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Pistas sobre la polémica y debate del aborto





Foto: Brenda Ayala/MujeresNet


Por Josefina Hernández Téllez
Periodista, investigadora en estudios de género, profesora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH)y la UNAM, y responsable del grupo de investigación de Género y Comunicación de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC).

Josefina Hernández Téllez realiza un análisis sobre los debates políticos y periodísticos en torno al aborto desde el año 2000 en México; la columnista señala que se ha abordado el tema sin perspectiva de género, por lo que considera urgente retomar la discusión para crear políticas públicas a favor de las mujeres.

El tema del aborto es un tema polémico y neurálgico en nuestra sociedad. En él confluyen creencias religiosas, sentimientos, la moral, las políticas públicas y, por supuesto, un mosaico de ideas y tradición cultural.

Pese a que el siglo XX registró la mayor revolución que impactó al mundo -socialistas y capitalistas, dictaduras y democracias, repúblicas y principados-, es decir, la anticoncepción, el aborto es aún en muchos lugares un tema a discutir o, en la mayoría de los casos, un tópico que abre los puntos suspensivos.

Concretamente en México el avance en la materia ha sido desigual, inoportuno y rezagado, lo que ha provocado que se constituya en un serio problema de salud que rebasa las "buenas conciencias" y las políticas "adecuadas". Al año un millón de mujeres abortan en la clandestinidad. Representa un alto costo para el sector salud la atención médica por abortos mal practicados y constituye la cuarta causa de muerte entre las mujeres.

No obstante su innegable importancia, el tema es pocas veces abordado en campañas políticas y casi intocado en el aspecto jurídico porque el aborto al ser la interrupción, inducida o espontánea, del proceso de gestación humana es un tema considerado "privado", del ámbito íntimo, que en lo posible se ha soslayado del discurso público, ya sea político o periodístico.

Sin embargo, en las últimas tres décadas y con todas las transformaciones científico-sociales que han implicado para las mujeres, el aborto lentamente se ha movido al ámbito público de la discusión abierta donde coinciden el gobierno y sus políticas públicas de salud pero también parte de la postura de la iglesia sobre la protección de la vida.

De esta suerte el tema está sobre la mesa, aunque se evite políticamente sobre todo en tiempos electorales. Ante este panorama el periodismo lo vuelve un tópico de su agenda de tanto en tanto, con la salvedad de que no obstante que es un problema cotidiano en la vivencia femenina la oferta informativa es mínima a pesar de su importancia y sólo es nota cuando el hecho está rodeado de escándalo o escarnio. Por ejemplo, cuando muere la madre, o cuando dejan al feto tirado, o cuando grupos conservadores como Provida atacan clínicas donde se practican abortos, por mencionar algunos. Como el periodismo se ejerce primordialmente desde las empresas periodísticas, el hecho se trata para que "venda", la investigación -si la hay- es parcial e incompleta, a pesar de que existe un "público" femenino equiparable al masculino. A esto se suma la falta de control y el carácter clandestino de su realización, lo que impide tener datos exactos.

"Igual se habla de 50 mil que de 2 millones de abortos al año, o de 5 mil o 400 mil mujeres muertas a consecuencia de un aborto. Esto refleja las deficiencias en las fuentes de información y tiene como efecto que la magnitud de las variantes no permita a la población tener una imagen precisa y clara del problema" (Manejo de información, Claudia Infante).

En algunos países han legalizado el aborto y en conjunto representan poco más de la cuarta parte (26%) de los abortos que se practican en el mundo. Entre éstos está Cuba, Francia, la exURSS, Holanda, Japón y Estados Unidos.

En América Latina la incidencia de abortos se considera de las más elevadas, sin contar con datos precisos, tanto porque no está legalizado como porque, con excepciones, la ley restringe su práctica y se vuelve clandestina.

