*Informe: Periodistas están desapareciendo en México
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*SIP: 2008 registra trece periodistas muertos en la región
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*Guía para periodistas: Cómo sobrevivir en el 2009
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*Diseñan seguro para proteger a bloggers de cargos de difamación
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*Red internacional de seguridad para periodistas lanza sitio especializado
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Informe sobre Periodistas en México
Periódicos y Expresión |
CICLO DE CONFERENCIAS
“ENTRE MUJERES INSURGENTES Y REVOLUCIONARIAS”
FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES
UNAM
Jueves 29 de abril. Mujeres insurgentes
- Josefina Hernández Téllez. La educación femenina en 1810
- Layla Sánchez Kuri. Presencia femenina en la Independencia.
- Elvira Hernández Carballido. Leona Vicario, la corresponsal de los insurgentes.
- Rosalinda Sandoval Orihuela. Los taconazos de Doña Josefa
Moderador: Vicente Castellanos Cerda
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Salón 12 Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
Viernes 30 de abril. Mujeres revolucionarias
- Rosa María Valles Ruiz. Periodista y feminista: Hermila Galindo
- Elsa Lever M. El Universal y las mujeres periodistas
- Gloria Hernández Jiménez. Mujeres, revolución y fotografía
- Francisca Robles. Los corridos y la presencia femenina
Moderadora: Noemí Luna García
Inaugura: Maestro Arturo Guillemoud Rodríguez Vázquez
Sala Lucio Mendieta, Edificio de Posgrado (“F), 18:00 horas, FCPyS
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Por Elsa Lever M.Periodista con Maestría en Comunicación por la FCPyS de la UNAM, diplomada en Género por el PUEG de la UNAM, y en Feminismo por el CEIICH de la UNAM.
El calendario indica que corre el año 2009. Sí, el noveno año de un nuevo siglo y milenio, y sin embargo parece que estamos en el Medioevo. Cuando coexistían en paralelo los poderes de la Iglesia y los poderes políticos, cuando se perseguían las "herejías", cuando la sociedad vivía enmarcada en jerarquías y destinos de los que no podía escapar. ¿O no es eso la oleada "antiaborto" a la que se han unido ya 14 estados del país, modificando sus constituciones excluyendo incluso las causales que había (por violación y peligro de la madre)? En un claro mensaje medieval, ahora se sumarán también a las cifras del aborto clandestino las mujeres embarazadas por violaciones sexuales, dispuestas a ejercer su derecho -que debería estar garantizado- a decidir. Y las mujeres que, aun estando en riesgo su vida, no puedan ni garantizarse su propia existencia so pena de estar violando el derecho del feto.
La Epoca Medieval, cuando las mujeres eran las garantes de la honra de los hombres y éstos podían matarlas si ellas transgredían esas normas; cuando la sociedad podía ejercer una violencia moral, incluso la muerte, por mera sospecha de una "mala conducta". Cuando había una abierta violencia de género, una ideología regida por los preceptos del orden natural, mantenidos por el pensamiento cristiano.
El mes pasado la comunicadora Carmen Santiago Hernández, de 35 años de edad y empleada de la Dirección General de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Guerrero, fue golpeada y al parecer secuestrada en su propio domicilio por su ex pareja Rubén Mora Peralta, sin recibir la atención médica adecuada y con el riesgo de sufrir secuelas irreversibles.
El caso trascendió gracias a las amistades que se han ocupado de ella, su padre enfermo de 75 años y su hijo de cinco años de edad. Posteriormente, el 5 de agosto, se le detuvo por los delitos de Privación Ilegal de la Libertad, Lesiones, Omisión de Cuidados y los que resultaran, pero lo que resultó fue su liberación el 7 de agosto, pese a que ella se encuentra hospitalizada en estado grave, en coma inducido esperando ceda la inflamación generada por dos traumatismos craneoencefálicos, y un edema que le provocó infarto cerebral e inflamación del cerebro con desprendimiento de membrana.
Por 80 mil pesos de fianza quedó libre, pues a juicio de la Fiscalía de Delitos de Violencia Intrafamiliar en la entidad, los delitos por los que se le acusa no son graves. Por supuesto, además de todo lo anterior, ahora se suma el temor por la integridad física de la periodista, por la del padre y el hijo de la periodista. Violencia de género, institucional y estructural. El Medioevo, sin duda.
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Libros, lecturas y publicaciones
El fenómeno del aborto tiene una dimensión moral que no se puede soslayar si lo que se pretende es entender a cabalidad por que resulta tan controvertido este tema. Si bien es un asunto social y de salud pública el aborto también plantea problemas morales y es en este terreno de la moralidad donde surgen razones que apoyan su despenalización parcial. La moralidad del aborto analiza varios de los argumentos más socorrido en el debate público, tanto del lado conservador como del liberal. A partir de ello, el autor desenreda la madeja donde se embrollan todo tipo de elementos para mostrar de una manera nítida los compromisos que supone esgrimirlos o las consecuencias que tienen. Al mismo tiempo intenta responder preguntas que comúnmente se plantean cuando se reflexiona sobre la materia: ¿ser cristiano supone la condena moral del aborto?, ¿se puede equiparar al aborto con el homicidio?, ¿es la adopción una solución real al problema del aborto?, ¿qué peso debe tener el derecho del hombre a la paternidad?, ¿se discrima al feto al abortar?, ¿cuál es la relación del reconocimiento de los derechos reproductivos en la democracia?, ¿no es arbitrario el plazo de doce semanas?, entre otras muchas cuestiones.
Este libro adopta un punto de vista filosófico, pero ha sido escrito pensando en el lector no especialista interesado en el tema, con la idea de que la filosofía puede ofrecerle una perspectiva diferente echando mano de su herramienta básica: el análisis argumental y conceptual. De entre todas las disciplinas, como señala el autor, la filosofía es la más apta para desarrollar esta labor de análisis argumental y para aportar claridad a la vida pública de una sociedad.
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Periodismo, medios y derechosPor Mabel Barreto Periodista peruana.La pregunta fue lanzada al ex director del diario Perú 21, Augusto Alvarez Rodrich en el conversatorio "La agenda de las mujeres en los medios de comunicación", por un (¿o una?) estudiante de periodismo. Compartía la mesa con Sara Lovera, reconocida periodista y feminista mexicana, Ana María Portugal, de Isis Internacional, y la periodista Teresina Muñoz-Nájar , editora de la revista Caras. Ante un público conformado por estudiantes (la Universidad Jaime Bausate y Meza fue anfitriona del evento) y feministas, esa noche del pasado 16 de julio, Alvarez respondió que es verdad, aunque en televisión sí hay mujeres directoras. Aunque no sabía exactamente por qué, dijo, creía que una de las razones podría ser que las mujeres tienen que irse temprano a casa por los hijos, que casi invariablemente las periodistas están siempre pendientes de irse a las 6 o 7pm, en tanto los hombres se quedan hasta el cierre. Y otra razón, agregó, es que los directorios de los diarios están compuestos mayormente por hombres que nombran hombres.
Una descripción que llamó la atención porque describía una situación opuesta a las afirmaciones de Sara Lovera, quien había hablado de las dos revoluciones del siglo XX que cambiaron el mundo: la irrupción de las nuevas tecnologías de la información y la incursión de las mujeres, que pasaron del núcleo familiar al ámbito público y político.
Responden las periodistas
El bichito de la curiosidad periodística nos llevó a contrastar lo dicho por Alvarez Rodrich con las protagonistas de sus afirmaciones, las periodistas mujeres.
De las tres entrevistadas, ninguna dijo que optó por irse corriendo a la casa descuidando el tratamiento de una noticia por cuidar a los niños. Eso sí, una sensación de culpabilidad está presente con ellas cuando se quedan “hasta el cierre”, hora que un periódico puede ser la medianoche o incluso un poco más.
Claudia Izaguirre, editora general de Perú 21, confiesa que “en no pocas ocasiones desde que asumí el cierre de Perú.21 he tenido un martilleo en la cabeza y el corazón que me dicen que debo dejar ese horario”. El suyo es horario vespertino desde hace años. Pero, pese a acostarse tardísimo, igual acompañó a su niño al colegio por las mañanas, jugaba y almorzaba con él. Adaptó su horario laboral a la demanda maternal de pasar un tiempo importante con el niño. Y que “jugaba con él” quiere decir que además maximizaba la calidad del tiempo que le dedicaba al pequeño (hoy todo un joven).
“Las mujeres sabemos dividirnos y multiplicarnos”, afirma convencida. Igual piensa María Elena Castillo, redactora principal de La República, quien discrepa abiertamente con Alvarez Rodrich porque en su caso, “y en muchos casos que conozco, sólo he podido irme a las 6 o 7 de la noche si he terminado mi labor del día, pero si la coyuntura lo exige, me quedo como todos los hombres, hasta las tantas”.
