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Frases Feministas
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No necesito alas para volar



Foto: Brenda Ayala/MujeresNet

Por María Esther Espinosa Calderón
Periodista, ha colaborado en diversos medios, entre ellos el Uno más Uno, Mira, El Universal, Etcétera, 'Triple Jornada' del periódico La Jornada, y en la revista Fem.

María Esther Espinosa Calderón habla de la asociación civil Detrás del Espejo y su taller literario 'Tengo alas', impartido en un Cereso femenil de Uruapan, Michoacán, cuyo objetivo ha sido crear actividades que contrarresten la violencia, la ignorancia, la falta de sensibilidad en la que está sumergida nuestra sociedad y empoderar a las reclusas.

En memoria de Esperanza Cervantes

En memoria de Rosa María Jasso

"Quiso volar igual que las gaviotas, libre en el aire, por el aire libre y los demás dijeron, ¡pobre idiota, no sabe que volar es imposible!" La canción "Castillos en el aire" de Alberto Cortez pudiera ser una fuente de inspiración para las internas del Centro de Reinserción Social "Lic. Eduardo Ruiz" de Uruapan, Michoacán, que quisieran tener alas para emprender el vuelo hacia la libertad, estar con sus seres queridos y ser felices.

Desde hace dos años las/los integrantes de la asociación civil Detrás del Espejo se dan cita los sábados durante dos horas para llevarles a las internas del Cereso el taller literario Tengo Alas, ahí ellas dan rienda suelta a su imaginación y sueñan con estar fuera de las rejas que les ha aprisionado el corazón y el cuerpo, pero no la mente.

Construyen castillos en el aire en cada uno de sus escritos, para borrar de sus vidas la violencia, la pobreza, la ignorancia o las circunstancias que las llevaron a vivir encerradas y olvidadas por quienes las obligaron a delinquir o por las familias, el padre, la madre, los/as hijos/as que viven lejos y que no pueden visitarlas, como la canción: "construyen ventanas fabulosas, llenas de luz, de magia y de color".

La doctora María Concepción Ramírez Sámano, integrante de Detrás del Espejo, explica que "Tengo Alas nace como una forma de propiciar el empoderamiento de las mujeres, sobre todo de aquellas que se encuentran en condiciones de mayor desventaja y marginación".

El taller está conformado por 20 internas de una población cambiante de 40, hasta el momento han publicado un poemario y se encuentran produciendo un audiolibro con los textos escritos por ellas.

Cada quien tiene su propia historia y la plasma en su poema o en su escrito, los sábados durante dos horas tejen sus sueños, abren sus brazos hacia la libertad, aunque sólo sea en su ser imaginario, porque para ellas la realidad es otra, el tiempo es otro, pasa lento, como si no transcurriera, como si fuera una eternidad. Un día es igual a otro.

"Nuestra misión no incluye saber los motivos por los que están ahí, no les preguntamos, aunque inevitablemente lo sabemos: tráfico y posesión de drogas, homicidio, secuestro, fraude. Desafortunadamente la mayoría aún no reciben sentencia, así que muchas pueden ser inocentes", afirma María Concepción y agrega: es común que la pareja o la familia abandone a la mujer cuando ingresa a un Cereso.

"A diferencia de los penales de varones, en el de mujeres, no hay filas, ni aglomeraciones. Ellas se quedan como Penélope, tejiendo sueños y esperando la llegada del ser querido, que nunca vendrá, porque son abandonadas por sus parejas, maridos o familia; o son madres solteras sin apoyo alguno, o están en una cárcel muy lejos de su ciudad o país de origen". [1]

En los reclusorios femeniles, el de Uruapan no es la excepción, es común que las visitantes sean también del mismo sexo; los hombres brillan por su ausencia. "Las mujeres que estamos en la cárcel somos como espíritus que deambulan por los mismos lugares. ¿Cuántas veces no habré pisado las mismas lozas en este lugar? La cárcel es como estar en una cripta, pero sin estar muerta, en espera del Juicio Final. Nosotras aguardamos ese juicio para salir al exterior, para salir a vivir". [2]

La doctora Ramírez Sámano explica que la respuesta de las internas del reclusorio ha sido asombrosa. Primero con desconfianza, con miedo, se fueron integrando al taller. Varias de ellas apenas escriben y leen, pero ahora se han entregado abiertamente a las actividades, han reconocido que son capaces de expresar lo que sienten, lo que piensan y no solo de hacerlo, sino de hacerlo literariamente. Han crecido en cuanto a confianza en ellas mismas, en cuanto a reconocerse como personas valiosas y dignas a pesar de estar donde están, a pesar de haberse equivocado, a pesar de sufrir la injusticia de un sistema penitenciario con muchas carencias y corrupción. Han logrado mantener su esperanza viva en un presente y un futuro mejor.

Historias hay muchas y muy desgarradoras, señala la doctora María Concepción a quien le impresionó la de Sonia (por llamarla de alguna manera): fue secuestrada por un hombre mayor cuando ella tenía 14 años, la obligó a vivir con él, fue víctima de violencia constante. La abandonó con varios hijos pequeños, no tenía para comer, después conoció a una persona involucrada con el tráfico de drogas, quién la apoyó pero luego la dejó a su suerte al huir, a ella la detuvieron y ahora está en la cárcel, lejos de su pueblo, de sus hijos y de su familia.

"Mi mejor experiencia y aprendizaje ha sido reafirmar que todas las mujeres somos iguales, hechas de la misma pasta. Que todos los seres humanos sentimos las mismas emociones, estemos en donde estemos, que tenemos el mismo valor y dignidad. Que todos somos susceptibles de equivocarnos de una forma y que tenemos el derecho de tener nuevas oportunidades siempre.

"Ellas, han tenido la desgracia de vivir circunstancias poco favorables, que las llevaron a actuar de una forma errónea, como nos puede suceder a cualquiera. He aprendido con ellas, que las mujeres somos Eva, aquella a la que siempre se le acusa".

El taller Tengo Alas, es un oasis dentro de tanta adversidad como lo es también la asociación Detrás del Espejo que nace por la necesidad de crear actividades que contrarresten la violencia, la ignorancia, la falta de sensibilidad en la que está sumergida "nuestra sociedad", asegura la doctora Ramírez Sámano. Se crea como una forma de luchar a favor de la humanización de nuestra vida cotidiana, ante la carencia de alternativas que nos hagan mejores personas.

A parte de Tengo Alas, Detrás del Espejo organiza el Concurso estatal de Cuento "Eduardo Ruíz", así como el taller literario Deshilando palabras, el Festival María Zambrano que se lleva a cabo cada año para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, el Encuentro Interamericano de Cultura Carlos Monsiváis, presentación de libros y "Los Pasos de la Muerte" Festival cultural del día de los muertos.

"Siempre he creído que soy libre porque mi espíritu nadie lo puede aprisionar. Mas llevo tantos años viendo injusticias y miserias. Viendo tanto dolor y sufrimiento de madres arrancadas de sus hijos. O hijas arrancadas de sus padres. O hijas de nadie: despreciadas, abandonadas, aborrecidas por la sociedad y su familia. He visto tanto que mi espíritu a veces ya no quiere viajar". [3]

Notas:

[1] Espinosa Calderón, María Esther, "Tejiendo sueños hacia la libertad" en www.mujeresnet.info
[2] Aldrete Sara, "Me dicen la Narcosatánica ", Colibrí, pág. 39
[3] Aldrete, Sara, obra citada, pág. 109






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