Suscribete Newsletter Twitter Facebook Album Flickr You Tube www.MujeresNet.info

Directora y Editora: Elsa Gpe. Lever Montoya                                                                                                                             

Frases Feministas
Unete a MujeresNet en FACEBOOK
MujeresNet on Facebook
SÍGUENOS EN TWITTER


***


Esclavitud sexual y pánico moral en la Ciudad de Oaxaca




Por Francisco Javier Valdivieso Alonso
Comunicólogo (Universidad Mesoamericana plantel Oaxaca) y antropólogo social (UAM Iztapalapa), ha estudiado psicoanálisis en distintas asociaciones de Mé como el CIEP (Centro de Investigación y Estudios Psicoanalíticos de la Fundación Mexicana de Psicoanálisis); en la REAL (Red Analítica Lacaniana); en el CPM (Círculo Psicoanalítico Mexicano); en la UAM de Xochimilco y en el INP (Instituto Nacional de Psiquiatría). Desde hace 11 años está involucrado en asuntos de género, derechos humanos y en los últimos dos se ha especializado en violencia sexual contra mujeres, niñas, niños y adolescentes.










>>IR A TODOS LOS TEXTOS DEL ESPECIAL

"Si los proxenetas, puteros, chulos o 'respetables empresarios' que defienden la prostitución como un oficio digno, son consecuentes con lo que predican, deberían dar ejemplo poniendo a trabajar en sus burdeles a sus madres y a sus hijas. Todo lo demás es mierda y puta palabrería barata": Antonio Salas.

El hecho: el miércoles 15 de junio (2011) el titular de la Regiduría de Salud Pública del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, Rubén Tenorio Vasconcelos, reconoció que el "sexoservicio" ya invadió el Centro Histórico de la capital de este estado, ante ello, aseguró que urge la instalación de un área de tolerancia en la zona metropolitana. Tenorio Vasconcelos aseguró que la mayoría de las mujeres que ejercen esta actividad provienen de Centroamérica, las cuales acceden de manera ilegal a nuestro país, lo que alerta sobre un cúmulo de delitos que se cometen a raíz de este problema. El concejal afirmó que se tienen registrados de cinco a diez hombres que cuentan con su libreto para prestar el "sexoservicio", por lo que la prostitución varonil en los últimos años ya se está regulando. La forma en la que operan las y los prestadores de servicios sexuales es por medio de publicidad y se visten de forma "provocativa" para llamar la atención de los transeúntes del zócalo capitalino. La Regiduría así como la Dirección de Salud Pública municipal únicamente están encargadas de entregar los libretos y verifican qué personas pueden ejercer la prostitución, mientras que es competencia de la Seguridad Pública Municipal el verificar las áreas en donde se practica. Por último, expresó que el proyecto ya se ha planteado a los 22 presidentes municipales de la zona metropolitana, ya que ésta actividad también se ejerce libremente en Santa Lucía del Camino y San Jacinto Amilpas. [1] Transcurridos más de 70 días, el asunto se ha quedado en la "congeladora".

En el presente texto discutiré en torno a la situación de las mujeres convertidas en prostitutas en contra de su voluntad, producto del secuestro o rapto en su tránsito migratorio por territorio oaxaqueño o su circulación a manos de las mafias de la trata de esta entidad (relacionadas con las de diversos estados del país), como han documentado diversas especialistas y expertos:

Desde finales de la guerra fría se ha registrado un aumento considerable de la trata de personas en todo el mundo, en todos los continentes y en casi todos los países. Esto conlleva el transporte y el comercio con seres humanos, por lo general mujeres o niños, con fines de lucro y mediante el uso de la fuerza física o del engaño. Se suele enganchar a las mujeres migrantes, obligándolas a realizar labores domésticas o a prostituirse. [...] La trata de seres humanos no es nada nuevo, pero el problema se agrava cada vez más. Cierto número de factores ha incidido en su expansión: las enormes ganancias que aporta la explotación; la creciente privación y marginalización de los pobres; la discriminación contra las mujeres; la severidad de las leyes de inmigración; la falta de información acerca de las realidades y de los peligros de la trata, así como la falta de suficientes medidas punitivas contra los tratantes. (Bales y Reitz, 2005: 118-119)

De la misma manera, intento abrir un diálogo entre el tema de la prostitución/trabajo sexual y la trata de mujeres con fines de explotación sexual comercial, brindo además un listado de instituciones que poseen la competencia para atraer el caso y darle solución al caso de las mujeres centroamericanas que ejercen la prostitución en el Centro histórico de la ciudad de Oaxaca, enfatizando en el pánico moral que despierta este fenómeno/delito en las autoridades, en quienes reportan el hecho -periodistas-, así como en la sociedad en general y, finalmente, propongo diversas líneas de discusión para acercarnos al tema.