Está convencida de que las mujeres periodistas “nos ingeniamos -a diferencia de la mayoría de los hombres- para ser responsables en nuestros trabajos a la par de tener una familia”. Y pone como ejemplo lo que ve en su periódico: las dos mujeres que editan la sección Provincias , ambas madres, se quedan todos los días hasta la medianoche. También está el caso de las redactoras de la sección Política , donde ella labora, que cumplen un turno de tarde algunas veces a la semana, como todos los periodistas, quedándose también hasta la medianoche.
Claudia Izaguirre sí ha visto en Perú 21 ha visto algunos casos de chicas entusiasmadas con sus posibilidades periodísticas que optaron en un momento por pedir que no les den comisiones ‘importantes’, que les demanden quedarse hasta muy tarde, o que incluso renunciaron por el tema de los horarios.
Razones machistas
Pero ella misma cree que no son los niños los que limitan a la mujer periodista, “sino que esa presión de estar temprano y atender a los hijos viene sobre todo de los hombres, es decir, de los maridos celosos o machistas, que los hay, y muchos”.
Lo dijo Sara Lovera al explicar cómo tomó el mundo la revolución de las mujeres: “Estamos cambiando de piel de manera sistemática pero seguimos siendo vistas como algo de menor valor”. En el caso de los maridos, prima el deseo de ejercer el poder sobre la mujer, y más en casa.
Encuestas realizadas por la Universidad de Lima (2007) y la Universidad Católica (2008) evidencian que una mayoría de más de 70% piensa, que, pese a algunos avances y reconocimientos, seguimos siendo una sociedad machista y que en el Perú se discrimina aún a la mujer.
¿Existe discriminación en los medios de comunicación? Roxana Cueva relata cómo ve el tema en la televisión: “La mujer se hace un lugar en los medios a punta de “punche”, esfuerzo vinculado más a la "actitud" que a su "raciocinio" y por eso la mayor presencia de mujeres se da en la tele, medio cuya naturaleza apela a lo emocional más que a la racionalidad”.
Recordando lo sucedido en la televisión peruana, relata: “Todas se esmeraban en ser aguerridas reporteras, esa actitud era la que los jefes valoraban y daba rating, y obviamente, era más atractivo ver esas actitudes en mujeres que en hombres”.
De alguna manera, podría decirse que este grupo de mujeres abrió un trecho en la televisión peruana. Hoy hay hasta cuatro directoras de programas periodísticos (Cuarto Poder y Prensa Libre) y noticieros (América Noticias y ATV Noticias) y conductoras que no son sólo rubias y bonitas. Roxana Cueva, por ejemplo, carismática morena, madre de familia y experimentada periodista, está al frente de un noticiero matutino. En su haber figura la dirección de Cuarto Poder, uno de los programas periodísticos semanales más importantes.
Los que deciden
Para que el género femenino llegue a la dirección de los periódicos, según la respuesta ya señalada de Alvarez Rodrich, estaría también la cuestión de la composición de los directorios. “Hay más hombres que mujeres, y escogen hombres”, señaló el ex director de Perú 21.
Aquí sí hay algunos datos le dan la razón. Por ejemplo, en el caso del grupo El Comercio , empresa editora de tres periódicos (El Comercio, Perú 21 y El Trome), el género que prima en su directorio de 135 accionistas miembros de la familia Miró Quesada, es el de los hombres.
Pero las razones que en este momento tienen los accionistas para decidir quién dirigirá sus periódicos estarían más marcadas por otros criterios. Tras la salida de Alvarez Rodrich de Perú 21, quedó en evidencia que estos tienen que ver con limitar la autonomía que pueda ejercer alguien desde ese puesto. El sucesor de este periodista en la dirección de Perú 21 es un ex asesor económico del grupo El Comercio. La decisión del directorio de ejercer más control sobre el contenido informativo se expresó también en la instalación, desde octubre del año pasado, de comités editoriales integrados por accionistas en dos de los tres periódicos del grupo, El Comercio y Perú 21.
En La República, más bien, la composición del directorio sí está equlibrada en cuanto al género: de 8 miembros de la familia Mohme que lo integan, 4 son mujeres. No obstante, quienes finalmente deciden sobre el tema informativo son los miembros del comité editorial, también existente en este periódico, y allí sí la diferencia de género es notoria: de 8 miembros, sólo hay una mujer.
El famoso techo...
Las redacciones de los periódicos peruanos tienen sobre sí el “techo de cristal” (los puestos directivos son ejercidos por hombres), aquél que las periodistas aún no terminan de romper. Pero, a no dudarlo, hace rato que ellas están viendo cómo hacerlo. Descubrieron y denunciaron casos como espionaje telefónico, esterilizaciones forzadas, cuentas y corruptelas de Fujimori y Montesinos; marcharon a fotografiar la guerra, ingresan a penales, juzgados, quirófanos…
¿Qué falta entonces para que una mujer dirija un periódico en el Perú? Sería duro que la historia de Katherine Graham, presidenta del directorio del Washington Post en 1972, sin cuyo apoyo los famosísimos “hombres del Presidente”, los periodistas Bob Woodward y Carl Bernstein no hubieran podido publicar todas sus investigaciones, se repitiera en Perú: su padre, dueño del periódico, le dio la presidencia del directorio al hombre con el que se casó. Ocupó el puesto recién a su muerte, y llegó mucho más lejos que él. Es decir, tuvo que esperar su turno…
Para dar un ejemplo más cercano, le preguntamos a Teresina Muñoz-Nájar, periodista que también participó en el conversatorio, si es muy distinto trabajar como periodista con Enrique Zileri, quien fuera director de Caretas hasta hace poco, que con Drusila, su hija, directora de Caras.
“Bueno, trabajar con Enrique es trabajar con un mito, uno aprende, claro”. Es de todos los y las periodistas que pasaron por Caretas conocido el carácter de Enrique Zileri. “Con Drusila tengo una relación más horizontal, más de iguales, pero no por ser mujeres, sino porque nos respetamos como periodistas”. Teresina afirma que ella no ve que las diferencias de género determinen la calidad ni de Caretas ni de Caras.
Como se sabe, Enrique Zileri sucedió a su madre, la mítica Doris Gibson, en la dirección de Caretas. Y a la hora de jubilarse, decidió que su hijo Marco lo sucediera. Tiempo después, su hija Drusila, quien trabajó exitosamente como reportera de televisión en el extranjero, y luego como conductora de noticias en Perú, asumió la dirección de Caras, publicación ajena a la familia.
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Política y ciudadaníaPor Rosa Esther Beltrán Enríquez Socióloga por la UANE con maestría en Sociología por la UNAM, ha trabajado como docente en la Universidad de Monterrey, Universidad Autónoma de Coahuila, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, en la UNAM y la Universidad Iberoamericana. Autora de diversos artículos sobre procesos electorales y partidos políticos de Coahuila, fue consejera electoral del Consejo Local de Coahuila del Instituto Federal Electoral de 1996 al 2003.¿Para qué quieren las mujeres estar en la política? Las mujeres tenemos que estar en política por una cuestión de justicia social. La lucha para el empoderamiento de las mujeres es un derecho, porque, los derechos políticos son derechos humanos. En Latinoamérica se observan algunos avances de la participación de las mujeres en política: hasta ahora hay cuatro mujeres presidentas elegidas democráticamente, como la nicaragüense Violeta Barrios (1990), la panameña Mireya Elisa Moscoso (1999) y las más recientes Michelle Bachelet en Chile (2005) y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina (2007). Además, el número de secretarias de Estado también aumentó, alcanzando el 24% de esas carteras; asimismo el número de mujeres diputadas ha alcanzado casi un 21% en la región. En este sentido, los países con mayor representación de mujeres son Cuba con 49,2 por ciento, Argentina con un 40 y Costa Rica 36,8.
Existen herramientas importantes que han ayudado a avanzar en este terreno, una es el sistema de cuotas, que supone una garantía para la igualdad en el ámbito político. Lo que estamos reivindicando las mujeres es que los sistemas de representación sean equitativos ya que hay condiciones para profundizar la democracia y los espacios para lograr la paridad y equidad entre hombres y mujeres que en los parlamentos nacionales está muy lejos de ser una realidad.
Es necesario reconocer que, en general las mujeres seguimos estando en una situación de minoría y de subrepresentación en los altos cargos de elección en las instancias políticas nacionales.
