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El género y la violencia a través del lenguaje
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Por Guadalupe López García
Periodista con Maestría en Estudios de la Mujer por la UAM y especialización en Estudios de la Mujer por el PIEM de El Colegio de México, se ha desempeñado como guionista y productora de radio; colaboradora, editora y coordinadora editorial en diversos medios como el IMER y la SEP, La Jornada, El Día, Uno más uno, Fem y Notimex. Trabajó en el Centro Integral de Apoyo a la Mujer "Esperanza Brito de Martí" en el DF y fue coordinadora de la Unidad Delegacional de Iztacalco del Inmujeres-DF. Ha recibido reconocimientos a su labor periodística y en defensa de los derechos de las mujeres por parte de la AMMPE, Conmujer, Cimac y la delegacion Iztacalco del DF.
La columnista presenta ejemplos de cómo el lenguaje construye la sociedad, tomando como base el libro 'La violencia en el lenguaje o el lenguaje que violenta'.
La mujer es un animal débil y enfermo por naturaleza.
Abate Galiani
La mujer representa una especie de capa intermedia entre el niño y el hombre.
Schopenhauer
Las mujeres son el alma de todas las intrigas.
Napoleón
El lenguaje transmite y retransmite los modelos genéricos y lo relacionado con inequidad y discriminación hacia las mujeres, a partir no sólo del habla cotidiana, el léxico, la morfología o la sintáctica, sino también de narrativas culturales como las frases anteriores dichas por intelectuales o líderes políticos.
Lo anterior queda de manifiesto en el libro de Anna María Fernández Poncela, La violencia en el lenguaje o el lenguaje que violenta. Equidad de género y lenguaje (México, Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, ITACA, 2012), en el cual la académica destaca que ese tipo de narrativas -también como los refranes, la música popular y los chistes- crea y recrea prejuicios y desvalorización de forma directa con una palabra ofensiva.
En la obra de reciente aparición, se indica que aunque la discriminación está en las personas y las culturas y no en el lenguaje, éste reproduce el androcentrismo y sexismo que invade a la lengua y a sus hablantes, los cuales se plasman en medios como los diccionarios. Hay dos definiciones que hacen evidente este aspecto:
Mujer: Persona de sexo femenino... Mujer de arte, de la vida, de mal vivir, perdida, pública, prostituta... Mujer de su casa, la que tiene gobierno y disposición para mandar o ejecutar los quehaceres domésticos...
Hombre: Ser dotado de inteligencia y de un lenguaje articulado... Hombre de Estado, estadista... Hombre de la calle, el común de los mortales... Hombre de letras, literato... Hombre de pelo en pecho, el fuerte y osado.
La autora hace énfasis en que el objetivo de esta obra es el de que nos demos cuenta de cómo utilizamos el lenguaje, cómo somos utilizados y utilizadas por éste y cómo co-construimos la vida y la sociedad como humanidad por medio de las palabras, las oraciones, los mensajes y los discursos. De ahí que Fernández Poncela presente diversos estudios sobre el uso diferencial del habla y los estilos conversacionales de mujeres y hombres:
Mujeres: Palabrotas y lenguaje tabú menos usado, algo más en espacios mixtos. Halagos y cumplidos más comunes, tanto hacerlos como recibirlos, por ejemplo en torno a la apariencia.
Hombres: Mayor uso de palabrotas, especialmente entre ellos, lenguaje tabú asociado a la masculinidad. Cuando hacen algún halago es sobre sus pertenencias o habilidades.
Ahonda en algunos rasgos y tendencias del lenguaje, tanto semánticos como gramaticales -en la morfología, el léxico y la sintaxis-, en cuanto a contenidos y empleos, así como palabras que son prácticamente un insulto para las mujeres, quienes además son ocultadas al nombrar sus profesiones u oficios, en la familiaridad inequitativa del nombre de pila o el diminutivo, y en la "perversa o parcial" elección del género gramatical masculino como universal.
Es por ello que hace énfasis en que el ocultamiento de las mujeres en el lenguaje es discriminación y privación de su libertad y derecho.
Rescata que, pese a todo, la lengua es dinámica y modificable y se pueden aprovechar las distintas posibilidades de la gramática, por ser flexible y adaptarse a la evolución social y a las necesidades comunicativas, sin por ello alejarse de las palabras y los textos del lenguaje común supuestamente correcto y formal.
En esta extensa obra, la autora presenta además la "Guía práctica para promover un lenguaje respetuoso e incluyente". Consciente de que transformar el lenguaje no es transformar la sociedad y que lo primero sin lo segundo carece de sentido, la especialista tiene la esperanza de una humanidad más equitativa, "no a golpe de ley sino en el fluir de la conciencia".
Fernández Poncela es doctora en antropología, investigadora y docente en el departamento de Política y Cultura, de la UAM-X. Es autora, entre otros títulos, de Canción infantil: discursos y mensajes (2005), Pero vas a estar muy triste, y así te vas a quedar. Construcciones de género en la canción popular mexicana (2002) y Estereotipos y roles de género en el refranero popular. Charlatanas, mentirosas, malvadas y peligrosas. Proveedores, maltratadores, machos y cornudos (2002).