ABRIL 2013

Maestría en Estudios de la Mujer: producción de feministas

A propósito de los 15 años de la Maestría en Estudios de la Mujer en la UAM-X, la columnista expresa su alegría por ser parte de las profesionistas que promueven transformaciones de género.

"Semillas lanzadas a lo largo del país". Sí, creo que esa es la mejor expresión para referirse a las egresadas y egresados de la Maestría en Estudios de la Mujer, de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco, que en marzo pasado conmemoró su XV Aniversario.

La frase fue utilizada por la antropóloga Ángeles Sánchez Bringas, al indicar que más de cien egresadas y egresados en ocho generaciones de ese posgrado están "generando una nueva mirada de los problemas del país; ellas y ellos están elaborando nuevas propuestas teórico-políticas para la transformación de la sociedad y esto lo hacen desde distintos rincones de este país y de América Latina."

Y es cierto, pero su trabajo se conoce poco. Quizá porque se piensa que para hablar de feminismo y género están las ya consagradas como Marta Lamas, Marcela Lagarde o Teresita de Barbieri. Sus análisis han sido la base de una buena parte de estudios de las mujeres en México, del fundamento de programas y acciones políticas, y del desarrollo de profesionistas y activistas con conciencia feminista (o para estar ad hoc con los tiempos modernos: con conciencia de género), pero -afortunadamente- ya no son las únicas.

Podemos decir que la maestría y otros posgrados de estudios de género han sido el terreno y esas mentoras -y muchas más- el agua. Ya rindieron frutos y muy buenos, al promover la transformación no solo en el ámbito académico, sino en la vida personal de muchas mujeres y hombres que continuaron su formación en esos espacios o en otros de la sociedad civil, los partidos políticos o la administración pública.

"No me consideraba feminista", "me enseñó a encontrar un ‘balance' de mi feminismo", "aprendí que el feminismo no es esa beligerancia de sentir la injusticia, sino una forma de vida que permite tejer relaciones equitativas, democráticas y de buen trato", "es una experiencia que me ha marcado el resto de mi vida" y "mi postura ante la vida ha cambiado para bien", fueron parte de los testimonios de Edna Torres Ramos (generación 2002-2004), Yarabid Paola González Peña (2006-2008), Kutzi Hernández Galván (2007-2009, Universidad Autónoma de Zacatecas), Nancy Lysvet Flores Castillo (2008-2010) y Sara Chávez Ruiz (2010-2012) expuestos durante la fiesta de Quince Años.

Desde la vida personal, profesional y laboral, las egresadas relataron sus experiencias alrededor de la Maestría. Todas coincidieron en que han tenido otra forma de ver la vida, pero también muchas de ellas reafirmaron esa postura, como la autora de esta Columna de Aniversario. Sí, porque también yo soy egresada de Ahí, por partida doble, pues también cursé la licenciatura de Ciencias de la Comunicación en la UAM-X .

Presente en el acto, me identifiqué con Kutzi, una joven periodista de Zacatecas, quien comentó que si años atrás con una bola de cristal le hubieran dicho que iba a estudiar esta maestría, no lo hubiera creído. Yo tampoco. Bueno, ni siquiera que iba a estudiar; el futuro para mí ya estaba escrito: vender jugos en la esquina de mi casa.

De hecho, mi asombro comenzó cuando terminé el bachillerato, siguió cuando acabé la licenciatura, creció cuando estudié la Especialización en Estudios de la Mujer en el Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer (PIEM) de El Colegio de México y prevaleció cuando -a mis 45 años- me apunté en la Maestría. Ahí estábamos tres que rebasábamos las cuatro décadas de vida.

Yo estaba feliz de regresar a la escuela en donde aprendí muchas cosas nuevas, como la mayoría de mis jóvenes compañeras, ávidas de conocer, pero también de cuestionar, reclamar y de reflexionar, con ese empuje y seguridad que caracterizaba a todas.

Eran igual que aquellas "jóvenes entusiastas" quienes provenían "de diferentes plataformas políticas del feminismo luchando por la democratización del país" y que buscaban "crear un espacio autónomo de investigación en el campo de las mujeres y el género que tuviera reconocimiento dentro de los programas universitarios", como lo narró Sánchez Bringas.

La profesora, quien habló en nombre de la Coordinación de la Maestría , expuso cómo con otras académicas, entre ellas Eli Bartra y Humbelina Loyden, combatieron con "trabajo de alta calidad, tanto en la docencia como en la investigación, la reticencia a reconocer el mérito académico de nuestros programas de estudio, batalla que implicó un largo proceso de sensibilización y proselitismo con las y los colegas y el fomento por una nueva cultura de género".

Ese proceso, dijo, "ha requerido una inversión de energía difícil de cuantificar". De hecho, las mujeres siempre han invertido doble esfuerzo para que se reconozca la mitad de lo que hacen en todos los espacios de su desarrollo, aspecto que se confunde con una "naturaleza femenina", cuando en realidad es porque la aportación de las mujeres en el desarrollo económico, político y social del país -incluso, en su papel de madres y cabezas de familia- se considera algo secundario o aislado.

Una amiga de mi edad, quien hace poco terminó su maestría en el área de ciencias sociales, en la misma UAM-X, quería incorporar la perspectiva de género en su tema de investigación. Al proponerlo, la respuesta que le dieron fue que si quería hacer eso, se fuera a la Maestría de Estudios de la Mujer.

Como periodista feminista, a Kutzi también le ha pasado lo mismo. Relató que en donde trabaja, cuando se trata de un tema sobre mujeres, la señalan: "Ahí está Kutzi, que ella lo haga", sin pago extra. Yo también tenía la misma etiqueta: " ¡Aguas, ahí viene la feminista!", decían entre dientes. " ¡Ay, tú y tus ideas!", me soltaban entre lenguas y a boca abierta.

Kutzi dijo que se sentía sola, pues ha encontrado en el ámbito periodístico de Zacatecas una gran resistencia a los temas de género. Yo no me sentía así porque en el Distrito Federal las cosas cambiaron más rápidamente, además de que había muchas otras mujeres "solas", liberadas de los moldes y las tallas pequeñas, quienes me acompañaron en mi travesía feminista. Ora sí, Kutzi -como dice la canción- somos muchas más que cien.

La fiesta, casi íntima y familiar -aun sin conocernos muchas- fue organizada por un grupo de egresadas, varias de las cuales formaron una asociación para abrirse paso. Los festejos seguirán todo el año y en la página de facebook: Maestría en Estudios de la Mujer, se podrá ver la programación.

Espero que en alguna de las actividades esté el rector Salvador Vega y León, para reconocer el prestigio que la Maestría le ha otorgado a la UAM-X , al estar reconocida como un programa de excelencia por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y formar parte del padrón nacional de posgrados. En tanto, a mis casi 50 años, me siento como una quinceañera: con damas de honor, mariachis, pastel y velitas.