En la elección pasada en México, más del 41 por ciento de las candidaturas a la Cámara de Diputados fueron encabezadas por mujeres; sin embargo, en la próxima legislatura menos del 28 por ciento de las curules serán ocupadas por diputadas, aunque la LXI registrará la cuota de mujeres más alta en la historia de México, 139 diputadas, equivalentes al 27.8 por ciento y la LX Legislatura terminará con 133 curules ocupadas por mujeres, el 26.6 por ciento.(Periódico Reforma).
Compitieron mil 389 mujeres como propietarias y sólo 139 son diputadas electas, en cambio 361 hombres llegarán al Congreso, lo cual muestra que la política sigue estando masculinizada y que los avances en este país son magros para el género femenino, ya que según el objetivo de la ONU en el Desarrollo del Milenio establecido en el indicador que tiene que ver con una mayor igualdad de género en la composición del Poder Legislativo, es de un 40 por ciento, por lo que puede considerarse que el avance es marginal.
Si en Coahuila el PRI arrasó, como en sus mejores tiempos de partido de Estado, es más que lamentable que la única mujer que alcanzó una curul por la vía plurinominal, Hilda Flores Escalera, aparezca ya en las listas de la Cámara de Diputado entre las diputadas electas que renunciará a favor de su suplente, en este caso un varón de la más rancia estipe corporativa, clientelar y caciquil, Noé Garza Flores. Pero Flores Escalera ya había renunciado, unas semanas después de haber sido electa diputada local, ahora está esperando órdenes para asumir un nuevo destino, la burla al electorado que le dio su voto y el servilismo no tienen parangón; casi la iguala Eduardo Olmos, paradigma del oportunismo electoral.
Siete diputadas priístas electas están en las listas de probables dimitentes a favor de sus suplentes varones, cinco del partido Verde y una del PT estarían en el mismo caso, pero eso sí, se rasgaron las vestiduras cuando “Juanito” ofreció que si ganaba renunciaría para darle el puesto a Clara Brugada..
Es paradójico que el clan Moreira que odia a los panistas por conservadores y a todo lo que no sea condescendencia, haya excluido a las mujeres de los puestos a elección de manera sistemática, sólo hay que revisar los resultados de la elección de octubre de 2008, las pasadas de diputados federales y las listas de precandidatos a los ayuntamientos de octubre de este año; en cambio los panistas de la LX legislatura le dieron al menos el 33 por ciento al género femenino y en la LXI, a pesar del desplome de su votación, conservarán el mismo porcentaje; el PRI, proporcionalmente será la bancada con menos mujeres, 21.9 y el PRD tendrá un 31 por ciento, que porcentualmente será el que más lugares dé a éste género..
Así que vemos claramente cómo se fortalece el patriarcado político en las corporaciones públicas y de “representación” en la federación. En Coahuila, la ausencia de las mujeres en política es la más grave discriminación que padece este género en la entidad.
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Injusticia e impunidadPor Soledad Jarquín Edgar Corresponsal de CIMAC (Comunicación e Información de la Mujer A.C.) en Oaxaca. En 2007 le fue otorgado el Premio Nacional de Periodismo en su categoría de Noticia, por uno de sus trabajos para la Agencia Cimac Noticias.¿Quién quiere seguir contando la misma historia? Nadie. Ningún familiar de las víctimas, ni sus amigas, menos las activistas pro derechos de las mujeres, incluso las periodistas. Ninguna persona quiere seguir contando estas historias de violencia contra las mujeres, pero nada la detiene, la suma continúa y se deben seguir contando. Golpes con el puño cerrado, golpes con objetos pesados o impactos con armas mortales que las asesinan o las dejan en coma profundo, como señalan los reportes médicos. Las dejan sin palabras para defenderse. Mudas, en el silencio grave que contagia la conciencia institucional.
La justicia se vuelve un sueño inalcanzable. Se confabulan victimarios y “autoridades”. Conspiran contra la no violencia hacia las mujeres los legisladores que no pueden atreverse a castigar con severidad estos delitos. Hay, en todo esto, un complot de jueces que no tienen argumentos para encontrar responsables, las pruebas “se desvanecen” porque quien investiga no tiene ningún interés de hacerlo. Los jueces terminan entonces por fijar una fianza de 80 mil pesos, en eso tasan la vida de una mujer de 35 años, responsable del cuidado y manutención de un padre enfermo y su hijo pequeño de 5 años. Frente a esa realidad, queda bien claro que cuando la historia personal se mezcla con la institucional, el peso del patriarcado también tiene lugar en las salas judiciales.
El resultado no puede ser distinto a lo que vemos ahora: funcionarios que carcomen sus cuerpos hediondos. Buitres y hienas que también carcomen la imparcialidad, las otras partes de la justicia ya se la comieron.
Así, la violencia contra las mujeres se queda en la impunidad y los victimarios alcanzan las calles con sólo pagar una fianza. Entonces la indignación no alcanza frente a la voracidad, ese vehículo veloz que pasa sobre las huellas, las pruebas, los rastros, el silencio de una sociedad que ve los hechos como si le fueran ajenos, en una complicidad que “normaliza” la violencia.
Dicen, los que se niegan a ver la verdad, que los hombres son violentos por naturaleza y que frente a la naturaleza la noche de las mujeres víctimas de la violencia patriarcal será larga. Pero eso es en realidad una justificación del machismo. La violencia no es natural en los seres humanos. No es natural contra las mujeres.
Desde el 25 de julio, cuando encontraron el cuerpo de la periodista Carmen Santiago Hernández, con traumatismo craneoencefálico en las afueras de su casa en Chilpancingo, Guerrero, la indignación ha sido grande. Sus compañeras de trabajo y amigas se movilizaron. Cuando se supo en el resto del país por muchas vías, una de ellas las redes de periodistas, se solicitó la intervención de las autoridades para que el delito no quedara impune. Zeferino Torreblanca Garlindo debió recibir en estos mismos días una carta pidiendo justicia para la reportera agredida al punto de asesinato por su ex pareja.
Carmen, quien trabaja en Comunicación Social del gobierno estatal de estado sureño, se supo días después, habría sido lesionada por su ex pareja Rubén Mora Peralta y él mismo llamó una ambulancia, el miércoles pasado fue detenido como “presunto responsable”, pero fue liberado este mismo viernes 7 de agosto.
En tanto, su víctima Carmen Santiago se encuentra hospitalizada en estado grave, derivado de dos traumatismos craneoencefálicos, un edema que le provocó infarto cerebral e inflación del cerebro con desprendimiento de membrana, en un hospital del ISSSTE en el Distrito Federal.
Antes, no conforme con la violencia física, Mora Peralta “secuestra” a su ex pareja al sacarla del hospital donde era atendida en Chilpancingo, pese a la gravedad, esto con la complicidad de su tío, director de la clínica donde inicialmente fue internada en Chilpancingo, cuando se le encontró fue llevada a un hospital en la capital del país y fue inducida a un coma profundo buscando con ello salvar su vida, pero el riesgo sigue.
Este caso, muestra lo que no se puede entender de la “justicia” y no sólo es porque en Guerrero la privación ilegal de la libertad, lesiones agravadas, omisión de cuidados y los que resulten, no son considerados graves de acuerdo con el Código Penal, así que la encargada de la Fiscalía de Delitos de Violencia Intrafamiliar, Dominga Chávez, decide liberar a Mora Peralta antes del vencimiento del plazo constitucional para determinar su situación penal.
La violencia contra las mujeres, incluso en casos que terminan con la vida de las personas o como Carmen con un coma inducido, son los que avergüenzan al resto de las mujeres del país y del mundo, porque nos muestran que basta con pagar una fianza para salir airosos. El castigo sigue sin llegar y con ello las “autoridades” continúan ofreciendo carretadas de permisos para matar a las mujeres.
Nadie quiere seguir contando estas historias de asesinatos, de feminicidio, que por cierto en Oaxaca cobró esta semana nuevas víctimas y el conteo aumenta, ya son 41 las mujeres asesinadas según el reporte periodístico. Pero de esto nada preocupa a las autoridades. A ninguna autoridad. Los casos sobran en Oaxaca, la suma sigue. En tanto, los responsables siguen apareciendo en los periódicos diciendo lo que no es cierto o en las páginas de sociales, porque su vida es linda y rosa. Lo demás, lo que pasa con las demás mujeres es cosa ajena, no les importa.
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Periodismo, medios y ciudadaníaPor Josefina Hernández Téllez y Elsa Ángeles Vera Periodista, investigadora en estudios de género, profesora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH)y la UNAM, y responsable del grupo de investigación de Género y Comunicación de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC).
Hace poco menos de una década en el Estado de Guanajuato y el Distrito Federal, se dio una discusión pública y política en torno del aborto. Tema intocado e intocable en el país por tradición y sobre todo por conveniencia política. El resultado fue parcialmente favorable al derecho humano y ciudadano de las mujeres a decidir sobre su deseo y voluntad de ser madres.
