Hay una Zona cero que es la memoria de la construcción, de la imaginación, de la palabra, de la inteligencia. Esa Zona cero se hizo por pasión, por amor a la literatura y al periodismo; se hizo con el deseo de compartir autores y obras.

Adriana Cortés Koloffón es una apasionada de la palabra hecha literatura. Por eso ha elegido a 43 creadores para que le cuenten sus historias, para que le den panoramas sobre alguna obra reciente escrita por ellos. Y presenta Zona cero que es producto de un género periodístico extraordinario: la entrevista. Ella ha colaborado en las secciones culturales de la revista Siempre! , en el periódico El financiero y en el suplemento La jornada semanal .

Este es un libro que tiene un total de ¡43! entrevistas, organizado en cuatro apartados: "Historia(s)", "Fin de las utopías", "Espejos (Cultura y crítica literaria)" y "Fronteras". Por supuesto, hay autores muy cercanos a nosotros, algunos lejanos e incluso, algunos que pueden resultar desconocidos; estos últimos se vuelven, después de las respuestas que le dan a la entrevistadora, seres muy próximos.

La obra arranca con historias de escritores, de quienes tenemos una visión concretísima al leer el título de las entrevistas. Por ejemplo, sabemos que Elena Poniatowska está "marcada con sello de fuego"; que Mónica Lavín "imagina a sor Juana"; que Jorge Edwards es "persona non grata"; que Enrique Serna está en "los límites del deseo"; o que Eduardo Galeana dice que "el diablo es rojo y negro".

En la segunda parte, encontramos a autores muy queridos, muy polémicos o muy interesantes o todo junto, como Guillermo Fadanelli que anda "entre el deseo y el poder"; o Juan Villoro que puede ser Julio Valdivieso; o Fernando Vallejo que "narra el infierno"; o Margaret Atwood que es "tejedora de ficciones".

En el apartado "Espejos", Cortés Koloffón obsequia los juicios de Bolívar Echeverría, Antonio Tabucchi, Angelina Muñiz-Huberman, Sergio Pitol, Jorge Herralde, Sergio Fernández o Luce López-Baralt de quien sabemos que tiene pasión por la literatura árabe, y cinco autores más.

En la última sección de Zona cero no perdemos de vista el límite que marcan las fronteras; por tanto, escritores como Luis Humberto Crosthwaite, Élmer Mendoza, Margo Glantz, Nadine Gordimer, José Saramago, Nélida Piñón, Cristina Rivera Garza, Luisa Valenzuela o Andrés Neuman relatan su vivencias respecto a sus antepasados y a su presente.

Como es obvio, hay entrevistas que uno quisiera comerse, para tenerlas siempre en la memoria. Hay algunas declaraciones que se vuelven inolvidables debido a la honestidad dolorosa, a la intensidad incontenible o a que, en parte, son producto de la frescura documentada de la pregunta.

Adriana, quien estudió el doctorado en literatura iberoamericana, en la UNAM, refleja la mezcla y el equilibrio de su sensibilidad con su inteligencia y su profesionalismo. No hay pregunta que no muestre la lectura acuciosa de las obras de los autores entrevistados, el manejo que tiene de los personajes o los entresijos de las obras, o sus referencias sobre el contexto socio-político de cada creador al que cuestiona. El libro, también, es una lección de periodismo cultural.

Una de las entrevistas inolvidables, para quien esto escribe, es la que Cortés Koloffón titula "Zoé Valdés, una escritora cubana en el exilio". Habla de un tema ancestral y actual: la migración y la inmigración. La vida, al final de cuentas, es una mudanza constante, pero los libros que recogen historias de la realidad de los que escriben ficciones, deja huella.

Desde aquí se le agradece a Adriana su aportación al placer y a las sorpresas. Si no fuera por ella, no se sabría que una autora como Zoé Valdés opina que "... ahora no tenemos espíritus tristes, melancólicos, ahora sólo hay sujetos deprimidos, que al más mínimo síntoma asisten al psiquiatra para que los atiborre de pastillas. Antes, si estabas triste, ese estado maravilloso te conducía a escribir un poema, a componer una melodía, a pintar un cuadro, a recordar mediante la escritura, o a evocaciones alucinatorias provocadas por el ser mismo. La droga estaba en la sangre, en el cerebro, sabíamos exacerbarla, éramos más dueños de nuestro cuerpo, y de nuestra mente".

Cortés Koloffón, Adriana. Zona cero. Entrevistas con escritores. UNAM. México, 2012, 345 pp.