El contexto de la migración irregular

A través de México, viajan anualmente entre 300 mil y 400 mil personas de origen centro y sudamericano. Muchas mujeres, hombres y menores de edad migrantes son víctimas de secuestro, tráfico y trata de personas. Al ser migrantes irregulares son sometidos a una serie de afrentas que reducen su dignidad humana. Las y los migrantes que cruzan sin permisos legales las fronteras de la República Mexicana se exponen a diversas execraciones debido a su ingreso y estancia, temporal o permanente, clandestina; utilizan caminos de extravío, por lo general, solitarios, y medios de transporte de alto riesgo como los trenes conocidos como la bestia ; ignoran los riesgos de las vías que eligen para su desplazamiento; pernoctan en lugares abiertos bajo el riesgo de ser atacados por animales silvestres; padecen hambre, deshidratación, insolación e hipotermia; están propensos a enfermedades respiratorias, de presión arterial o cualquier otra por falta de higiene; ante la zozobra de ser deportados se esconden de las autoridades, lo que aumenta la incidencia a los accidentes; la mayoría son pobres en sus países de origen; poseen bajos niveles educativos o son analfabetas; desconocen sus derechos humanos, y si los conocen, en su calidad de transmigrantes, prefieren no ejercerlos si ello implica volverse visibles. Desconocen los sistemas normativos del país y no cuentan con redes de apoyo y protección. Además, se exponen a la intolerancia y xenofobia exacerbada de las personas nacionales, quienes han dibujado retratos grotescos de ellos, injuriándoles delitos varios.

El mote de indocumentados o ilegales contribuye a su estigmatización. Pero sobre todo, se encuentran en un estado de indefensión y lasitud, a merced de los delincuentes que trafican y tratan con seres humanos. La intención de llegar a Estados Unidos los hace vulnerables a las falsas promesas de trabajo o de traslado hasta su destino final, al robo o asalto en algún momento del viaje. Las mujeres, además de todo lo anterior, son muchas veces obligadas a tener relaciones sexuales con los traficantes o son cautivas de las redes de proxenetismo y puestas en el negocio de la prostitución, o vendidas para ese fin. Recientemente, los varones también han referido haber sido víctimas de violencia sexual. El riesgo aumenta mayormente en las niñas, niños y adolescentes, especialmente de quienes viajan solos o solas o son separados de sus familiares o acompañantes. A las migrantes esclavizadas y explotadas sexualmente se les niegan sus derechos humanos. No pueden exigir derechos porque su situación migratoria, política y jurídica es irregular. Socialmente son escoria no sólo por la ocupación que desempeñan sino por su calidad de migrantes irregulares.

Prostitución y Trata de mujeres con fines de explotación sexual

Existen cuatro motivos para la conversión de las mujeres en prostitutas, según refiere la antropóloga feminista Marcela Lagarde en Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas siguiendo los testimonios de las mismas prostitutas:

•  Por hechos victimarios: porque fueron objeto de violación por parte de algún familiar o de un desconocido; por robo, rapto o secuestro, en contra de su voluntad se las convirtió en prostitutas.

•  Porque desde niñas ya les gustaba la putería o porque les dijeron sus familiares que habían nacido con el "defecto". Entre las causas de nacimiento está la herencia directa de la madre: la prostitución no es aprendida, se trae en la sangre [2];

•  Por maldad: porque se volvieron malas después de una enfermedad, de una tragedia, de una golpiza del marido, de la muerte de alguien, por venganza; pero también porque la maldad [3] viene de nacimiento.

•  Por sobrevivencia: el argumento de la miseria y la imposibilidad de ganarse la vida, porque no saben trabajar. (Lagarde, [1990] 2003: 601).

La prostitución no es un hecho natural, es un artificio. Se trata de un dispositivo histórico, político, cultural, ideológico e institucional de control de los cuerpos de las mujeres por parte de los hombres. [4] Existen mitos que asocian el origen de la prostitución con ritos mágico-religiosos, planteando que la prostitución es "el oficio más antiguo del mundo" y "un mal necesario": discursos que, por un lado, justifican y legitiman la dominación y cosificación de los cuerpos de las mujeres y de sus personas por completo, para la satisfacción de la sexualidad voraz e indómita de los varones, constituidos en clientes-consumidores de prostitución, potenciales, reales o virtuales, y pornógrafos [5]; por otro lado, la lógica cultural del género les deposita a los hombres el mandato de tener una sexualidad siempre dispuesta y activa, que no es otra cosa más que un montaje psicosocial anacrónico; un resabio del sexismo; un recurso y una maniobra esencialista de la irrefrenabilidad del impulso y deseo sexual viril; un pacto patriarcal coercitivo prevaleciente en la dominación femenina y en la jerarquización político-sexual.

Para Lagarde:

La prostitución presenta afinidad con otro tipo de relación entre el hombre y la mujer. Se trata de la violación. La similitud se encuentra en el uso que hacen los violadores de las mujeres, convertidas mediante el acto violatorio en objetos, [...] acto realizado de manera independiente de la voluntad, del amor y del placer de la mujer.

La violación y la prostitución tienen en común el placer implícito del hombre (violador o cliente) [...] Ni el cliente ni el violador adquieren obligaciones o responsabilidad en torno a las consecuencias del hecho: lesiones, enfermedades, embarazo, etc. [...]

La cosificación de las mujeres por ambas relaciones (violación y prostitución) sintetiza y aclara el carácter patriarcal de las relaciones y de la trama social basada en la existencia de una ley de propiedad genérica:

• i. Ciertos hombres sobre todas las mujeres, en el caso de la violación;

• ii. En la propiedad de ciertos hombres sobre ciertas mujeres en la prostitución;

• iii. En la propiedad de un hombre sobre una mujer en el matrimonio;

Todas las formas de propiedad sobre las mujeres y las relaciones sociales que expresan son simultáneas e interactúan. (Lagarde, [1990] 2003: 572-573).

La prostitución es un hecho femenino. Aunque existen hombres que ejercen esta actividad, no es un hecho significativo numéricamente. Por ejemplo a las personas trans [6] ya no se les reconoce socialmente como hombres -o no como hombres de verdad -, por la renuncia de la cuota de poder que otorga la masculinidad tradicional y por la identidad de género observada desde afuera: sus códigos indumentarios, los nombres femeninos con que se presentan, la subjetividad percibida por la otredad desde la observación del cuerpo (de la figura o silueta) y la mascarada de la feminidad.