El detonante fue la iniciativa del Congreso del estado de Guanajuato en el año 2000 a penalizar el aborto por causales como la violación, la malformación del feto y el riesgo de vida de las mujeres por el embarazo. De este estado es originario el expresidente Vicente Fox, quien había sido recién electo como primer presidente de un partido diferente al Revolucionario Institucional, el de Acción Nacional, identificado ideológicamente como un partido de derecha.
Ante la protesta por el retroceso que significa penalizar lo despenalizado en Guanajuato, la jefa de gobierno Rosario Robles Berlanga, favoreció el debate sobre la actualización de los derechos de las mujeres en el Código Penal del Distrito Federal. A unos pocos años además, en la capital de la República se consiguió atender en el sector la atención del aborto voluntario y en Guanajuato en lo inmediato por decreto del gobernador se desechó la iniciativa, no tanto por convicción sino por ser contraproducente al momento de asunción de su partido por primera vez a la dirección del país.
Sin embargo, a menos de un lustro en el país entero se ha dado una ola retardataria respecto de los derechos reproductivos de las mujeres al aprobarse en 14 estados del país leyes que restringen la libertad de las mujeres para decidir sobre sus cuerpos.[1]
Grupos civiles diversos identifican tal acción al predominio conservador a raíz de una dirección presidencial panista, que ha avalado el Partido Revolucionario Institucional, junto con la Iglesia, en los diferentes Congresos. [2]
Cierto o no, lo real es que este escenario revela dos cuestiones fundamentales. La primera tiene relación con el derecho básico garantizado que debe tener toda sociedad a ser informada; la segunda se refiere a las garantías constitucionales de la mitad de la población, la femenina, de ser considerada dentro del amplio concepto de ciudadanía que implica de sí no sólo obligaciones sino los derechos de opinar y decidir.
En esta primera consideración el periodismo juega un papel fundamental. Incluso, una de sus razones y misión fundamentales de los medios periodísticos en general es informar para orientar y formar opinión en la sociedad. Este objetivo lo cumplen los medios al incorporar en sus agendas los hechos del día, tanto como noticia como tema de discusión en sus espacios de opinión.
Para investigadores como el doctor Francesc Barata[3], la consolidación del periodismo a principios del siglo pasado, va de la mano de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) porque califica el acto informativo como algo que se debe al público, necesario para el funcionamiento de las sociedades democráticas. En ese marco, el periodista sólo es un transmisor.
En la actualidad hay un marco legal, internacional y nacional, muy amplio que protege la libertad de información y la libertad de expresión. Desde los artículos sexto y séptimo de la Constitución mexicana que, aunque carecen de una actualización acorde a los nuevos tiempos que, por ejemplo, incluyeran términos como “información veraz”, “cláusula de conciencia” y “secreto profesional”, como lo contiene la constitución española, por ejemplo, son una base fundamental para el ejercicio periodístico en México.
A nivel local, el Distrito Federal sí es de avanzada porque ya cuenta con una Ley de Responsabilidad Civil para la Protección de la Vida Privada, el Honor y la Propia Imagen, promulgada el 27 de abril de 2006 y la Ley del Secreto Profesional del Periodista, del 7 de junio del mismo año.
En el ámbito internacional están la Convención Americana sobre Derechos Humanos Pacto San José (1969), la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión, la Declaración Conjunta de Relatores de Libertad de Expresión y la Declaración de Chapultepec; así como la existencia de organismos encargados de velar su respeto como el Comité de Derechos Humanos, la Relatoría y la UNESCO.
Se reconoce después de toda una labor y lucha el derecho de las y los periodistas como los actores más importantes de garantizar este derecho, de ahí que tengan un trato preferente.
Pero ¿dónde están los límites a la información?
Mientras los periodistas tienen derechos frente a una sociedad que precisa de la publicación de los hechos y que además, tiene que transparentar los actos del Estado; las partes tienen derecho a ser respetados como personas, en las garantías procesales (como la presunción de inocencia) y, sobre todo, proteger los derechos de los más vulnerables como son migrantes, niños y niñas, indígenas, con capacidades diferentes, entre otros.
De la teoría a la realidad
No obstante todas estos supuestos y garantías alcanzadas, reconocidas y cada vez mayormente difundidas, tanto para emisores como receptores, en la realidad se dista mucho del ideal tanto para informadores como para el público sobre todo en países como el nuestro. Basta repasar cifras y casos de periodistas agredidos y desaparecidos por informar, o bien, el monopolio informativo que se ejerce en nuestro país y que no sólo sesga sino manipula la realidad.
De aquí la pertinencia de retomar y rescatar el caso concreto de la cobertura y discusión de temas importantes y cruciales para las mujeres como es la penalización/despenalización del aborto, es decir, sus derechos reproductivos, para confirmar cómo se violan éstos. En el análisis de la agenda periodística encontramos que los temas que atañen a la mitad de la población no se ven, no se consideran relevantes y son pretexto para debatir los “grandes” o “importantes” temas de la política y la economía, por ejemplo.
Este es el caso del debate sobre la penalización/despenalización del aborto en agosto de 2000 en nuestro país y que se refrenda con el escenario legal y real que se está dando hoy sobre el tema.
Esta afirmación tiene fundamento en el análisis del debate periodístico que se dio en ese periodo en la sección editorial, el espacio que influye no sólo en la opinión pública sino en el llamado círculo rojo, el círculo de poder y decisión; en tres diarios de circulación nacional: Reforma, El Universal y La Jornada.
No obstante que median nueve años de diferencia, los resultados que se encontraron sobre la forma en que se cubrió el tema y los argumentos que predominaron explican por qué hoy está sucediendo esta vuelta a ignorar los derechos ciudadanos y reproductivos de las mujeres, pues si bien hubo una cobertura amplia, plural y generalizada, el análisis cuantitativo-cualitativo permiten confirmar que el derecho de las mujeres de ser informadas y orientadas sobre un evento crucial en sus vidas, se violentó al ser el motivo para discutir la coyuntura política representada por la alternancia política, el perfil de un presidente panista en el poder y los debates teológicos sobre la vida, principalmente.
En este sentido, las mujeres una vez más fuimos objetos y no sujetos de la información, y si a esto se agrega que las especialistas de la opinión, en su mayoría, no asumió una postura personal como mujeres, la fuerza y contundencia del periodismo de opinión no impactó e impacta en su dimensión “ideal” a los círculos de poder, de decisión y sobre todo de lector@s ávidas de orientación.
En el caso del debate del aborto, el lugar de las mujeres como protagonistas y como creadoras de la noticia revelan el justo medio en el que nos movemos las ciudadanas respecto de nuestros derechos de información y de poder de decisión, más allá del discurso de emancipación y equidad alcanzadas en este siglo XXI. Es decir, no somos visualizadas como ciudadanas en el amplio sentido de la palabra: con edad, personalidad y garantías. Queda en este siglo discusión-reflexión y acción pendientes para concretar la vanagloriada “equidad” de género.
Notas: [1] Carolina Gómez Mena. “Retrocesos legislativos en materia de aborto, nueva inquisición, afirman grupos feministas”. La Jornada, jueves 18 de junio 2009. [2] Baja California, Colima, Campeche, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Sonora, Durango, Nayarit, Quintana Roo, Puebla y San Luis Potosí cuentan con estas normas, además de Chihuahua, estado que las aprobó hace algunos años. [3] Francesc Barata es doctor en ciencias de la comunicación y profesor de la Universidad Ramon Llull, URL (Barcelona), como también profesor del Graduado en Criminología de la Universidad de Barcelona, UB, y del Master Europeo Sistema Penal y Problemas Sociales. Antes de entrar al mundo académico trabajó durante doce años de periodista en diversos medios, entre ellos El Periódico, El Observador y La Vanguardia. En la última década se ha dedicado a la investigación del tratamiento periodístico de la violencia criminal y en el año 2002 presentó su tesis doctoral La mirada periodística sobre el delito. Ha sido investigador invitado del Instituto Nacional de Ciencias Penales de México y conferencista en numerosos países del ámbito latinoamericano. También ha tomado parte en diversas investigaciones financiadas por organismos oficiales. Es coautor de media docena de libros, entre los que destacan La violencia en la mirada (Papers d’EStudi, 2001) y Sistema Penal y Problemas Sociales (Tirant lo Blanch, 2003). Entre sus publicaciones académicas cabe citar “Las nuevas fábricas del miedo” (La protección de la seguridad ciudadana, The International Institute for the Sociology of Law, 1995) y “Mas media y criminalidad en la sociedad del riesgo” (Trípodos, extra 2003)
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Reflexiones y alteridades Por Sandra Sierra LimonesMexicana, libertaria, comunicóloga, editorialista y comprometida con las luchas de las mujeres. Hace ya algunos años me di cuenta que soy una mujer privilegiada: He tenido la oportunidad de estudiar, llegando incluso a las aulas universitarias a pesar de mi género. Me di cuenta también, que, como atinadamente lo señala Marina Castañeda, el machismo no ha ido a la baja, sino simplemente se ha sutilizado y disfrazado de mil formas diferentes. Finalmente llegué a la conclusión que quería ser parte del cambio, y comprometerme a proponer, difundir y promover nuevas formas de relación donde la equidad fuera el valor fundamental.
