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Desde el caracol regreso, desde el caracol aquí estoy





Por María Esther Espinosa Calderón
Periodista, ha colaborado en diversos medios, entre ellos el Uno más Uno, Mira, El Universal, Etcétera, 'Triple Jornada' del periódico La Jornada, y en la revista Fem.

La autora nos comparte sus recuerdos y a la vez hace un gran homenaje a una mujer que marcó su vida, la de sus hijos y muchas más personas por su forma de ser y su pasión por la música que logró contagiar a sus estudiantes, y que se ha despedido de esta vida: miss Laura Abitia.

In memorian de Laura Abitia

BRUJAS (Laura Abitia)


Brujas de asfalto en la cocina,
vuelan tan alto conjurando esa rutina;
brujas de pan
que amasan un mar de misterios
para no naufragar.

Brujas buscando algún hechizo,
un sortilegio contra amores indecisos;
brujas de tul
cerrando el baúl de leyendas
sobre el príncipe azul.

Brujas... Sueñan...
Remiendan esa luz de primavera.

Brujas en fuga
rompiendo maleficios,
cada día es el propicio
para rescatar la voz.

Brujas de canto y contradanza
redescubriendo su lugar en la balanza;
brujas al fin,
son fruto y raíz de este cuento
que nos toca vivir.

Laura volvió a su cuarto, barrió y abrió su caracol, entró en él para irse de viaje, partió dejando sus canciones, sus bailes, su guitarra, sus recuerdos, sus amores, su hijo, su música. Se sacudió el corazón para ver la mañana que sonreía impaciente en su ventana, esperó la tarde de ese domingo para subirse a descansar al caracol, con sus ojos cerrados, ya sin sufrimiento; sintiendo el cielo que la esperaba con un coro de ángeles celestiales a los que ella dirigiría de ahora en adelante.

Miss Laura, como muchos (as) la conocimos, un día llegó al Instituto Condesa con su guitarra al hombro a dar clase de música a los (as) niños (as), formó el coro, les enseñó a sentir y vivir sus voces. A gozar las canciones que les ponía, como la de Brujas, Tendidos como bandidos, o algunas más de su creación o aquellas que ensayaban para los festivales en los que participarían. Con ella por primera vez, pasaron a la segunda etapa del concurso del Himno Nacional. Cuando la estudiantina iba a otras escuelas, era una delicia ver cómo la dirigía y cómo disfrutaba y hacía que disfrutáramos juntos (as).

Al despedirse porque se iba a vivir a Zihuatanejo, los alumnos y alumnas de esa escuela lo sufrieron, lloraron, la iban a extrañar, como la extrañamos quienes la conocíamos. Nunca perdió el contacto con sus alumnos (as), se comunicaban primero por correo electrónico y luego por facebook, fue así como nos enteramos, primero de su enfermedad y luego de su partida.

Víctor mi hijo, un día me pidió la guitarrita que le dio su abuelo Beto porque en sus clases de estudiantina miss Laura le iba a enseñar a tocarla, con ella aprendió los primero acordes. A Mario, mi otro hijo lo enseñó a amar la música, también a deleitarse en cada presentación. Al igual que varios de sus compañeros y compañeras sintieron muy dentro de su alma que partiera en su caracol y lo cerrara una tarde de domingo en la que mis hijos y yo sentimos en el fondo de nuestra alma la partida de miss Laura.

Para Laura "abrir el caracol es conocer el interior: los sueños, las realidades, las cicatrices, las esperanzas". Nombró Desde el Caracol a su cd más reciente: “vuelvo a colgarme de esa luna ilusa a la mitad y me dejo engatusar por un duende que apunta a mis paredes con su tinta y mis ganas con su voz. Suena la tarde, resucitan las luces de neón y mi caracol vuelvo a cerrar”.