En México, concretamente, el panorama no es mejor. No se cuenta con mecanismos de registro. Hace dos décadas se consideraba una tasa anual de 250 mil abortos, aunque existen otras estimaciones que hablan de 700 mil, lo que refleja su complejidad.("Aborto, ¿asunto criminal o cuestión de política pública?" [en Razones y pasiones en torno al aborto], Gustavo Cabrera).

El aborto, tema espinoso, a veces pretendidamente ignorado, pero presente en nuestras prioridades nacionales, representa un buen prototipo para el análisis desde los medios de información sobre todo visto a la luz del fin de sexenio del último presidente priísta antes de la alternacia, Ernesto Zedillo Ponce de León, y de la jefatura de un gobierno de oposición, perredista y femenina, Rosario Robles Berlanga. Pues justo ese periodo fue crucial para legalizar el aborto por todas sus causales en el Distrito Federal en 2007 y endurecer las penas en 18 de los estados sin considerar la violación, el riesgo de vida de la madre o malformación del feto.

El debate periodístico de agosto del 2000 reveló quién y cómo se opina en torno a este tema de salud pública que se vuelve bandera de valores y moral. Iniciado el sexenio del "cambio", luego de más de setenta años de gobiernos priístas, cuando el Congreso guanajuatense, alentado quizá por la tradición conservadora del Partido de Acción Nacional que estaba por asumir el poder, decidió entrar a escena y reformar el Código Penal del estado de Guanajuato para suprimir el derecho del aborto en casos de violación, de malformaciones congénitas y de peligro de la madre.

Originalmente el artículo 163 del Código Penal del estado de Guanajuato permitía el aborto en casos de violación, no así en casos en que la madre corriera peligro o que el producto presentara malformaciones congénitas, sin embargo, en una decisión que la oposición calificó de unilateral, el Partido Acción Nacional presentó modificaciones a esta posibilidad, proponiendo una pena de tres meses a seis años de prisión y de diez a treinta días de multa a la mujer que abortara, aun en el caso de violación.

Con 17 votos a favor -del PAN, un expriísta y un miembro del Partido Alianza Social- y 16 en contra -del PRI, PRD, PT y PVEM- este partido en el gobierno estatal ganó la batalla en un primer momento, luego ante el alud de críticas y opiniones adversas, pero sobre todo por la "inconveniencia política" para el presidente panista electo, hubo de recular: previa consulta popular, el 30 de agosto el gobernador Martín Huerta anunciaba el veto a la ley antiaborto.

Antes, el 15 de agosto del 2000, para encender aún más el debate en el Distrito Federal, la jefa de gobierno Rosario Robles, presentó una iniciativa de ley para ampliar las causales del aborto en la ciudad argumentando que incluso otros estados de la República tenían códigos penales más avanzados en la materia pues aquí no se permitía el aborto en casos como malformaciones genéticas y cuando peligra la vida de la madre.

Este hecho atizó a la opinión pública, los principales actores del debate fueron en una primera instancia los legisladores locales, después el poder legislativo federal, los jerarcas de la iglesia, representantes de grupos y asociaciones civiles, gobernadores, funcionarios, partidos políticos y, por supuesto, líderes de opinión.

En la capital de la República finalmente, y para nuevo agravio de las corrientes opositoras al aborto, se legisló favorablemente por la interrupción del embarazo en los casos mencionados. Con esta decisión se actualizó el Código Penal en la materia y se confirmó la sensibilidad social al tema como un problema de salud más que de valores morales y discusión ideológica-religiosa.

Así, del 4 al 30 de agosto de 2000 penalizar o despenalizar el aborto en Guanajuato y actualizar el Código Penal del Distrito Federal fue el tema de discusión. El debate se ventiló sin discriminación en la prensa, la radio y la televisión. Fue un tema constante en estos espacios a pesar de que tres grandes temas de política nacional competían en la coyuntura informativa: el enfrentamiento en Chimalhuacán entre Guadalupe Buendía, La Loba, y el candidato priísta triunfador electo para regir este municipio, Jesús Tolentino; el caso del Registro Nacional de Vehículos (RENAVE) y su director Ricardo Cavallo, así como el escándalo de la huída del secretario de Turismo con licencia Oscar Espinosa Villarreal ante una acusación por desviación de fondos durante su gestión como regente de la ciudad de México.