Marcela Lagarde apunta que:

El que la inmensa mayoría de prostitutas sean mujeres radica en que todas las mujeres son putas, es decir, mujeres objetos sexuales antes que nada. La prostitución no encuentra su causa en cada mujer, en su especificidad, sino en la esencia social de las mujeres: como eres para y de otros, definidos en torno a la sexualidad erótica y procreadora, las mujeres todas son objeto. Su cuerpo y su sexualidad son para el placer y la existencia de otros. (Lagarde, [1990] 2003: 600).

De acuerdo con la periodista e investigadora Sanjuana Martínez, México es considerado como "la nueva Tailandia", debido a que la trata sexual se constituye como un problema que ha crecido en proporciones indecibles por la falta de voluntad política del Estado mexicano para la atención de este delito. Y lo sintetiza de la siguiente manera:

"¿Por qué México es la nueva Tailandia? Pues porque desde hace dos años tenemos una Ley [nacional/general/federal] de trata inoperante, una ley de trata que no ha servido, que no ha cumplido con las expectativas, con las necesidades, con los retos que se exigen a nivel mundial, una ley de trata que sólo ha dado una condena por el delito en todo este tiempo. Hay consignaciones pero solamente se ha logrado una condena por el delito de trata de personas, ninguna otra, no se puede, hay trabas en la misma ley. La ley está mal hecha, mal estructurada. Y tenemos una Fiscalía, la FEVIMTRA [7], que tampoco ha dado los resultados para que México mejore en términos de tráfico de personas, creo que es un problema que se incrementa y que las estadísticas hablan ya de medio millón de personas víctimas de trata [en el país]." [8]

Las posiciones y el debate respecto a la prostitución

El acercamiento al tema de la prostitución debe contar con un precedente: el respeto y la protección de los derechos humanos de las personas que ejercen esta actividad, en todas las circunstancias y en todos los contextos. Lo que a continuación expongo es sólo una introducción que no pretende ser un recorrido exhaustivo ni agotar el debate.

El enfoque de la reglamentación, regularización y legalización de la prostitución.

La académica feminista Marta Lamas explica su perspectiva reglamentarista:

Estoy convencida de que sí hay un mercado para el trabajo sexual al que se entra por razones económicas, sin más violencia que la que el propio sistema capitalista aplica a todas las personas que venden su fuerza de trabajo, y que es totalmente distinto de la trata. La explotación se diferencia de la esclavitud por el margen de movimiento que permite. Dentro del capitalismo todo es explotación. Para mí la lucha de fondo, la central, es contra toda forma de explotación. Y la estrategia que me convence es no "abolir", sino reglamentar. Entiendo que dentro del comercio sexual hay distintas condiciones de trabajo, y quien trabaja debe tener derechos y obligaciones: seguridad social, crédito de vivienda, la posibilidad de sindicalizarse, pagar impuestos, etc. [...] Es indispensable dejar de hablar de prostitución y resignificarla como trabajo cuando no es forzada. Las actividades clandestinas deben sacarse a la luz y reglamentarse [...] No existen soluciones fiscales que se puedan aplicar de manera homogénea a los distintos grupos de trabajadoras sexuales, pero estoy convencida de que las mujeres que asumen su situación y luchan por sus derechos, entre los cuales se encuentran el de trabajar en este oficio, deben ser apoyadas y respetadas. Ellas mismas asumen que no todas son víctimas y que eligen el menor de los males. (Citada por Cacho, 2010: 273-274).

Los argumentos centrales de quienes se pronuncian a favor de la reglamentación y legalización de la prostitución y su consecuente consideración como trabajo sexual son que las cifras respecto a las mujeres que se encuentran esclavizadas y coaccionadas por las mafias de la trata sexual están falseadas y son las menos; las mujeres trabajadoras sexuales refieren que para ellas es un trabajo por el hecho que venden un acto sexual concreto, voluntario y libre de violencia, como lo es ser secretaria, profesora o abogada. Venden sus habilidades sexuales y deben ser respetadas por ello.

Abolicionismo de la prostitución [9]

La activista y periodista Lydia Cacho refiere que el abolicionismo de la prostitución es:

[Un] movimiento que propugna la anulación de leyes, preceptos, costumbres que promuevan y avalen la prostitución, por considerar que atentan contra los derechos humanos. El término "abolicionismo" se aplica principalmente a una corriente que defiende la abolición de la esclavitud, y que considera a toda persona "sujeto de derecho" en oposición a "objeto de derecho". (Cacho, 2010: 302)

Cacho argumenta su posición basándose en los testimonios de las víctimas de trata sexual y da voz a activistas asumidas como abolicionistas de la prostitución. Una de sus conclusiones es:

El negocio [de la prostitución] está estructurado para controlar y explotar. Por un lado, provee a los hombres del mundo lo que las mujeres y adolescentes se niegan a darles libremente -sexo sin reglas, con obediencia y sometimiento- y, por otro, enriquece a unos cuantos a costa de muchas. Peca de ingenuo quien crea que si se legaliza la prostitución, las mafias dejarán el negocio de la explotación sexual infantil, adolescente y adulta a nivel transnacional.