He tenido experiencias en el sector público: la masiva aparición de oficinas e Institutos de la Mujer o de la equidad abre espacios y genera decepciones: pareciera que la sola constitución legal de un Instituto, o la ampliación orgánica de la oficina para incluir un área de equidad o de mujeres bastara para lograr cambios drásticos y de fondo.
Sin presupuesto, sin personal capacitado y comprometido, sin visión a largo plazo y con el único interés de evitar señalamientos, hay cientos de Institutos Municipales de la Mujer convertidos en elefantes blancos, en centros asistencialistas, o en el mejor de los casos en centros de capacitación en oficios tradicionales.
En las organizaciones no gubernamentales, las cosas no mejoran: Hablar de género y de igualdad, e incorporar a mujeres a los proyectos sociales ofrece mejores puntuaciones, más posibilidades de financiamiento e incluso porcentajes más altos, pero se atienden de forma particular los problemas, sin caer en cuenta que la violencia y la desigualdad deben de tratarse de forma integral, así que, con esta concepción, los grupos organizados de mujeres deben escoger si buscan alternativas para financiar su proyecto productivo, o si centran sus esfuerzos en apoyos para la capacitación y sensibilización en violencia, o si prefieren equipar el espacio público. En el mejor de los casos, las ONGs serias y sensibles hacen el mejor de los esfuerzos para promover cualquier mejora; en el peor y más común, las Organizaciones son una muy vil forma de allegarse recursos para el beneficio personal, un botín político o una alternativa de manipulación con algún fin oscuro y perverso.
Sin embargo, cuando más complicado parece el entorno, cuando parece se multiplican los funcionarios públicos insensibles e incapaces y cuando parece que todos los responsables de ONGs son ladrones de cuello blanco, aparece una mujer en mi horizonte, que con su sonrisa, con su trabajo y con su férrea voluntad de cambio, me hace sentir que este es el camino correcto.
Llevan estas líneas un humilde reconocimiento a Amaranta Ruiz, que con su sonrisa ante la adversidad me enseñó que cuando tienes una meta en la vida, no hay nada que te detenga; a Martha Fernández, que con su trabajo callado y discreto ha logrado lo que no han logrado sus superiores: aprender. A mi abuela, que me enseñó que en esta vida lo difícil debe hacerse fácil; a mi madre, que es una desconocida gigante, y sobre todo a todas aquellas con las que me ha tocado interactuar, que ante la violencia y la adversidad, sonríen, conocedoras de la fuerza vital que las sostiene y las lleva a nuevos caminos.
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Cuerpo y violenciaPor María Esther Espinosa CalderónPeriodista, ha colaborado en diversos medios, entre ellos el Uno más Uno, Mira, El Universal, Etcétera, 'Triple Jornada' del periódico La Jornada, y en la revista Fem.
Era un rostro más, un cuerpo más, una mujer más, desnuda, ultrajada, violada, torturada, ahí estaba sin vida, fue encontrada como las otras, como una más de las cientos de mujeres de Juárez, muerta, abandonada, tirada, su cuerpo femenino fue terreno de las más viles bajezas. María tenía apenas 9, cuando, su padre penetró en su cuerpo aún de niña, en ese cuerpo aún sin florecer. Sandra tiene las huellas del maltrato físico de su marido; Victoria sufre las secuelas de una violación. En Afganistán maltratan o matan a las mujeres que se atreven a descubrir sus piernas, su rostro, a vivir su sexualidad, a transgredir las leyes de los hombres. Su único delito: el ser mujeres.
El cuerpo femenino ha sido satanizado, descalificado, discriminado y explotado. A lo largo de la historia la mayor parte de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia sexual, incluso dentro de la supuesta seguridad que debe de ofrecer el matrimonio. “Exaltadas por su maternidad se las despreciaba por el proceso que las convertía en madres; definidas y limitadas por su sexo, se les castigaba a través de su sexualidad mediante una amplia gama de técnicas diseñadas para que los hombres pudieran controlar su uso y destrucción de los cuerpos femeninos”.[1]
Para ella fue el cinturón de castidad, la ablación y la violencia sexual. Ninguna sociedad escapa a los preceptos y leyes impuestos por el hombre. El cuerpo femenino se descubre y vive con lo que se le impone. No es libre, como decía Simone de Beauvoir es “ser para otro”.
Buda decía que el “cuerpo de una mujer es inmundo, y no es ningún recipiente para la ley”. Lutero argumentaba que una “mujer nunca es verdaderamente su propia dueña. Dios creó a la mujer para que perteneciera al hombre, para que tuviera hijos y los criara”. Así en el devenir histórico se le ha catalogado. Siempre dependiente o dependiendo del “ser fuerte”: el hombre.
Para Ivana Calle Rivaz, de Católicas por el Derecho a Decidir, “el poder masculino se impone al cuerpo femenino cuando lo maltrata, lo viola, lo usa sexualmente, para reafirmarse como el fuerte, el controlador macho y autosuficiente”.[2]
Asegura que las instituciones patriarcales como la familia se ha “ocupado de construir un entramado cómplice y justificativo de esa propiedad enajenante del cuerpo femenino”.[3] Es el que define a la mujer como “el otro”, como el ser reproductor, o como el objeto del deseo sexual.
A la mujer (con su cuerpo femenino) la religión, el mito, la filosofía, las leyes y la ciencia la han definido de acuerdo a sus necesidades que varían en el transcurso de la historia. “la religión o el mito la sujeta inventando la culpa, la filosofía la considera inferior y llega a discutir si tiene alma o no; la ley no le reconoce figura jurídica y le impone un tutor, la literatura no sabe si vestirla de ángel o demonio para otorgarle la máscara de 'persona' la ciencia... define su estado de inferioridad biológica”.[4]
No sólo la religión y el mito la culpabilizan, sino las leyes y la sociedad satanizan su cuerpo femenino como “oscuro objeto pervertidor de la moral; así se justifican muchas violaciones en las que culpabilizan a la mujer por 'provocar' el ataque”.[5]
A lo largo de la historia el cuerpo femenino ha sido territorio de los que ostentan el poder para ejercer violencia. Desde el derecho de pernada en la época colonial hasta nuestros días, en todos esos lugares donde hay conflictos bélicos.
Para algunas religiones la menstruación era algo impuro: “el cuerpo femenino no sólo ha hecho a la mujer menos humana sino que la ha convertido en menos que un animal. De todas las sustancias humanas, la sangre es la que posee más poder y peligro. La sangre de la menstruación es mentirosa, peligrosa, sucia y amenazadora”.[6]
Esos tabúes, mitos y tradiciones no permitían que la mujer durante su menstruación asistiera a ceremonias. “no debe contemplar el fuego, sentarse en el agua, mirar el sol o conversar con un hombre”.[7]
La mujer no tiene decisión sobre su ser, sobre su cuerpo “y su capacidad reproductiva es de propiedad social y hasta divina destinada a la reproducción de la familia y que, cualquier tentativa de autodeterminación o negación de la maternidad atenta contra las fibras más íntimas de la estructura social”.
De acuerdo con Calle Rivas “el derecho al placer, a la sexualidad libre y placentera son aún proscritos por la sociedad e incluso minimizados en las políticas públicas”.
Una luz se ve en el horizonte, al luchar por ejercer nuestro derecho, respetar y “ser para nosotros”, “no ser para otros”. Apropiarnos de nuestros cuerpos, de nuestros deseos, de nuestra sexualidad, de nuestra individualidad. De conocer y gozar nuestro cuerpo femenino.
Notas:
[1] Rosalind Miles, La mujer en la historia del mundo, pag. 113 [2] Ivana Calle Rivaz, "Nuestros cuerpos: la primera conquista", Catolicas por el derecho a decidir. www.geocites.com/acropolis9741 [3] Calle Rivaz, op.cit. [4] Franca Bassaglia. Una voz, reflexiones sobre la mujer, pag.21 [5] Calle Rivaz, ibidem. [6] Miles, op.cit., pag. 109. [7] Ibidem.