La accidentada, pero válida, agenda del aborto en agosto del 2000 tuvo un trato y tratamiento periodístico.

Un análisis de los textos de opinión aparecidos en Reforma, El Universal y La Jornada durante el mes de agosto del 2000 reflejaron realidades de forma y fondo. De 87 artículos aparecidos en estos diarios 73 eran opiniones de hombres y 14 de mujeres. Éstos últimos representaron el 16 por ciento contra el 84 por ciento de los hombres. Cifra recurrente sobre la presencia de las mujeres en la agenda mediática.

De los 28 encabezados, que representan los conceptos o argumentos que plantean o marcan los hechos, personas o cosas que se abordan: 16 se refirieron al próximo gobierno panista de Vicente Fox y su partido; 4 revelaron la relación directa del tema con las mujeres; 4 más consignaron un título híbrido o poco claro sobre el tema a discutir; sólo 3 usaron la palabra aborto, y 1 de los encabezados asoció el debate a la iglesia y su jerarquía masculina.

De esta forma quedó claro que el tema de discusión no fue el aborto, sino tres aspectos relevantes del contexto político: Vicente Fox, PAN y los gobiernos panistas. La penalización del aborto no se discutió como política pública de salud, sino que permitió ventilar inquietudes sobre el tema de la sucesión presidencial panista y la próxima política de gobierno.


TEMAS

ARTICULISTAS

 

Vicente

Fox

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Gabriel Székely

Lourdes Galaz ( Conflictos de rompecabezas )

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Diputados del PAN

Congreso de

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PAN

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Lourdes Galaz ( Un compromiso inamovible )

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Ilán Semo

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Paz Fernández Cueto

Iglesia católica

 

Rosario Ibarra

Ikram Antaki

Teresa del Conde

José Steinsleger

Mujeres

Macario Schettino

Violación

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En este escenario la perspectiva de género en el debate sobre el aborto no se vio y no se ve porque, como histórica y tradicionalmente sucede, se antepusieron los "grandes" intereses de la nación, relegando situaciones de vida específicas, de mujeres, de hombres, que requieren políticas concretas en temas sensibles como lo es el aborto.

En segundo lugar, este panorama de invisibilización reveló que un tema, que si bien atañe a hombres y mujeres, pero principalmente a éstas, no fue suficientemente discutido por las propias mujeres, entonces ¿cómo podríamos incorporar nuestras opiniones? Este dato quizá no tendría mayor importancia si éste hubiera sido discutido desde el interés de éstas y los costos, pero no fue así, porque predominaron las miradas que ponderan la política (patriarcal, por supuesto) que involucran actores y costos -importantes, por supuesto-, pero que desdibujan cualquier beneficio, o protagonismo de la mitad de la población afectada, y en ese mismo grado impactan negativamente a la sociedad en general.

A década y media el panorama de salud pública de las mujeres sigue siendo asignatura pendiente. El aborto sigue siendo la tercera causa de mortalidad materna (SSA-DGEI, 1998), "prácticamente todas estas muertes serían evitables, que ocurran principalmente en mujeres pobres son datos que ayudan a comprender la situación sociopolítica del problema" (El aborto entre mujeres pobres. Sociología de la experiencia, Joaquina Erviti). El curso siguiente de los hechos y la despenalización en sólo el Distrito Federal, revela la paradoja del centralismo y la quimera discursiva de modernidad y desarrollo, así como de sensibilidad política y cultural sobre el tema. Es urgente retomar la discusión por la salud, el bienestar y la participación democrática de las mujeres, la mitad de la población. Esta historia reciente pasada lo demuestra.







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