En todo el mundo el turismo sexual ha generado un gran mercado y una cultura con ciertos valores y cánones, donde las adolescentes, las niñas y los niños son la mercancía que se demanda con mayor frecuencia y que la pobreza ofrece. Se trata de un producto deshumanizado por el sexismo y la cosificación de las mujeres, y mistificado por los grupos ultraconservadores, que aprovechan el pánico moral sobre la trata para volver a expropiar el cuerpo de las mujeres en manos del Estado y de los grupos religiosos. En ambos mundos las que más pierden son las mujeres, las niñas y los niños. (Cacho, 2010: 276).

En lo que concierne a que la Regiduría de Salud Pública y la Dirección de Salud Pública del Municipio de Oaxaca de Juárez otorguen libretos para ejercer esta ocupación no implica que se regule el trabajo sexual, ya que no existen políticas públicas específicas basadas en evidencias para la atención, seguimiento y otros mecanismos de control libres de estigmatización y prejuicios, con procesos de reeducación sexual, considerando además que en éste caso se trata de mujeres inmigrantes en situación irregular. Debemos comprender que:

La vigilancia sanitaria no tiene como finalidad principal la salud, sino sobre todo la aprobación estatal, política, a través del otorgamiento de legitimidad jurídica a un hecho ideológicamente ilegítimo. Se sanciona la prostitución negativamente, pero se norma en los reglamentos. Destaca la carta de naturaleza y la sanción positiva que otorga el Estado a la prostitución al reglamentarla y circunscribirla a condiciones territoriales, de horario, tipo de locales o vigilancia médica, limitarla a ciertas edades, prohibiéndola, por ejemplo, como práctica infantil.

Al reglamentar la prostitución, se avala lo prohibido y se otorga un cierto grado de seguridad tanto a la prostitución como institución, como a quienes se encuentran en ese círculo cultural. [10] (Lagarde, [1990] 2003: 596)

Si se considera que la prostitución debe ser legalizada y resignificada como trabajo sexual, entonces las autoridades y las dependencias gubernamentales en alianza con los grupos dedicados a la defensa y promoción de los derechos humanos y las mujeres dedicadas al comercio sexual deben promover la conformación de un frente organizado de trabajadoras sexuales para facilitar el ejercicio y pleno disfrute de sus derechos sociales, económicos, políticos, culturales, sexuales y reproductivos (derechos humanos de primera y segunda generación), así como regular el estatus jurídico y de permanencia legal en el país de las mujeres traficadas/tratadas, lo que implica poner en marcha un gran andamiaje legal, que incluya a los tres niveles del gobierno, la academia, las propuestas de la iniciativa popular y la ciudadanía entera.

¿A todo esto dónde quedan las víctimas invisibles? Me refiero a las y los hijos (y al resto de la familia) de éstas migrantes, quienes en el mejor de los casos permanecen en sus países de origen o lugares de residencia bajo el resguardo de familiares/tutores, y que, sin embargo, están expuestos(as) a una vida carente del afecto presencial de sus madres y padres, lo que merma en su salud emocional y en el desempeño escolar; propensas (os) a una vida de pobreza; al ingreso al mercado laboral informal y; eventualmente al maltrato, abuso y explotación sexual, por distintos agentes que pueden impedir su sano desarrollo físico, social, moral y espiritual.

 Instituciones competentes para la atención del caso

Si las autoridades municipales aseguran que la mayor parte de las "sexoservidoras" son migrantes "ilegales" centroamericanas lo mínimo esperado es que lo notifiquen/denuncien a: la Procuraduría General de la República (PGR) a través de su delegación estatal, léase Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca (PGJ); a la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de personas (FEVIMTRA); al Instituto Nacional de Migración (INM) y su oficina regional en Oaxaca; a la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos de Oaxaca (Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, CDDHO) y a la CNDH; al Instituto Nacional de la Mujeres (INMUJERES) y su instancia estatal: Instituto de la Mujer Oaxaqueña (IMO). Compete también al Sistema Nacional y Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). A los organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mediante la Campaña "Corazón azul" (Blue Heart Campaign Against Human Trafficking); el Fondo de las Naciones Unidas para las Mujeres (ONUMUJERES); la Organización Internacional de las Migraciones en México (OIM) Área de Trata, Género y Niñez Migrante del Programa de Asistencia a Víctimas de Trata. Corresponde a las autoridades comprobar o descartar que estas mujeres se encuentran en situación de explotación sexual. No debemos olvidar la demanda de la ciudadanía para la resolución de cada uno de los casos de las mujeres víctimas de la explotación.

Pánico moral

Carol Vance y Gayle Rubin, antropólogas feministas norteamericanas, proponen el concepto "Pánico moral" para hablar de los temores acumulados en relación con la seguridad y la moralidad pública. Este tipo de pánico tiende a reunir movimientos sociales a gran escala acumulados alrededor de ansiedades generadas por cuestiones sexuales [11]. La trata de personas con fines de explotación sexual, la prostitución, el lenocinio/proxenetismo, son algunas de estas cuestiones.