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Poesía feministaPor Patricia Karina Vergara SánchezFeminista, periodista y profesora¿Cómo te atreves? Insolente. Pretendes calificarme sin saber cómo se vive desde la orilla del acantilado. Tú, ostentando propiedad del mundo. de su idea moral y del buen proceder.
Te estorbo tanto, que sería largo tratar de enumerar, en exacto, aquello que juzgas.
Que me he negado a ser tu musa o la imagen étnica que te justifica. Que me he cansado de la servidumbre. Que estoy harta de la incondicionalidad absurda.
Probablemente, es porque tomé la opción de abrir la mirada, de escuchar mi voz, de nombrar a mi hermana, y hube de apropiarme de mi hacer autonomía.
Entonces, me acusas:
Que soy vanidosa. Que me falta sabiduría - para entender tus reglas-.
Que de mi boca salen mentiras - porque no me puedo tragar tus verdades-.
Porque tomé la palabra. Porque inventé mi camino. Me llamas infiel. Otra vez soy la hereje. Nuevamente, la pecadora.
Tú, desde la altura iluminada, sentencias, como si pudieras, sobre el alma mía, y me llamas mujer de oscuridad.
Desde tus altares, ante tus tribunas, empuñando tu cetro. Has ordenado desfigurar la imagen de mi rostro. Has intentado borrar mi nombre de los testimonios.
Pero, no logras el olvido de mi existencia.
Déjame, Déjame. Elijo ser la paria. La infecciosa. La insuficiente.
Me quedo aquí, vanidosa, instintiva, con mi inteligencia poca, con mi verdad sombría.
Me quedo aquí, Sentada en mi soberbia. Ya que una cosa entiendo.
Una sola, es cierto:
Si ando tan errada; Si tengo el camino tan perdido; Por qué insistir en negar lo que no cuenta.
Por qué tú, desde el poder, te ocupas de contenerme, de acosarme, de acorralarme.
Por qué, si soy apenas nada.
Por qué, entonces, mis preguntas abren grietas.
Por qué si cuestiono yo, tú y tus jerarquías remojan cimientos.
Por qué, si abro yo la boca, tú tiemblas.
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Por Sara LoveraPeriodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, Mujeres Net, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz. Carmen Santiago Hernández, una joven periodista de 35 años quien decidió terminar su relación con Ramón Rubén Mora Peralta, profesor de Educación Física, fue castigada con dureza, golpeada hasta la saciedad el 25 de julio, por ese individuo. Su vida peligra. El diagnóstico: traumatismo craneoencefálico y edema que produjo infarto cerebral y desprendimiento de masa encefálica. Al momento de escribir estas líneas, Carmen está en coma inducida para ver si logra reaccionar y vivir.
Ramón Rubén Mora Peralta, detenido tardíamente por el Ministerio Público, investigado a bote pronto, fue liberado a las 5 de la tarde el viernes 7 de agosto bajo fianza de 80 mil pesos. La investigación elaborada en 72 horas, cumplió rigurosamente con el término constitucional, pero estuvo torcida.
Eso vale para las autoridades policiacas de Guerrero la vida de Carmen Santiago; el presidente municipal de Chilpancingo, Héctor Astudillo Flores, le extendió al delincuente una carta de hombre pobre y de 120 le bajaron a 80 mil pesos esa fianza.
Los motivos de la liberación de Mora Peralta son indignantes. En Guerrero lesiones graves, privación ilegal de la libertad y no cuidados a la salud en momentos de una vida en peligro, no son delitos graves, por tanto quien los comete tiene derecho a fianza. Para el caso tampoco existe el arraigo.
Es decir, en Guerrero no se protege a las personas de los atentados de homicidio, no se investigan los hechos a fondo y no se considera el tamaño de la violencia contra las mujeres, a pesar de los discursos, la firma de acuerdos, los millones de pesos invertidos en promover, extender, ampliar, diagnosticar leyes y alertas. Nada sirve si debajo de tan preciosos deseos, hay fango, corrupción, indolencia, machismo e indiferencia social y gubernamental.
Mientras el golpeador era liberado, el gobernador en ceremonia espléndida en Acapulco celebraba la firma de un Acuerdo Estatal por la Igualdad de las Mujeres y los Hombres, acuerdos que promueve por toda la República el Instituto Nacional de las Mujeres, de modo que quede claro, que aquí no hay discriminación.
Mientras Carmen era sometida al coma inducido, en Acapulco, ese primigenio y conocidísimo centro de diversión, se departía felizmente porque el Estado de Guerrero se suma a la igualdad entre hombres y mujeres. En Guerrero donde el feminicidio no es grave, donde golpes que te pueden llevar la vida, no son graves, en fin.
Lo más grave es que Carmen Santiago Hernández es empleada de la dirección de Comunicación Social del gobierno de Zeferino Torreblanca y él fue informado de los hechos muchos días antes de la fiesta en Acapulco. A pesar de ello, nadie vigiló que se cumpliera simplemente con la ley, con el derecho: ser atendida en el ISSSTE, contar con la seguridad hospitalaria y hacer una limpia y profunda investigación policiaca.
Por el contrario, Mora Peralta, su ex pareja, pudo manipular la situación. Sacó a Carmen del hospital en complicidad con el director del ISSSTE de Guerrero, para ocultar su brutalidad. La retuvo en una casa, sin atenderla, en horas preciosas para la vida de Carmen y sólo por la intervención de sus colegas periodistas fue rescatada y, finalmente, enviada a un hospital de tercer nivel de la ciudad de México.
En tanto se hacían averiguaciones judiciales, lentas y tortuosas. La Fiscal Especializada para la Investigación de Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar, Dominga Chávez Pineda, a pesar de las charlas, los talleres, su segura convicción sobre los derechos de las mujeres no pudo elaborar un expediente ligado a los convenios y convenciones internacionales que obligan al Estado de Guerrero a enviar a un juicio sin libertad al victimario, con todas las garantías, pero con el probable culpable ahí, físicamente presente para ser juzgado.
Ahora ya que ni la Fiscalía ni la Secretaría de la Mujer pudieron, Mora Peralta formalmente tendrá un juicio en libertad. Todas y todos sabemos que muy pronto se dará a conocer que se dio a la fuga y que los tribunales solamente acumularán el expediente en su voluminoso archivo de pendientes sin solución.
La vida de Carmen, la de su pequeño hijo de 5 años ahora en custodia, el abandono de su padre anciano y enfermo de quién ella es la responsable y que estuvo más de 12 días sin cuidados estatales, porque dijeron no hay lugar en el DIF ni en ninguna parte, penden de un hilo.
Como la de ella, miles. De todas las que no nos enteramos, de los pasillos burocráticos, indiferentes y sin vigilancia, de una justicia de género que solamente está en los discursos, en las agendas, en los foros o en los presupuestos –siempre ínfimos- estatales, federales e internacionales, sin resultado.
Yo me pregunto qué hacen las autoridades de género, los institutos, las fiscalías, las investigaciones millonarias, los recursos para enderezar a policías y jueces que manejan los institutos de las mujeres, que reparten “talleres” como hace años, se trata de números, porque se realiza al ahí se va, sin información, sin profundidad, sin seguimiento, sin verdadera convicción.
Durante años deseamos muchas leyes y muchas instituciones. Diagnosticamos la violencia contra las mujeres, elaboramos perfiles, y todavía una Secretaría, la primera, la única, de la Mujer en Guerrero.
Lo que hay en la actualidad es una fiscal sin formación ni convicción necesaria, genérica; un grupo de aguerridas feministas en Guerrero, sin capacidad de alianza y cercanía para lograr la defensa de las mujeres; un gremio, el periodístico que dio toda su solidaridad e invirtió todo su empeño.
Un esquema doloroso. Porque el caso de Carmen no es único y los estudios e investigaciones no son referentes para las políticas públicas ni les importa a los políticos misóginos, se trata sólo de simular, de firmar convenios y convenciones, pero no de hacer justicia.
Si otra cosa fuera el caso de Carmen, no sería tan tremendamente insultante y gigantesco para nuestra inteligencia. Nos tendría que llevar a revisar dónde estamos. Qué estamos haciendo respecto de la violencia contra las mujeres; tendríamos que ir a exigir que cese el contenido vil de los medios de comunicación, pero ahí, donde se discute la ley, donde los prohombres y mujeres preocupados por la libertad de expresión, son también omisos y misóginos, siguen viendo a las mujeres como madres y prostitutas, no como lo que valemos; tendríamos que revisar los millones invertidos en spots que no borran todo lo que está atrás.
