México, D.F., 26 de agosto de 2012/MujeresNet.- Con la llegada de la escritora Elena Poniatowska, y el encuentro entre Rosario Ibarra y las Doñas del Comité Eureka, en el Museo Casa de la Memoria Indómita; el pasado domingo 26 dio inicio el tan esperado homenaje a la mujer que en conjunto con otras mujeres, hombres, hijos, hijas, familiares, luchan por esclarecer las desapariciones forzadas de sus seres queridos, e Ibarra, al ser pionera de los derechos humanos, busca de igual forma la defensa de los mismos, paz y democracia en México.

Con la participación de Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S. México), Academia Mexicana de Derechos Humanos, Vaso Frágil Tocando el Mundo, y con motivo del 30 aniversario de la fundación del Comité Eureka por Rosario Ibarra, se recordó y dio testimonio de lo ocurrido durante los gobiernos de Díaz Ordaz y Echeverría.

"Solo cumplo con mi oficio de ser madre", primer bloque del homenaje en el que Elena Poniatowska lee una reseña del arduo trabajo que Rosario Ibarra realizó al momento en que su hijo Jesús Piedra Ibarra es uno de los tantos hombres y mujeres que desaparece. Posteriormente, Intí Martínez Gaytán, hijo de Laura Gaytán, narra la lamentable detención y desaparición de su madre ocurrida el 5 de abril de 1979.

A ésta, se le suma otra participación por parte de Mario Álvaro Cartagena López, "El Guaymas", quien declara lo vivido durante su detención ("levantón2, como él mismo lo dice) y tortura de 1974 a 1976; con un nudo en la garganta e impotencia, las Doñas del Comité así como los ahí presentes, escuchan sin interrumpir la participación de "El Guaymas".

Seguido de la proyección en pantalla, de madres que relatan la desaparición de sus hijos, hermanos, tíos, y del apoyo, fuerza y consejos que Rosario Ibarra ha brindado, dan cuenta de la labor que ella ha realizado a lo largo de más de treinta años al existir mujeres, hombres y familias que levanta la voz para exigir paz y justicia en México.

Llega la hora de otorgar un reconocimiento en figurilla a Rosario Ibarra y a las Doñas del Comité Eureka; ya que como Rosario Ibarra lo mencionó, el reconocimiento no sólo debe ni puede ser para ella, el reconocimiento es de todas y todos los que han creído y apoyado la causa. El reconocimiento se trata de una estatuilla en forma de mundo que está detenido por las manos de una mujer, "manos que representan la fuerza". Y así, les fue entregado a cada una de las mujeres del comité el reconocimiento por su labor. Al momento de pasar cada una por su reconocimiento, portaban en mano o colgada al cuello la foto de su ser querido desaparecido.

Frases como "Sólo cumplo con mi oficio de ser madre" y "No tuve hijos para venderlos... Nuestros hijos no tienen precio", fueron pronunciadas por Rosario Ibarra en algún momento, la primera cuando tuvo que enfrentarse en su lucha por la aclaración del paradero de su hijo, y la segunda, al momento de rechazar la indemnización sin una respuesta sobre la situación de su hijo y los cientos de hijos, hijas y familiares de las demás mujeres; frases con las que madres, abuelas, hermanas, etc., se identifican.

El momento más emotivo es el final, cuando todas y todos al unísono gritan "Vivos los llevaron, vivos los queremos".


Fotos: Andrea García Vázquez