La posición evidente de las autoridades municipales [12] es tratar el hecho mediante la razzia . Consistente en el abuso, violencia y desprecio -pero también en la persecución- que se ejerce contra las mujeres en prostitución, quienes en ocasiones, injustamente, son encarceladas, equiparándolas con delincuentes, "por el cúmulo de delitos que se cometen a raíz de este problema " (Tenorio Vasconcelos dixit), entre ellos: en primera instancia, la trata de personas y la explotación de la prostitución ajena: lenocinio; el narcomenudeo -y la drogadicción análoga, la cual no debe entenderse como un delito sino como una enfermedad o hecho inseparable del tráfico de drogas-, el blanqueo de dinero, el tráfico de migrantes, el tráfico de armas, la falsificación de documentos, la corrupción de las autoridades, la obstrucción de la justicia y la impunidad con la que operan los criminales. ¿Realmente las autoridades -principalmente el Regidor Rubén Tenorio Vasconcelos- consideran que instalando una nueva zona de tolerancia combaten, mitigan o desaparecen el fenómeno de la prostitución y los delitos conexos? Nada más absurdo que creer que sí. ¿Por qué el Regidor de Salud Pública del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez proscribe funciones a Seguridad Pública Municipal cuando a él también le compete solucionar la problemática? Si las autoridades y ciudadanía creen que alejando del centro histórico de la capital oaxaqueña a las prostitutas, sean o no víctimas de trata, se "limpia" la ciudad, entonces son presas del pánico moral.

El pánico moral promovido desde el ejercicio periodístico

En nuestro país, y puntualmente, en el estado de Oaxaca es frecuente encontrarse con personas que ejercen el periodismo -materia no regulada por el Estado mexicano- cuya "aportación" a la libertad de expresión es que, a través de sus escritos o lectura de los escritos de otros "profesionales de la comunicación/información", reproducen contenidos discriminatorios que estereotipan y estigmatizan a las personas y los grupos en situación de vulnerabilidad, favoreciendo la exclusión, el rechazo, la marginación, la intolerancia y el pánico moral, lo que desvela su irresponsabilidad ética; la desinformación, el sensacionalismo y alarmismo con el que se conducen por no contar con un posicionamiento sociopolítico y ético, ni con un código normativo al interior de las empresas en las que prestan sus servicios; además de su escasa profesionalización y especialización; así como la falta de sensibilización e instrucción en materia de migración, trata de personas, prostitución, entre otros temas; lo que redunda, al mismo tiempo, en la poca pertinencia de la información emitida y en la instauración de los discursos de poder legitimados por un pequeño grupo interesado en la permanencia de éste status quo desigual para las y los migrantes y las víctimas de trata, que posteriormente son apropiados por una ciudadanía pasiva, carente de una visión crítica, puntualmente en torno al fenómeno aquí abordado.

Los medios de comunicación e información son los espacios idóneos para debatir sobre trata y tráfico de personas, prostitución, pornografía infantil, pederastia o cualquier forma de violencia sexual contra las mujeres y contra toda víctima real o potencial de estos delitos, y cuyo fin inmediato y certero debe ser la capacidad de crear públicos críticos e informados sensibles a estos dramas humanos (y otros fenómenos más). Sin embargo, también se corre el riesgo de hacer apologías -naturalizando la violencia sexual-, en las que, lamentablemente, bajo la lógica de la libertad de expresión o "tomarse las cosas a la ligera" se cosifican, no sólo a mujeres y menores de edad, sino también a otros sectores de la población, contribuyendo a la representación en la imaginería social como objetos para la delectación sexual de personas -hombres, principalmente- detentadoras del poder de someter, controlar, dominar y esclavizar sexualmente a los otros minúsculos . Lo significativo de la exposición del tema resulta en la intolerancia y rechazo que despierta en las lectoras y lectores estos agravios, en la sensibilización, prevención y combate del delito.

Debemos entender que la libertad de expresión implica responsabilidad de los medios de comunicación y de quienes comunican, léase periodistas, reporteras/os, columnistas, editorialistas, jefes/as de información o mesas de redacción, editores/as y de todas aquellas personas implicadas en la emisión e impresión de noticias. La libertad de expresión implica una mirada atenta a la diversidad cultural y política que no sólo dé cuenta de los sucesos de la vida cotidiana tanto pública como privada (cuando en ella se cometen delitos los acontecimientos deben emerger a la cuestión pública) de actoras y actores sociopolíticos, sino que además esté comprometida socialmente y que contribuya al desarrollo del pensamiento crítico, así como al desmantelamiento de los discursos del poder patriarcal.

¿Entonces de qué hablamos? Algunas líneas para la discusión de la trata con fines de explotación sexual

Hablamos del acomodo de los nuevos lenguajes de la esclavitud; de los factores que propician la trata de mujeres como la violencia, la desigualdad, la exclusión y la pobreza, el analfabetismo o bajo nivel de escolaridad; de las dimensiones sociales, económicas, políticas y culturales de la trata de mujeres con fines de explotación sexual; de la violación sistemática de sus derechos humanos; de sexismo, racismo y edadismo; de discriminación agravada y múltiple, es decir, de la negación concomitante de derechos y libertades fundamentales en una misma persona; en plural: personas. De la globalización del delito y la operación de redes de trata para la explotación sexual de mujeres centroamericanas y de otras latitudes en territorio mexicano, en particular el oaxaqueño; de flujos y políticas migratorias; del mercado del tráfico y la trata de mujeres; del riesgo y de la violación de facto de la autonomía, seguridad y libertad de los derechos sexuales -y reproductivos- de las mujeres, niñas y de todas las personas migrantes o no.

