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¿Vivir o sobrevivir?
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Por Asalia Solís
Enlace de la Revista Buena Noticia, integrante de redes sociales, en pro del bien común.
* La autora nos ofrece una reflexión sobre cómo las mujeres se dedican a cumplir los deseos de otros y no los de ellas, y destaca la importancia de recuperar el autoestima, conquistar espacios de recreación, motivaciones, retos, y adquirir nuevos aprendizajes.
¿Quién atendió las normas del buen decir? La mujer no grita, ha de ser ciega, sumisa, sorda, sometida, y de plano muda ante el eminente "pavoneo" descarado del varón, justificado en cada acto por las leyes sociales, compadrazgos, familia, amigos y demás. Con dificultad la mujer sobresale un paso o dos delante de él, no por incapaz, sino por falta de empuje, credibilidad, respaldo. Su propio género vuelca sobre la subversiva desacreditaciones: "¡Estás equivocada!", "eso no se hace", "piensa las cosas", "no lo lograrás", "¿estás loca?". Aquella intolerante sigue de frente y se enfrenta a nuevas conquistas. El resto, aturdida con tanta palabrería, se queda quieta y ve pasar su vida sumida en minutos, horas, y días eternos ejerciendo papeles secundarios: madre, esposa, hija, trabajadora, por tanto, se convierte en todo y nada a la vez: "la madre de", "la esposa de", "la hija de", "la empleada de" afanada en tareas diurnas y vespertinas que no están del todo mal, sin embargo, no es lo único existente. Así responden a las demandas de todos. Por eso ya no danzan al ritmo de sus ideas. Lloran sus penas y avivan sus llagas, luego las cubren, deseando mejorar. Hace tiempo palabras dulces y suaves endulzaban sus oídos y le hacían vislumbrar una vida de ensueño, hoy ese encantador, susurrador de palabras bonitas es un hijo más; ¿encomienda o cruz?, un simple compañero de días, ególatra, vecino, huésped, conquistador de extranjeras... "todo un hombre", un simple recuerdo del ayer.
Quizás esas son las razones por las que a veces se evaden en el tiempo.¿Las has visto balbucear?, musitar con su mirada perdida hacia un punto fijo sin gesticular, luego despiertan y siguen planchando, barriendo, lavando... Sueñan despiertas y llenan sus pulmones de nostalgia o ilusión. Lo determinante será entender que: «Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca hiciste» Anónimo.
¿Por qué no atreverse a jugar con el viento? Admiro su estatura cuando se ponen de pie sin temblarles las piernas, seguras de lo que son, cuando se crecen ante sí mismas, atreviéndose a experimentar, sentir, llorar, reír, sonrojarse o externar un pensamiento en el campo contrario. Respeto cuando se yerguen ante lo impuesto, cuando visten portentosas su dignidad. Ser airada no es malo, es dar la cara al viento, a la tempestad, a la luz. Ser "libertina" es construir en burbujas. No es necesario ser extremista, basta con ver de frente al amanecer cada mañana con un propósito propio, reestructurar el pensamiento y abrir la puerta a nuevas ideas, aterrizadas, operantes y de gusto particular. Mujeres que no se intercambian, ni se esconden, simplemente se cultivan.
Admiro a las que abonan huerta y saben que los frutos dependen de sus esfuerzos y no de un hortelano extraño. ¿Por qué elegir entre ser o permutarse? Ambas respiran felicidad o infelicidad, conciencia u oscuridad, trascendencia o fijación, emotividad o lágrimas. El resultado es distinto: libera o encasilla. Lograr o relegarse a aplaudir logros ajenos. El ser y trascender muere cuando el miedo lo encierra y el ¡detente¡ lo asfixia. Nadie nació para cumplir los deseos de otros, recuperar el autoestima es prioridad sin caer en idolatría. Conquistar espacios de recreación, motivaciones, retos, y adquirir nuevos aprendizajes es vital ¿Quién se atreve a ser mujer? ¡Piense! ¿ Si puede ser el timón en la vida de otro por qué no serlo para sí? Sigamos el pensamiento de Ortega y Gasset «La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada».