OCTUBRE-NOVIEMBRE 2016

Académicas reflexionan sobre el aborto en México y Uruguay

Foto: Emma Blancas/MujeresNet

Cuestionaron los significados que ahora tiene la palabra aborto, que al estudiarlos, se convierten en un control social de los cuerpos femeninos porque se sigue viendo al vientre de las mujeres como el centro 'del territorio público para controlar, defender y matar la vida'.

Ciudad de México /MujeresNet.- Académicas de diversas disciplinas reflexionaron sobre la penalización del aborto en México, la experiencia en Uruguay, así como de las transformaciones de los significados que se dan de las imágenes y la palabra "aborto", durante el foro "Interrupción del embarazo desde la experiencia de las mujeres: aportaciones interdisciplinarias", realizado el 18 de octubre en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.

En México, la reforma al artículo 4 constitucional del estado de Veracruz que protege la vida desde el momento de la concepción y hasta la muerte natural, y el caso de Martha Patricia, son ejemplos de que la ley ha sido usada para reeducar a las mujeres y no debe ser así. Además el Estado no ha cumplido con garantizar los derechos sexuales y reproductivos, expresó la crítica cultural y profesora de Estudios de Género, Lucía Melgar.

Además, dijo que los grupos de la derecha ven a la salud como un asunto privado e ignoran la experiencia de las mujeres y los costos en salud producidos por abortos mal practicados y muertes maternas, ya que las de escasos recursos no pueden pagar los servicios privados de salud.

"El aborto es un último recurso pero no tiene que ser una experiencia dolorosa y traumática". La académica propuso que se garanticen los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres de todas las edades, uno de ellos el acceso al aborto legal y gratuito; además de una educación laica y gratuita.

Alejandra López Gómez, de la Universidad de la República de Uruguay, compartió la experiencia del aborto legal en Uruguay, aprobado en 2013, que si bien fue un proceso del movimiento feminista que se convirtió en una agenda ciudadana, la ley tiene una serie de condiciones que de no cumplirse se toma como delito.

La investigadora en temas de derechos sexuales y reproductivos explicó que dichas condiciones son que el aborto tiene que realizarse en el sistema de salud pública, así si las mujeres autogestionan el aborto, cometen un delito. La segunda es que las ciudadanas uruguayas y extranjeras con un año de residencia sólo tienen acceso al servicio y deben realizar cinco consultas médicas, y la tercera se refiere a una consulta en la que las mujeres toman cinco días para que reflexionen sobre su decisión.

Alejandra López mencionó que en tres años de aprobada la ley se han registrado 22 mil 695 abortos y de 2000 a 2005 tenía un promedio de 16 mil a 33 mil abortos anuales, cifras que generan interrogantes: si son confiables, si hay mayor uso de métodos anticonceptivos y qué pasa con aquellos que no se producen en el servicio de salud.

Otra de las interrogantes que la académica se plantea es "¿cuál es la relación entre legalidad y la legitimidad de la decisión?". Informó que se encuentra estudiando con profesionales de la salud y con las experiencias de las mujeres para conocer los procesos de la toma de decisiones de las mujeres y su vínculo con los factores sociales, legales y culturales; cuyos resultados repercutirán en los servicios de prevención e interrupción del embarazo, aseguró.

Sobre el aspecto social y cultural, la periodista feminista Emanuela Borzacchiello cuestionó cómo las imagénes de embriones o fetos pasaron de la parte privada a la pública debido a los medios de comunicación y que han tomado significados específicos: los procesos de interiorización que se dan en las personas de conceptos como "bebé" al ver una ecografía. "Hay una disponibilidad social a que nos muestren la realidad a través de las imágenes", explicó.

La también investigadora en temas de derechos sexuales y reproductivos dijo que hablar de aborto en los años 60 y en la actualidad tienen diferentes sentidos porque el significado de la palabra cambió a lo largo del tiempo y al estudiarlos permite entender cómo "se vuelven más perversos", convirtiéndose en un control social de los cuerpos femeninos porque se sigue viendo al vientre de las mujeres como el centro "del territorio público para controlar, defender y matar la vida" y el embarazo se reduce a un sistema sobre lo que es o no la vida.

"Las palabras 'aborto' y 'vida' pierden sentido porque se han usado indiscriminadamente, no define lo fundamental o sea los seres humanos de carne y hueso, las consecuencias es que se toma a los cuerpos de las mujeres como territorio público", explicó.

Sugirió recuperar el significado etimológico de la palabra aborto que tiene un sentido de acción, de "cortar los brotes de la vida para que así produzcan otras ramas, que puedan generar nuevos frutos, tiene un sentido profundo de elegir una vida digna (para las mujeres)", finalizó su intervención.

Este foro "Interrupción del embarazo desde la experiencia de las mujeres: aportaciones interdisciplinarias" se realizó en el marco de la adhesión de la UNAM a la campaña HeForShe.