¿Cómo las nombramos: víctimas (de trata); mujeres tratadas o traficadas; prostitutas; mujeres en (situación de) prostitución; prostituidas; explotadas; esclavas; trabajadoras sexuales? ¿O de manera más corriente: putas, casquivanas, zorras, culeras, culeadoras, callejeras, calientacamas, güilas/huilas, busconas, perdidas, trotacalles, rameras, suripantas, perversas, descosidas, pirujas, trotamundos, fulanas, de cascos ligeros, golfas, hermanas, sexoservidoras, engordaplátanos, mujeres escandalosas, tronchapalos, regatonas, perras, degeneradas, locas, alargarrábanos, mujerzuelas, mujeres públicas? ¿Romántica o elegante o graciosamente: mujeres tabuadas, de la vida alegre, víctimas del pecado, mujeres de mala nota, pecadoras, cotorritas, hetairas, lascivas, mujeres del mal oficio, las menosmuertas, de moral distraída, carne-sin-alma, boquitas pintadas, aventureras, profesionales, las toma y daca, mujeres de la noche, mundanas, embrujadoras, ninfas, de la vida airada, del mal vivir, sumas sacerdotisas, viciosas, damiselas, sufridoras, mujeres eróticas, del rumor helado, mancebas, crías, las chicas o muchachas? ¿Si estuvieran en un establecimiento: cortesanas, arrabaleras, meretrices, mesalinas, cabareteras, coimas, ficheras, teiboleras , escorts , amigas, acompañantes, masajistas, incluyendo modelos y edecanes? ¿Realmente importa cómo las nombremos, hay diferencias entre unas y otras formas? ¿Se puede nombrar lo tabuado sin recurrir a los eufemismos revictimizantes? ¿Las formas más corrientes, novelescas, refinadas o pícaras desdibujan o soslayan el medio comisivo y el propósito por el que las mujeres están en ese régimen?

Debatimos en torno a la prostitución: ¿abolir o reglamentar?; ¿Es la prostitución un mecanismo de explotación, es esclavitud o es un trabajo?; ¿cuándo es prostitución forzada y cuándo es prostitución voluntaria? O mejor dicho, ¿Hasta cuándo es prostitución forzada y cuándo es (o empieza a ser) prostitución voluntaria? ¿Cuándo pasan de explotadas a explotadoras, madrotas, mamis, buscadoras?; Industria, comercio, mercado, negocio, ¿todas estas palabras son sinónimas si se les adjunta el denotativo: sexual?; debatimos acerca del mercado sexual y sus defensores, protectores y sostenes: los clientes, los demandantes, los prostituyentes, los explotadores, ¿o violadores? ; de sus beneficiarios: tratantes, padrotes, proxenetas, prostituidores, lenones, chulos, managers , pimpfs o la expresión demodé cinturita ; ¿los padrotes son parejas/amigos cuidadores desinteresados o cínicos explotadores, vigilantes abusivos, holgazanes, miserables y violentos?; hablamos del lucro de los "empresarios", las clases políticas y las policías; del cuerpo como mercancía, alquiler y venta; del paradigma cultural patriarcal y de las relaciones de dominación-subordinación; de la misoginia, la cosificación femenina y las formas de ejercer la sexualidad masculina; de la normalización de la violencia y explotación sexual de las mujeres; sobre las violaciones de las que son víctimas las prostitutas, violaciones no denunciadas ante el ministerio público, por la falta de sensibilidad y sentido común de las autoridades que señalan que no existe tal ya que es parte del "trabajo" que ellas realizan; de la afectación psicoemocional , sexual y social que les producen los clientes y las autoridades que las extorsionan transmitiéndoles la creencia que son objetos de desecho.

Nos obliga a discutir acerca de legislación, políticas públicas y acceso a la justicia de las víctimas, personas ofendidas y sobrevivientes; de leyes y prácticas estatales facilitadoras de la trata de mujeres, de sus vacíos jurídicos, de la falta de legislación específica o adecuada a nivel nacional y en la entidad federativa; de la inoperancia de la normativa y la falta de capacitación de las autoridades para la integración de averiguaciones previas y de nuestra súplica, imperativa y urgente, del entrenamiento en la materia; de la recalificación de las averiguaciones previas por parte de quienes procuran e imparten justicia; de la nulidad/escasez de sentencias y también de denuncias; de las sentencias irrisorias; de la colusión de las redes de tráfico y trata humana con las autoridades simuladoras de protección; de la nula transversalidad de la información en las instituciones públicas federales, estatales y municipales; del rezago del Estado de Derecho en todo el país y de la construcción del incipiente Estado de Derecho en Oaxaca; de la falta de voluntad política para la atención de la problemática; de la descoordinación de la Federación, sus dependencias y las entidades federativas, con énfasis en este estado; de los vacíos jurídicos de la agenda legislativa nacional en materia de migración; de los procesos judiciales en los que se revictimiza a las víctimas; de la judicialización de los explotadores sexuales; de las acciones punitivas para los prostituidores y prostituyentes de personas víctimas de la trata sexual; del encarcelamiento de los consumidores de otras formas de explotación sexual como son la utilización de niños, niñas, adolescentes, personas con discapacidad, grupos que han sufrido discriminación prolongada y personas en situación de calle para la producción de materiales pornográficos en fotografía y video; así como para los productores, reproductores, distribuidores, vendedores y compradores de este material; de las sanciones administrativas y condena social para quienes ofrezcan y quienes soliciten personas para su explotación sexual a través de los viajes y el turismo -el erróneamente llamado turismo sexual-; del enjuiciamiento y castigos severos para los demandantes, perpetradores y operadores de toda aquella relación sexual remunerada o no con menores de edad.

