JUNIO 2018

"Quien no se mueve, no siente las cadenas"

Foto: Emma Blancas/MujeresNet

Josefina Hernández Téllez levanta la voz ante la ciudadanía, autoridades y medios renuentes a entender la diferencia entre la violencia política de género y la violencia generalizada, impidiendo el total reconocimiento de las mujeres como humanas, iguales y con derechos.

"Quien no se mueve, no siente las cadenas", ésta es una frase de la feminista soviética Rosa Luxemburgo y que aplica en estos días y para esta violencia que se vive en el país por querer transitar de una opción política a otra. Las mujeres, particularmente, viven una agresión sin límites por buscar participar en la vida pública de este país. Las cifras que se reportan en torno a este proceso electoral son de alta violencia social, política y, sobre todo, física.

El "Cuarto Informe Violencia Política en México", realizado por Etellekt Consultores, reportó que hasta principios de mayo 267 mujeres habían sido víctimas de violencia en el ámbito político. La Organización de Estados Americanos (OEA), un mes antes de este informe, lanzó una alerta en México por los asesinatos de políticos en campaña, informando que se daba un promedio de un asesinato de candidato cada cuatro o cinco días. Una cifra "absolutamente inaceptable en un proceso electoral", dijo su secretario general Luis Almagro.

Las cifras crecieron, a principios de este mes se reportaron al menos 107 asesinatos, cifra entre la que se cuenta a las mujeres candidatas. En el informe de Etellekt, de los 267 casos contra ellas destacó que 10 fueron asesinatos, 8 atentados contra sus familiares directos, 7 padecieron agresiones físicas, 5 han sido víctimas de asaltos con violencia, 4 han sido secuestradas y agredidas con arma de fuego.

Las personas renuentes a reconocer la diferencia y diferenciación de la violencia política en razón del género alegarán que esta violencia es generalizada y hay quienes hasta pensarán y/o dirán: "quieren participar en condiciones de igualdad ¿no?, ¡éste es el precio!"

Sin embargo, todo este escenario es digno de repasar y mirar desde sus implicaciones culturales y sociales. Por principio, tal virulencia contra el cambio, revela que no hemos trascendido los discursos ni las buenas intenciones, en general, y en particular en el caso de las mujeres. El hecho de que de forma descarnada se someta a las candidatas a la injuria, al ataque psicológico y la acción violenta nos muestra que esa aparente "devoción" y respeto por las mujeres, de parte de los hombres, no existe, ni ha existido, porque es y sólo es si no salen o se atreven a participar en su ámbito de desempeño, sobre todo el del máximo poder, que serían los espacios políticos, con capacidad de hacer y decidir.

Asimismo este escenario que hoy vemos, vivimos y sentimos nos remite al pensamiento feminista claro que siempre ha denunciado el poder del patriarcado, instalado en hombres y también mujeres. Los casos no ingresados ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) por desconocimiento o temor, pero también por falta de orientación y criterio de las instancias, muestran que no bastan las plataformas legales, que el ingrediente básico para cambiar y transformar a una sociedad, son las mentalidades, la conducta y la congruencia entre acción y pensamiento.

Hoy la mayoría de la ciudadanía es quien no permite superar obstáculos, prejuicios, porque aún vive anclada en pensamientos y concepciones ancestrales sobre el ser y hacer de las mujeres. Las 17 asesinadas en este proceso electoral lo confirman. Así como la declaración de la magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Mónica Soto, quien informó que el 40 por ciento de las quejas presentadas por violencia política en razón del género no fueron ingresadas por desconocimiento de una y otra parte. De 93 quejas, 37 fueron rechazadas (https://www.excelsior.com.mx/nacional/2018/03/05/1224382).

Un termómetro más de la resistencia social a reconocernos iguales, humanas, con derechos, son las mismas expresiones informativas periodísticas cuando se da cuenta de esta situación. En el diario digital de Hidalgo Effeta, al informar sobre la denuncia de la candidata a diputada federal de Morena por el distrito 03 de Actopan, Simey Olvera, ante la FEPADE por la violencia política de género, cabeceó la nota cuestionando, poniendo en duda la veracidad a pesar de las cifras de horror de este proceso electoral: ¿SERÁ? Simey Olvera acusa violencia política de género. 30 mayo, 2018 | Verónica ANGELES (https://www.effeta.info/2018/05/sera-simey-olvera-acusa-violencia-politica-genero/).

Lo triste, por ponerle adjetivo al hecho: la firmante es una reportera. Así las cosas, así este siglo XXI, así la realidad de esta mitad del mundo que no acaba de incorporarnos, de reconocernos, de respetarnos.

La lucha sigue y hoy más que nunca la feminista Flora Tristán tiene razón: Todas las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescindibles de ser mujer.