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Narrativas trans: reseña del libro "Hola, yo soy angie": testimonio de una mujer transexual
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Por Oralia Gómez
Etnóloga, letra-hispanista y antropóloga social. Feminista anti-racista.
Al presentar el relato de una mujer trans, el libro " Hola, yo soy Angie": Testimonio de una mujer transexual de Angie Rueda Castillo (México: Arroba Editores, 2011) otorga al tema de la transexualidad un lugar significativo en la tradición de la narrativas contemporáneas de corte testimonial. Rueda Castillo nos comparte su proceso de descubrimiento de una transexualidad secundaria o tardía, esto es, la historia de una persona que decidió ser una mujer cuando era adulta y que, contrario a otras personas trans, no imaginaba o sospechaba que era o llegaría a ser mujer desde que era niña.
Ésta es una crónica valerosa y hermosa. La autora nos cuenta las vicisitudes del camino que ha emprendido para llegar a ser quien realmente quiere ser y con ello lograr la felicidad. Y, como en toda historia íntima, nos comparte también el dolor que el proceso de transexualidad ha conllevado, tal como el distanciamiento involuntario de su hija e hijo. Júbilo, pasión y aflicción se conjugan con entereza a lo largo de la obra. Si bien la incomprensión social e histórica se hace patente en el libro, éste también nos permite observar la historia subjetiva de manufactura cuidadosa y laboriosa de lo que significa ser mujer para la autora.
El caso de Angie es el de una persona que habla con cariño de aquel hombre que algún día fue, toma las riendas de su vida y decide convertirse en "otra mujer" por medio de una decisión consciente y propia. La narración además cuestiona nociones esencialistas y biologicistas, ya que se sugiere con firmeza que no todas las mujeres trans nacen, sino que algunas, como la misma Angie, se hacen en distintos momentos de su vida. Y es por ello que este libro tiene el mérito de adentrarnos en la historia propia de una mujer de carne y hueso.
La obra recopila diferentes tipos de escritura, tales como la narrativa reflexiva testimonial que conforma la mayor parte del libro, y los escritos y pensamientos que tienen un fuerte sabor a extractos de un diario o de ejercicios de sesiones terapéuticas. Encontramos también interpelaciones directas a la o el lector, al mismo tiempo que conversaciones de la autora escritas para sí misma. Todas estas estrategias estilísticas ayudan a que la narrativa y el ideario político de Angie Rueda Castillo se lea rápida y fácilmente.
Las páginas que componen este testimonio resaltan por su bello tono de oralidad. Leer a Angie es casi casi como escuchar una plática o una historia entrañable y conmovedora al oído. Algunas lágrimas se dejan entrever claramente en su escritura y algunas más se dejarán caer al posar los ojos sobre sus líneas. El uso de la primera persona, como en todo testimonio, permite a la autora compartir sus sueños, dificultades y esperanzas. El título del libro es eficaz puesto que articula con fuerza el Yo e introduce algunos de los hilos con los que la historia de Angie ha sido enhebrada.
Ésta es una historia personal que afortunadamente ha dejado su huella escrita. Bien vale la pena echarle una ojeada y aprender más de este testimonio escrito por una persona en verdad valiente.