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Qué esperamos con los primeros rayos de sol del 2012
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Por Karina Ortega Maya
Lic. en Comunicación y Relaciones Públicas por la Universidad Latinoamericana (ULA), con Maestría en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.
* ¿Es posible una mujer candidata para las elecciones presidenciales este 2012 y que además obtenga nuestro voto? La autora hace un recuento de las candidaturas de mujeres de los tres principales partidos políticos en México, y reflexiona sobre el juego de simulación al que son sujetas.
Cómo es la vida, cada que termina e inicia un año hacemos un balance de lo bueno que nos ocurrió durante el año que concluye y planeamos que deseamos obtener para el nuevo año, de ahí que realizamos una serie de propósitos, algunos personales: si hacer más ejercicio, conseguir un mejor trabajo, y otros quizás más altruistas, pero lo común entre todos los doce deseos que nos brindan cada una de las doce campanadas que anuncian la llegada del nuevo año, es que suelen coincidir con una mejoría de vida para nosotros y para nuestros seres queridos, y esto curiosamente se convierte en una cadenita que suele traspasar las fronteras de nuestro hogar.
Si bien para México este 2012 será un año controversial y decisivo por la elección del nuevo mandatario, esto nos llevará a todos los mexicanos a la toma de decisiones bien cimentadas y reflexionadas sobre nuestro voto, ya que a la larga esa decisión transcenderá por los próximos seis años, tanto a nivel nacional como en nuestra vida familiar y lo bueno o malo que pase nos afectará inevitablemente. Que si llega tal o cual candidato, de tal o cual partido, no es lo importante, sino lo importante es que quien llegue a gobernarnos con la actual situación que enfrenta México tanto a nivel político -por la lucha y enfrentamientos entre los distintas ideologías partidarias ya sea del PAN, PRD, PRI y sus coaliciones-, así como la situación económica precaria en la que estamos viviendo, y la caótica situación de seguridad que impera a nivel nacional, y claro en el aspecto de la lucha de géneros la desfavorable y continua cultura machista que lejos de disiparse en este inicio del siglo XXI sigue latente y cada vez más presente; trabaje ciertamente, una vez que ocupe la silla presidencial, si desea un cambio real en la situación del país, y sacarlo adelante de esta situación alarmante, sangrienta y confusa en la que estamos estancados, más allá de su siglas de partido.
Quizás sería justo que uno de los doce deseos de este año fuera que existiera más respeto hacia las mujeres, y la equidad entre los géneros fuera una realidad, y no siguiéramos escuchando de más casos de mujeres golpeadas, violentadas, ignoradas, menospreciadas por la constante y existente tradición machista, en primera a nivel del hogar y, después, a nivel profesional. ¿Será que México con estos signos de discriminación e inequidad está preparado para ser guiado por una mujer, quizás Josefina Vázquez Mota? ¿Realmente puede ser elegida candidata oficial del Partido Acción Nacional o sólo es una maniobra del PAN para adherirse más votos y presentarse como un partido igualitario que respeta la equidad y considera a las mujeres en igualdad de condiciones con el hombre? Habría que recordar que el Partido Acción Nacional como partido de derecha y sumamente conservador no ha sobresalido en su historia por ser un partido que respete la representación proporcional (aunque en la Ley a través del Código Federal de Procedimientos Electorales (COFIPE) este estipule que no pueda haber representación de más de 70% de un género sobre otro), pasando por alto dichas cuotas a través de su actuar y sus designaciones el Partido Acción Nacional. Claro es que si observamos los porcentajes reales, nos daremos cuenta que no se cumplen los porcentajes establecidos por la Ley, tan sólo basta con recordar el año de 1997 en que el gobierno federal estableció esta cuota como medida para contrarrestar el porcentaje interno señalado por el PRD del 30% para puestos de elección popular ocupados por mujeres, y en donde el PAN abiertamente se inclinó por la no aceptación de dicho sistema de cuotas:
Partido Político |
Diputados |
PRI |
Hombres 177 83% Mujeres 33 15.7% |
PAN |
Hombres 106 87.6% Mujeres 15 12.4% |
PRD |
Hombres 95 76.6% Mujeres 30 24.0% |
Es una realidad que aun cuando los partidos políticos en la actualidad tienen la presión de incluir cada vez más a mujeres en las listas de candidaturas a cargos de representación popular, persisten los engaños, y aun cuando las mujeres dentro de la vida partidista conforman más de la mitad de los militantes de los tres principales partidos, aún no alcanzan una proporción semejante dentro de los órganos de decisión de dichos organismos y, por supuesto, dentro de la cúpula de poder. Es indudable que para que las leyes de cuotas incidan positivamente en pro de la representación femenina en el poder legislativo, deben ser obligatorias y no quedarse en la exhortación o recomendación, y debe exigirse que las mujeres ocupen posiciones con posibilidades de obtener escaños.
Si hacemos una recopilación de experiencias dentro del PAN, está el caso de Ana Rosa Payán, quien en su segundo intento por ser electa candidata del PAN al gobierno de Yucatán en 2007 esta fue rechazada, o el caso de Adriana Dávila en Tlaxcala, candidata del PAN al gobierno, quien perdió la elección a gobernadora cuando aún gobernaba su partido este estado. Si bien es cierto el PAN tiene el mayor porcentaje de representación femenina en las cámaras federales, sólo en dos estados ha nominado a mujeres como gobernadoras, una de ellas perdió, acaso por falta de apoyo de su propio partido, provocado por la tradición partidista o simple machismo y claro, esta regla no se aplicó al caso de la hermana del actual Presidente y a su fracaso pese a todo el apoyo del partido en el gobierno en su lucha por conquistar el gobierno de Michoacán el año pasado.
Pero en conjunto, la historia política contemporánea del PAN nos hace pensar detenidamente, ¿realmente apoyarán a una mujer para el cargo más importante a nivel nacional?, ¿Resultará ser la ganadora de la candidatura del PAN? ¡Si es así, será histórico!, si no, sólo se quedará como un ardid más para atraer votos. Lo terrible es que en esta época aún continúe México en medio de una cultura misógina y retrógrada que no permite que una mujer se desarrolle como cualquier hombre aun cuando tenga las mismas capacidades mentales para realizar un trabajo tan bien o mejor que cualquier hombre. Por qué no imitar a Chile, Panamá, Nicaragua, Argentina y Costa Rica, países latinoamericanos que cambiaron su idiosincrasia y permitieron la ascensión de una mujer al poder, como bien dijera la expresidenta de Chile Michele Bachelet: "Cuando una mujer entra en la política, la mujer cambia; cuando muchas mujeres entran en la política, la política cambia".