Compositora y cantante con más de 33 años de carrera profesional, fue pionera de muchos movimientos artísticos. No era ajena a la realidad del país, a las cuestiones sociales, a la violencia hacia las mujeres, a los feminicidios, de ahí su composición Una más en Juárez: "Ella baja sola del autobús, en su mochila su juventud, un par de recuerdos bien guardados bajo el corazón y aquella promesa de que todo será mejor, la noche de Juárez la vio pasar... Vino buscando la vida y se encontró la muerte, quiero saber hasta cuando todo reviente. La tierra cubría su desnudez, niña de obsidiana mitad mujer".

Con la fuerza de su guitarra, con el sentimiento en cada composición, con su propio estilo, mezcla de blues, balada, pop, reggae, Laura vivió siempre con pasión la música y la enseñanza de la misma. Ella decía: "canto, bailo, bebo, hago canciones y sobre todo vivo". Pero su vida se marchitó muy pronto.

También afirmaba que la "inseguridad mata cualquier talento", ella no la tenía, era talentosa en toda la extensión de la palabra. Se preguntaba si "alguien sabía dónde está el futuro"; ese futuro que se le adelantó. "Desde el caracol regreso, desde el caracol aquí estoy". Aquí se queda su esencia, su riqueza musical, su alma y los recuerdos de todos aquellos y aquellas que aprendieron con ella algo de toda su vivencia.

Junto con Tere Estrada, Ana Pizarro, Adla Cano y María Tort dieron vida al espectáculo Mujeres en fuga, describieron al grupo de la siguiente manera: "Es un cuento de hadas, es una experiencia que sólo se puede sentir, un ritual donde la dualidad entre la obscuridad y la luz se ponen de manifiesto desde los primeros acordes, sus textos narran, describen y denuncian".

Mujeres en fuga es una "perfecta mezcla de sus voces e instrumentos que con elementos de una pócima encantan al espectador. El pop, el rock, el blues, la balada son elementos necesarios de la canción urbana, son el vehículo de esa expresión que pretende ser representativa del desarrollo actual de la mujer y su compromiso con la sociedad".

El proyecto de Mujeres en fuga nació con la idea de conformar una plataforma creativa y artística conjunta que rompiera las barreras de segregación y discriminación no sólo hacia las mujeres sino de los artistas independientes de México. Las cantantes, compositoras e instrumentalistas que integran el grupo se acompañan entre sí, amalgaman sus estilos interpretando el sentir de la mujer, de su desarrollo actual. De su concepción del mundo y su compromiso con la sociedad. En cada concierto comparten la magia de sus textos, el hechizo de sus voces, la intensidad de su entrega.

Así de entregada, no sólo en Mujeres en Fuga sino en sus presentaciones personales, Laura Abitia daba el alma, corazón, pasión e ilusión. Hacía llorar y reír a su guitarra, al igual que a su voz, se gozaban y disfrutaban mutuamente. Básicamente autodidacta, colaboró con diversos grupos como Ollin-Atl, Colectivo y Metamorfosis. Participó en espectáculos con Julia Marichal (q.e.p.d), estuvo en el taller de composición de Amparo Rubín, se presentó en innumerables festivales populares, universidades y centros culturales, así como en programas de radio y televisión. Tiene una discográfica independiente titulada Laura Abitia y Desde el Caracol. Algunas cantantes como Amparo Ochoa y Nina Galindo interpretaron composiciones de ella.

En el caracol Laura puso mucho de su nostalgia, de sus tristezas, de sus alegrías, de sus convicciones, de sus anhelos. A miss Laura siempre la recordaremos con su pelo largo, con su guitarra, con su afinada voz, con sus maravillosos ojos, con su agradable carácter que conquistó a las niñas y niños no sólo del Instituto Condesa, sino de todos los lugares donde daba clase; dirigiendo el coro donde participaron mis hijos Víctor y Mario, escuchando canciones tradicionales y composiciones suyas. Era una delicia y el mejor regalo que nos hacía a los padres y madres de familia. Hasta siempre miss Laura, algún día nos encontraremos desde o dentro de su caracol.









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