Las legisladoras tendrían que dejar de hacer tanto tango y buscar simplemente que las leyes nacional e internacional se cumplan, tendríamos que invertir los millones en cosas concretas, en vigilar y en formar, no “tallerear” al personal. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera
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Por Sara LoveraPeriodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, Mujeres Net, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz. La crisis económica que afecta al sistema capitalista, que según los analistas, será larga y profunda, anuncia más desempleo, la dependencia económica de los países de menor desarrollo y fenómenos sociales hoy poco claros. La crisis es tal que los defensores del capitalismo salvaje, los mismos que promovieron los mercados globales y la producción al más bajo costo, ya están bien asustados, tanto que pude escuchar en una reunión de “expertos”, que se pide a gritos que el Estado vuelva a la rectoría e intervención de la economía en sus países.
Lo grave es que parece irreversible el daño tremendo que la globalización mandatada por los nueve grandes y poderosos del mundo ha hecho al valor del trabajo, al respeto de los seres humanos, a las ideas de solidaridad en la distribución de la seguridad social y de la riqueza, hoy situada en grandes concentraciones en unas cuantas familias de cada país.
Los datos nacionales del aumento de la pobreza y los anuncios paralelos de la reducción del gasto hasta en 50 mil millones de dólares al presupuesto, a la mitad del año, me hacen temblar. ¿Dónde se aplicará la restricción? ¿En la política social, la educación y la salud? Sin duda, los renglones sustantivos del desarrollo humano, precisamente en los tres aspectos que han lacerado a profundidad la vida de las personas, pero particularmente a las mujeres como se examinó aquí en México la semana pasada.
El análisis de lo que la crisis ha hecho con las mujeres y cómo éstas han hecho, aún desgarrando sus vidas, para detener la explosión social, fue convocado por el Instituto Nacional de las Mujeres con la colaboración de organismos de Naciones Unidas y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, (CEPAL).
Lo que dijo ahí la señora Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de CEPAL fue aleccionador: las mujeres salvan siempre las crisis. Claro que sí, son como ella misma dijo, un cerco de contención, son las principales conciliadoras, son las que trabajan doble, las cuidadoras, las primeras recortadas en las listas de desempleados, pero las que sacan fuerzas, de quién sabe dónde, para atender a las otras y otros, son las que se vuelven más pobres, atentan contra su salud y no tienen seguridad social.
Ahí mismo el responsable de la planeación de la Secretaría de Hacienda, Miguel Messmacher, admitió, cínicamente, que ellas, en empleos terciarios, sin historia de seguridad social, sin sindicatos, no perderán más de lo que ya han perdido.
Ellas, convertidas en un “ejército de reserva” como se denominaba hasta hace poco. Las mujeres, “centro de la familia”, como dice la derecha gobernante en México, salvarán la crisis, sostiene Alicia Bárcena. Supongo que lo harán vaciando su sangre y sus pulmones, porque en esa reunión quedó claro que la política social que no está dirigida a mejorar la producción y el empleo, que atiende pobres superficialmente, además de que no funciona reafirma el carácter subordinado de las mujeres.
A ello, las expertas llaman transferencias condicionadas de recursos. La política de Solidaridad a Oportunidades, que “empoderó” a las mujeres transfiriéndoles “becas” para sus hijos, a cambio de que ellas, en la época de Progresa fueran a controlar su reproducción y en la época de Oportunidades condicionadas de votar por el PAN o por el PRI, o a realizar labores de la comunidad que son obligaciones del Estado.
En fin, que el golpe de la crisis afectará la condición de las mujeres, pero no por razones exclusivamente económicas sino porque se profundizará su dependencia de género, su subordinación, su discriminación, su falta de oportunidades. Encima se afectarán sus derechos logrados lentamente.
Las mujeres que trabajan, hasta el 47 por ciento en México, de todas formas su principal empleo es el servicio doméstico, el comercio informal y la industria maquiladora en las zonas francas del país.
Según las cifras oficiales proporcionadas en el seminario de referencia, la pobreza aumenta la muerte materna en las regiones marginadas, la disminución de los servicios públicos incrementa la carga de trabajo de ellas, agudiza la angustia de las mujeres frente a las dificultades de desarrollo de su prole y las que quedan en espera del dinero que envían sus maridos del extranjero verán disminuido ese recurso ha grados desafiantes.
La solidaridad inclusiva, se explica, se ha ido al caño. La imposición de seguros individuales o la inexistencia de cualquier seguro para las empleadas sin derechos, las dejan más vulnerables que en otros tiempos y en otros países.
Parece que el recuento es nefasto. Lo que no logré entender es cómo no se ligó, en tan profundo seminario, la crisis material con el franco aumento de la violencia contra las mujeres, cuando sí se reconoce que la crisis en los hogares es gigante. Cómo no se examinó que la violencia dentro de las familias también es reflejo de la crisis, la violencia en las calles y en lo que llaman crimen organizado.
Lo que sí se admite, con poca claridad, es el fracaso del sistema capitalista, el que ha producido, sólo en México, 37 millones de indigentes, como decía el expositor de Hacienda. Por ello, no se logra entender que es necesario cambiar el modo, el sistema como funciona actualmente el capital. Es natural, a ello no llegan ni las expertas más comprometidas ni los análisis de la CEPAL.
Escuché a Alicia Bárcena dándonos la misma receta de los señores del poder: hay que pagar más impuestos, reducir el gasto y esperar que ello produzca mayores inversiones para que se detenga la caída del empleo. Y escuché otros diagnósticos como el de Rocío Gaytán, presidenta del Inmujeres, quien dijo que es necesario reconocer las barreras y obstáculos de nuevo cuño para las mujeres y la mayor carga que tendrán en tiempos de crisis. No sólo por ir a recoger leña al campo o ser indígena, sino porque siendo profesionales no consiguen desarrollarse. Muchas migran llevando sus saberes a otros países.
Lo increíble es que Rocío Gaytán, funcionaria pública decía eso, mientras en otro escenario se anunciaron los recortes, el aumento de recursos para los militares y los decretos que deslindan a Felipe Calderón de responder, como jefe supremo del Ejército a las violaciones a los derechos humanos que están cometiendo los soldados en su campaña contra el crimen y deja a la milicia la tarea de defenderse, por lo que es ahí donde se canalizarán los recursos, políticos, económicos y sociales. Esos poquitos que deja la crisis.
Para enfrentar la crisis, que cada mexicano y mexicana se las arregle. Además, como diría la secretaria ejecutiva de CEPAL, ellas siempre lo resuelven, son las “conciliadoras” sin igual. Y entonces no se quejen, organícense, como dijo una ponente. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera
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Por Sara LoveraPeriodista desde hace 40 años, fundadora de Comunicación e Información de la Mujer AC(CIMAC), fue directora del suplemento Doble Jornada, y actualmente es corresponsal de Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y del Caribe(SEMlac) en México; integrante del Consejo del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal; conduce y codirige Mujeres en Movimiento y participa en la Mesa Periodistas de Capital 21, el canal por internet de la Ciudad de México. Es editorialista de Antena Radio, Mujeres Net, Cuadernos Feministas, y Proceso digital. En 2005 fue nominada al Premio Nobel de la Paz. En las últimas dos décadas al menos 25 mil mujeres, en plena edad productiva y reproductiva han muerto en México a causa de los llamados cánceres femeninos. En todo el país se pierden 18 vidas diariamente y en Oaxaca 2 vidas diarias. Es devastadora esta estadística que me proporcionó el doctor Alejandro García Carrancá del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM. El también investigador del Instituto Nacional de Cancerología, me contó, en una charla aleccionadora, que la propaganda de una supuesta vacuna para el cáncer cérvico uterino no es la panacea aunque ayuda y me dijo que las principales energías deben seguir en el camino de la detección oportuna, sobre todo en el cáncer cérvico uterino (CACU) en todas la edades, especialmente cuando las mujeres han comenzado su vida sexual.
Por ello es tan importante que en Oaxaca el dos de julio pasado se haya puesto en marcha el Centro Regional para el Diagnóstico de Cáncer Cérvico Uterino, tomando en cuenta que ahí suceden muchísimos casos y en el pasado en esa entidad se perdían las laminillas de los exámenes y muchas vidas no se pudieron salvar.
La falta de atención fue reconocida por las autoridades y habrá que ver si ahora este centro, uno de los seis que existen en el país puede atender a todas las mujeres. Seguramente será necesaria una gran campaña de difusión y recursos.
En la inauguración de este centro el mismísimo gobernador de la entidad, Ulises Ruiz Ortiz reconoció “que Oaxaca es campeona en casos de cáncer cérvico uterino”, con más del doble de la media nacional, “en su mayoría por falta de atención”.
La creación de este centro, dijeron las autoridades, forma parte de una política de reconocimiento sobre la salud de las mujeres que encabeza el secretario de Salud de la entidad, Martín Vázquez Villanueva.
