por la independencia y la libertad que despuntará en 2010. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo... |
Censo 2010, ocultaría a madres solteras, desocupados e indios
Por Sara Lovera Periodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, Mujeres Net, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz. Estoy segura que la condición humana puede ser fatal para un proyecto, pero puede ser suicida para una nación. No sé que le pasaría de niño o de grande a Felipe Calderón y a su grupo, ya que además de la política sangrienta de este gobierno, ahora quieren borrar la información básica sobre quiénes somos, dónde estamos las y los mexicanos de hoy. La denuncia de que el Censo 2010 se ha mutilado en líneas sustantivas; que de 56 preguntas se ha pasado a 24 y que se le ha sustraído a este recuento, sobre la población y la vivienda, la recopilación de información fundamental es espeluznante. La decisión de menospreciar la información científica del censo revela la condición frívola de este grupo apoderado de la administración. Leí que algunos intelectuales del Colegio de México consideraron que Eduardo Sojo, titular del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), órgano encargado del Censo 2010, era considerado un hombre inteligente, no lo dudo, pero no tiene ética, algo muy importante en cuestiones de información y conocimiento. Lo más grave es que Sojo dijo que la falta de información se sustituirá con una encuesta, ¿se imaginan? e informó que el problema es el presupuesto. Lo que contrasta con la inversión millonaria para “ficharnos” en una nueva base de datos de identificación personal, que manejarán confidencialmente y para fines poco claros. El Censo permite preguntar en forma privada y con toda seriedad, de manera individual, en su casa a cada persona, lo que arroja conocer con detalle quiénes somos, cuántos, a qué nos dedicamos, si nos casamos y si profesamos alguna religión, es decir, mide la pluralidad y diversidad del país, pero también es de ahí donde se sabe el grado de progreso o deterioro socioeconómico. Me pregunto, con toda seriedad y profundidad, qué le pasaría a Felipe Calderón. De qué tamaño serán sus crisis y sus frustraciones. ¿Por qué ese odio cotidiano contra las y los mexicanos que no le rinden pleitesía o que no le creen; por qué tanto castigo, por qué esa obsesión de reconocimiento, esa necesidad de existir sin habérselo ganado? Como no existen explicaciones lógicas sobre muchas de las decisiones que toma el grupo gobernante, pienso en esto de la condición humana. No sería grave que una persona sea insegura, incapaz, tenga frustraciones y odios, ni siquiera esa envidia que anula amistades, amores o desarrollo personal, porque en todo caso alguien que no tiene sino una pequeña influencia en la empresa o la asociación civil que dirige, hace poco daño, a pesar de todo lo perversa que sea. Pero que un dirigente político, que maneja el presupuesto, decida de pronto que el Censo, único mecanismo de información pública, puede ser recortado, tratado con tal desprecio, sin preguntas fundamentales, retrasará en información 20 años las estadísticas en México. Para las mujeres es terrible. Un Censo como el que se quiere hacer nos dejará sin datos de las madres solteras, porque no se peguntará el estado civil; tampoco sabremos cuánto colaboran las mujeres a la economía, porque no se preguntará sobre su actividad y no podremos cruzar los datos entre práctica religiosa y aborto; no sabremos el tamaño de las comunidades indígenas ni sobre las lenguas que se hablan. No habrá información sobre la discapacidad ni sobre las características del lugar donde se vive. Es más, el daño es al gobierno en sí mismo que no tendrá un instrumento para planear y vislumbrar caminos de solución. La investigación sociológica se irá a pique. Esto es un golpe a la inteligencia. La demógrafa Luz María Valdez, ex secretaria del Consejo Nacional de Población, informó que se maneja como secreto de Estado la planeación del Censo y las preguntas finales; quizá por ello Carlos Echavarri, presidente de la Asociación Mexicana de Demógrafos ha pedido que no se haga ahora, sino dentro de un año, para que no se ponga en riesgo información que se recopila desde 1900 y tiene una historia fundamental para poder hacer comparaciones. Alguien como Sergio Aguayo, gritando un poco en el desierto, dijo que se pueden tener sospechas lógicas. Hace 10 años el Censo reflejó el país que recibió el Partido Acción Nacional, el retrato socioeconómico de ahora, probablemente ratificaría lo que todas y todos sabemos: que vamos para atrás. Y es eso lo que quiere Calderón y sus secuaces ocultar, al menos en la estadística oficial, pero con ello se llevaría entre los pies una de las instituciones que tenían credibilidad: el INEGI. Sin datos socioeconómicos, la pobreza, la marginación, la migración y el movimiento territorial serían totalmente manipulados. Ese es el tamaño del problema. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera » Lee el texto completo...
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