Nos preguntamos por qué aún no se ha creado y aprobado una ley que reprima y sancione la trata de personas en el estado; por qué el Instituto de la Mujer Oaxaqueña, la Procuraduría General del Estado, la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos de Oaxaca (Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, CDDHO) , el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, entre otras dependencias no han creado un programa permanente para la prevención de delito y de formación de capital humano en materia de explotación sexual que incluya a los y las funcionarias públicas, profesionistas de distintos ámbitos, estudiantes de todos los niveles y actoras y actores estratégicos que se constituyan como agentes replicadores de dicha información y con posibilidades de contener el delito en sus localidades o espacios laborales. Cuestiono ¿De qué diantres sirvió el Foro/Seminario Internacional de lucha contra la Trata de Personas efectuado del 28 al 30 de junio en esta ciudad? ¿Cuál es la situación de la Iniciativa de Ley para Prevenir, Atender y Sancionar la Trata de Personas en el Estado presentada a principios de julio por el legislador panista Juan Mendoza Reyes? ¿Por qué a pesar de las reformas a la Constitución Política del Estado y al Código Penal Estatal en el 2008 no ha habido avances en el combate de este delito, de por lo menos una sentencia? Critico y repruebo ¿Por qué los supuestos grupos feministas y de defensa de los derechos humanos de Oaxaca no se han pronunciado contra esta indignante y lacerante forma de esclavitud?

Pretendemos dialogar en torno a la seguridad nacional e internacional; a la ignorancia y menosprecio de los derechos humanos asentados en dispositivos internacionales equiparables con las leyes nacionales y por encima de las legislaciones locales; en la falta de homologación de los códigos penales estatales con la legislación federal; también del desconocimiento unánime del derecho internacional de los derechos humanos y la acción precaria de los organismos que coadyuvan a la prevención, atención, erradicación y punición de la trata humana; en la falta de interés, conexión y cooperación de los países centro y sudamericanos con nuestro país y el resto del mundo; en los procesos de resocialización, reinserción laboral, repatriación y nuevas expectativas de vida; conversamos en relación a la trata y la salud pública y global y sus instituciones; de la prevención del delito a través de políticas públicas eficientes y eficaces para toda la población; de políticas preventivas del desarrollo local y humano ante la migración; de la invisibilidad (¿voluntaria?) de la problemática en la sociedad; de la tolerancia a la explotación y de la insensibilidad al dolor humano.

Opinamos sobre lo que debería ser la persecución al crimen organizado; sobre las instituciones de seguridad y el ministerio público municipal, estatal y federal; de las denuncias, atención, acompañamiento, seguimiento y reinserción social de las víctimas y sobrevivientes con las instancias del Estado; de los casos, de la judicialización y las instancias nacionales e internacionales; del acceso a la justicia pronta y expedita, de la justicia restaurativa, del debido proceso y la reparación del daño a las víctimas; de las campañas para prevenir la trata y combatirla desde las organizaciones de la sociedad civil y las iglesias; de las experiencias de la región (América Latina) y la participación de organismos internacionales altruistas u oficiales en la documentación pertinente; en los procesos de información y sensibilización de la ciudadanía; del trabajo colaborativo de la Academia, ONG's, Iglesias y entidades gubernamentales en el monitoreo de los avances y/o retrocesos del fenómeno; de las buenas prácticas en la cooperación Estado-Sociedad civil; del involucramiento de las familias y los cuerpos docentes de las comunidades de origen, tránsito y destino sobre la advertencia y orientación de este fenómeno, sus dimensiones y consecuencias, en caso de ser víctimas; es decir, de las iniciativas populares de prevención y combate a la trata de mujeres, niñas, niños y hombres y la construcción de redes de apoyo, protección y cadenas de sociocuidados; del compromiso ético y activo de los medios de comunicación, en tanto empresas y profesionales de la información/comunicación; del deseo de creación de códigos de ética para los diarios y las agencias noticiosas y la profesionalización del ejercicio periodístico; de la responsabilidad de las empresas e industriales en el abatimiento y capacitación de su personal para la prevención, identificación y denuncia de este delito; hablamos del deseo de creación de acciones preventivas comunitarias y de pequeños grupos en la lucha por la construcción de sociedades más igualitarias, cancelando toda vía de desigualdad, violencia, explotación o esclavitud. Pugnamos por la consecución de la restauración del tejido social, de la posibilidad de invención y creación de escenarios y comunidades más armónicas, incluyentes, democráticas, libres, progresistas, justas, respetuosas, reivindicadoras de los derechos humanos de todos y todas.

Bibliografía:

Bales, Kevin & Jessica Reitz. "El racismo y la esclavitud contemporánea" en Las dimensiones del racismo. Serie Lucha contra la Discriminación. Volumen 1. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Nueva York/Ginebra, 2005.

Cacho, Lydia. Esclavas del poder. Un viaje al corazón de la trata sexual de mujeres y niñas en el mundo , Grijalbo, México, 2010.

Lagarde y de los Ríos, Marcela. Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas . Colección Posgrado, UNAM, México, (1990) 2003.

Dfensor. Revista de Derechos Humanos, número 01 Tema: Trabajo sexual: un derecho por reconocer , Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. México, enero de 2011.

Martínez, Sanjuana. "Medios de comunicación. Enemigos y cómplices de la trata de personas", conferencia presentada en el IV Diplomado Trata de personas con fines de explotación sexual de niños, niñas y adolescentes con perspectiva de género y enfoque de derechos humanos . Universidad Iberoamericana, Instituto Politécnico Nacional e Infancia Común A.C., 10 de noviembre de 2010.

Lecturas recomendadas para una mayor profundización en el tema, véase, entre otras obras:

•  Azaola, Elena. Infancia robada, niños y niñas víctimas de la explotación sexual en México. UNICEF-DIF-CIESAS, México, 2000.

•  Casillas, Rodolfo. La trata de mujeres, adolescentes, niñas y niños en México . CIM-OIM-INMUJERES-INM. México, 2006.

