Doctora en Ciencias Sociales y Humanidades (Universidad Autónoma de Aguascalientes), coordinadora de Proyectos del DIF Municipal de Aguascalientes.
Foto: Dulce Miranda/MujeresNet
La perspectiva de género debe ser un aspecto a considerar a la hora de planear las acciones de protección civil ante cualquier evento de este tipo. Georgina Rodríguez Gallardo propone una serie de medidas para el aseguramiento de grupos vulnerables ante acontecimientos como los sismos ocurridos en nuestro país el pasado septiembre.
Cuando pensamos en desastres naturales es necesario tomar conciencia del tema de género. Los recientes acontecimientos de los temblores del 7 y el 19 de septiembre de 2017 hicieron tomar conciencia de este tema. Murieron más mujeres y menores que hombres. Esta información se conoció debido al manejo con perspectiva de género de los datos y nos arroja por primera ocasión estos datos a la cara. Las mujeres somos vulnerables a los desastres naturales. Ahora bien, faltaría realizar una estadística de los grupos de edad y otras condiciones como puede ser la incapacidad. De estas mujeres ¿cuántas murieron por proteger a sus hijos/as, por regresar por otros miembros de su familia?
Las razones pueden ser muchas, y una respuesta fácil fue que en el caso del terremoto y la hora en que ocurrió propició que muchas mujeres que se encontraban en sus hogares fallecieran. Sin embargo también mujeres que se encontraban trabajando fallecieron, como fue el caso de centros de trabajo que no contaban con las condiciones estructurales resistentes, o bien los sistemas de protección civil no se aplicaron adecuadamente; sería necesario realizar un análisis exhaustivo en los centros de trabajo, de ¿por qué más mujeres no alcanzaron a salir de su lugar de trabajo?
¿Qué es necesario hacer? Ma basaría en dos medidas. La primera de ellas: en los centros de trabajo se requiere efectuar una adecuación de los planes de protección civil con perspectiva de género, de edad y que consideren las diferentes discapacidades. Cada uno de estos casos requieren de un actuar diferente en caso de contingencia. Los sistemas de señalamiento no consideran la existencia de una discapacidad, de la situación de vulnerabilidad de las mujeres o de las diferencias de edad. Las comisiones de seguridad e higiene de los centros de trabajo requieren contemplar la perspectiva de género, incluir a las personas con discapacidad y a las personas adultas mayores, que se encuentran en gran desventaja en casos de emergencia o de seguridad laboral.
La segunda necesidad está en las mujeres y menores que se encuentran fuera del marco de actuación de los sistemas de protección civil, esto es, que se localizan en sus hogares y que por tanto no reciben la orientación necesaria en caso de contingencia. Si bien en fechas recientes se dio en los diferentes medios de comunicación, es evidente que ha sido insuficiente, por lo que es prioritario llevar a cada hogar esta cultura de la protección civil.
La vulnerabilidad de las mujeres, menores, personas adultas mayores y personas con discapacidad en temas de seguridad y protección civil salen a la luz conforme la estadística de hechos considera estas dimensiones. El conocer la información obliga a emprender acciones que minimicen los acaecimientos. Algunas propuestas:
* Realizar planes de contingencia a nivel de manzana, en donde se capacita a mujeres, menores, personas adultas mayores y personas con discapacidad. Además esto permite identificar los casos en que vivan mujeres solas, o personas que requieren de un apoyo para poder salir de sus viviendas.
* Involucrar a las mujeres en la toma de decisiones de la vida comunitaria.
* Extender la capacitación en desastres por folletos, radio, novelas, radio novelas, e historietas, la idea es acercar de manera clara y sencilla el cómo actuar en situación de desastre.
* Capacitar a las mujeres para movilizarse con mayor rapidez, para mover a personas adultas mayores o con discapacidad con agilidad.
* Capacitar a las mujeres a que organicen a sus niños/niñas, personas adultas mayores o con discapacidad para que todos/as tengan tareas asignadas en caso de una contingencia.
En resumen, es de suma importancia incorporar el enfoque de género en las políticas de prevención y reducción de riesgos ante desastres naturales o de otro tipo, pero además el acercar estas recomendaciones a todos y todas de manera clara y precisa, con el objetivo de reducir la mortalidad de mujeres, menores y personas adultas mayores y/o con discapacidad. La salvaguarda de la persona no debe de tener distinción alguna.