•  Castro, Óscar (coord.). Un grito silencioso: Trata de mujeres en México, caso Tlaxcala . Centro Fray Julián Garcés, Derechos Humanos y Desarrollo Local, A.C. México, 2006.

•  INMUJERES. La trata de personas, aspectos básicos . CIM-OEA-USAID-OIM; INM-INMUJERES, México, 2006.

Notas:

[1] Véase la nota "Sexoservicio invade al Centro Histórico" de Arcelia Maya. Jueves 16 de junio de 2011. Periódico Adiario.
[2] El entrecomillado y las cursivas son mías.
[3] Las cursivas son mías.
[4] Algunas mujeres que se involucran en las redes de prostitución y trata reproducen esta forma de violencia patriarcal y esclavizan a otras mujeres, a quienes explotan o contribuyen a su explotación, aunque su participación aparentemente es mínima, menos violenta y, de hecho, es más reciente que la opresión milenaria de los varones sobre las mujeres.
[5] La pornografía, en la mayoría de los casos, antecede a la demanda de la prostitución. Es en los cuerpos de las prostitutas donde se materializan las fantasías abstraídas de las imágenes pornográficas. Las actrices porno, de igual forma, son consideradas prostitutas o trabajadoras de la industria del sexo. Por supuesto que no debemos partir de la idea que todos los hombres consumidores de pornografía son consumidores de prostitución. Debemos considerar que en reservados casos, cuando hay reflexión crítica en el consumo de la pornografía, ésta puede considerarse un vehículo de educación sexual no nocivo para las imágenes, identidades y subjetividades de las mujeres.
[6] Apócope de travestis y transexuales, que aún no se han reasignado sexualmente de los órganos pélvicos. Ellas mismas manifiestan su adscripción o membrecía al sexo contrario a su biología. Para profundizar en las discusiones en torno a la prostitución y el trabajo sexual de varones y personas trans véase: 1) Hernández Sánchez, Mario Alfredo y Julieta Morales Sánchez. Prostitución: una visión desde los derechos humanos; 2) Rueda Castillo, Angie. El trabajo sexual trans; 3) De Benito, Emilio. La prostitución de ellos: más oculta, menos esclava; textos aparecidos en Dfensor. Revista de Derechos Humanos, número 01 (Trabajo sexual: un derecho por reconocer), Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. México, enero de 2011.
[7] Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de personas, adscrita a la Procuraduría General de la República (PGR).
[8] Conferencia de Sanjuana Martínez: "Medios de comunicación. Enemigos y cómplices de la trata de personas", en el marco del 4º Diplomado Trata de personas con fines de explotación sexual de niños, niñas y adolescentes con perspectiva de género y enfoque de derechos humanos. Universidad Iberoamericana-Instituto Politécnico Nacional e Infancia Común A.C., 10 de noviembre de 2010.
[9] Debemos hacer una distinción entre la perspectiva abolicionista religiosa y la del movimiento feminista que parte de la lucha contra la normalización de la violencia sexual hacia las mujeres. La primera está fundamentada en prejuicios, miedos y valores ortodoxos de la fé dogmática cristiana-católica y la segunda es un movimiento de hombres y mujeres feministas reivindicativo de derechos humanos que trabaja a favor de la equidad y justicia social pronunciándose en contra de la violencia sexista que reduce a todas las mujeres a objetos sexuales. Personalmente me asumo como abolicionista de la prostitución desde la perspectiva feminista.
[10] Para Lagarde "a pesar de que la prostitución ha sido legalizada por la vía de los reglamentos en muchos países desde fines del siglo XIX, las prostitutas no lo han sido. Ellas no han sido tipificadas en ninguna categoría jurídica de trabajadoras, si lo que hacen fuera considerado como un trabajo, o como prestadoras de servicios si éste fuera el caso. Así, siempre están desarmadas ante el cliente que no es controlado médicamente y frente al cual se hallan absolutamente vulnerables y desprotegidas, sujetas a todo tipo de enfermedades, maltratos, prácticas enajenantes, y a formas de violencia erótica y física. Ideológicamente, ellas encarnan el mal, y son peligrosas para los hombres." Op. Cit. Pág. 597.
[11] Citado en el capítulo 14 "Terminología: de qué hablamos y cómo lo decimos", del libro Esclavas del poder. Un viaje al corazón de la trata sexual de mujeres y niñas en el mundo de Lydia Cacho. México, 2010, pág. 301.
[12] La posición del Gobernador Gabino Cué, de las y los Secretarios del Gabinete y de titulares de otras dependencias, incluyendo al Instituto de la Mujer Oaxaqueña, es de un mutismo infame. O desconocen el tema o no se han pronunciado claramente o su discurso es romántica retórica acerca de la defensa y promoción de los derechos humanos y la procuración de justicia. De cualquier manera con su silencio e inacción también se posicionan éticamente: reproducen el status quo de la desigualdad, la violencia estructural y patriarcal, reflejan su inoperancia como operadores institucionales y su falta de voluntad política para la atención del problema.






Artículo al Azar



Escucha y piensa

Canciones para Reflexionar

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. © Copyright, México MujeresNet.Info, Información con Perspectivas de Género y Feminista
| Diseño: Elsa Lever M. | RSS | NINGUN TEXTO PUEDE SER REPRODUCIDO SIN PERMISO EXPRESO DE MUJERESNET.INFO | ecoestadistica.com
| Aviso Legal | Política de Privacidad | Mapa del Sitio | Su publicidad | PageRank Checking Icon