Lo que es de esperarse es que en Oaxaca, como sucede en entidades muy pobres, con altos grados de marginación como en Chipas o la sierra de Puebla, podamos pronto hablar de una disminución sistemática de muertes de mujeres por esta lacerante causa.
Y es que, como me dijo el especialista García Carrancá, lo importante es tener una voluntad política decidida para canalizar recursos materiales y científicos capaces de parar el mal.
El nuevo Centro Regional para el Diagnóstico de Cáncer Cérvico Uterino --uno de los seis que existen en el país—ha sido construido para realizar diagnósticos oportunos, dejar en el pasado esa cifra que habla de la pérdida de la vida de de 180 mujeres oaxaqueñas cada año. Debían abrirse otros 26 centros estatales.
Otra noticia es que finalmente en Oaxaca en agosto se iniciará la construcción del Hospital de la Mujer, en el mismo pueblo donde han puesto el centro de detección, en San Bartolo Coyotepec. Ese hospital especializado en la salud de las mujeres, estará listo, según los informes oficiales antes de la mitad de 2010.
Lo interesante, como explicó el secretario de Salud en Oaxaca, Vásquez Villanueva, es que se ha elegido a personal bien preparado. Dice el doctor García Carrancá que hay ese personal, lo que falta es tomar como un eje de presupuestos gubernamentales enfrentar el terrible asunto, que durante años han documentado los grupos de mujeres y menudean las demandas para que se abran, también, centros especializados en atender los primeros indicios de CAU, como son las clínicas de desplacía.
En el nuevo centro de detección que en realidad es un laboratorio, aseguran las autoridades, cosa que habrá que vigilar de cerca, realizará el diagnóstico del 80 por ciento de las mujeres de 25 a 34 años de edad de Oaxaca mediante la lectura de citologías exfoliativa (laminillas de los exámenes del papanicolau) y entregará resultados antes de 21 días, a partir de la toma de la muestra con lesiones intraepiteliales, es decir, antes de lo que marca la Norma Oficial Mexicana. O sea, el compromiso es grande. Etiquetas: Palabra de Antígona de Sara Lovera
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Por Guadalupe López García Periodista con Especialización en Estudios de la Mujer por el PIEM de El Colegio de México, se ha desempeñado como guionista y productora de radio; colaboradora, editora y coordinadora editorial en diversos medios como el IMER y la SEP, La Jornada, El Día, Uno más uno, Fem y Notimex. Fue jefa del Área de Construcción de Cultura Ciudadana del Centro Integral de Apoyo a la Mujer “Esperanza Brito de Martí” en Venustiano Carranza (ahora Unidad Delegacional Inmujeres-DF y coordinadora de la Unidad Delegacional de Iztacalco del Instituto de las Mujeres del D.F. (Inmujeres-DF), hasta este año. Ha recibido reconocimientos a su labor periodística y en defensa de los derechos de las mujeres por parte de la AMMPE, Conmujer, Cimac y la delegacion Iztacalco del DF. El periodismo feminista poco se ocupa de los deportes y menos en el nivel profesional, un ámbito dominado por los hombres. Deportistas, entrenadores, comentaristas y periodistas son los que figuran en las páginas de su historia. Los campeonatos y las disciplinas para “varones” son los que más llaman la atención y dejan más dinero. Hace apenas unas semanas, el padre de las hermanas Williams, tenistas profesionales estadunidenses, comentó que una de sus hijas había jugado “como hombre”, frase que engloba la misoginia y sexismo del deporte profesional y amateur mundial.
De igual forma, las deportistas ven al feminismo como algo lejano a sus vidas. Para ellas, la “meritocracia” es el origen de sus triunfos cuando los tienen. Su trayectoria está marcada por el doble esfuerzo, tienen que afrontar primero a la familia, después a las autoridades, luego a sus compañeras y compañeros, y por último a los o las jueces o al tiempo (no sé por qué pero esta situación me suena en otros medios en los que se desarrollan las mujeres). Hay intentos de mujeres que denuncian, exigen y piden más equidad e igualdad de oportunidades, como la ex boxeadora Laura Serrano, pero el resto prefiere “no hacer olas” para evitar que las marginen.
Poco se ha hablado de hostigamiento sexual, discriminación y violencia, situación que empeora para mujeres indígenas o con limitaciones físicas. Tampoco se conoce la situación de entrenadoras, médicas o equipos que están atrás de las caras conocidas. Hay cambios, no se pueden negar. En la maratón internacional de la ciudad de México, el premio es el mismo para mujeres y hombres o ya hay reconocimientos por parte de instituciones o programas de género para deportistas con gran trayectoria. Este 6 de agosto, apenas al cierre de esta columna, la Cámara de Diputados aprobó un dictamen para tipificar el acoso sexual de entrenadores, preparadores, árbitros, directivos o representantes contra deportistas; aunque su votación se hará en la siguiente legislatura. La Comisión de Juventud y Deporte de la Cámara citó un estudio de la Asociación Deporte, Mujer y Salud que indica que de 150 atletas consultados, 71 por ciento fue víctima o conoció a alguien que sufrió acoso sexual (La Jornada, 7-ago-09).
Pese a ello, cientos de mujeres carecen de oportunidades para sobresalir, y a veces lo que queda es retirarse o dedicarse a otra cosa en el apogeo de su carrera, como las mexicanas Tatiana Guzmán o Ana Gabriela Guevara. Y eso que ellas eran de las famosas.
De igual manera pasa con las mujeres que incursionan en deportes con predominio masculino como el automovilismo, los toros –que se puede o no considerar deporte— o el boxeo, en donde son vistas como novedad o rareza, y después son olvidadas. “Una golondrina no hace verano”, para fortuna de los hombres. En otros deportes en los que no hay predomino total por algún sexo, los triunfos de las mujeres son opacados por los de los hombres. Caso específico el de Paola Espinosa, quien el 18 de julio ganó la medalla de oro en la plataforma de 10 metros en el Mundial de Natación que se llevó a cabo en Roma, Italia.
¡Le ganó a las chinas! Sí, a las reinas, a las mejores. ¡Un gran acontecimiento para México!, tan dañado por tanta crisis, malas decisiones de sus gobernantes y la ola de violencia a causa del narcotráfico. Pero, cuando voy viendo la edición del 19 de julio del periódico que leo diariamente, o sea, La Jornada, sólo apareció una pequeña foto al lado de la nota de ocho columnas. Bueno, pensé, la situación no está para darle preferencia a una deportista, por muy grande que haya sido su logro. Pero el 20 de julio, cuando empiezo a leer la primera plana, ¡Sorpresa! La foto principal, más grande que la de Paola, era de la Selección Mexicana de futbol: “el Tri, en semifinales”. Ni siquiera era una final. En la edición del 27 de julio, ¡más sorpresas! La nota de ocho columnas se la llevó la selección que ganó 5-0 a Estados Unidos y con ello una Copa de Oro.
Bueno, pensé, no es un periódico de deportes. Entonces consulté el Esto para ver de qué forma habló sobre el triunfo de Paola, y ¿qué es esto, dije? Una foto pequeña en primera plana, contra una que abarcó casi todo el periódico sobre futbol. En El Universal lo mismo. La nota de Paola fue en primera plana, pero la del triunfo de la Selección fue más grande. En Milenio, igual. Con razón, el futbol profesional mexicano, pese a la corrupción existente, los malos resultados, la comercialización al extremo de tener las camisetas, shorts y calcetas llenas de marcas, y la exaltación del patrioterismo, está por encima de todo deporte.
Pensé que en televisión pasarían una y otra vez la noticia de Paola, al menos en sus programas deportivos, como lo hacen cuando hay futbol, pero casi nada. Las entrevistas y comentarios de cajón. Creo que la información fue más prolífera en el caso del también clavadista Yahel Castillo, quien por su alcoholismo iba a ser suspendido de ese mundial y que al fin de cuentas fue admitido. Y luego para acabarla, en el foro electrónico de El Universal, Rodolfo de la Garza envió su mensaje de felicitación a Paola: “Eres el tipo de mujer que necesita este país con urgencia. Femenina y triunfadora, NO feminista y ridícula”.
Quizá en medios de algún estado o de otro país le hayan dado el espacio que Paola merecía. A lo mejor en China publicaron en primera plana: “Una mexicana acabó con el predominio chino” o en un país latinoamericano: “México superior a China, al menos en clavados”. Quizá ya es tiempo de que el feminismo se ocupe un poco más de la situación de las mujeres en el deporte y de que las mujeres en el deporte se interesen más por el feminismo, pues se quiera o no reconocer, este movimiento-teoría-filosofía también ha permeado las gradas, las butacas, los rings, las canchas, las albercas, la pista y el campo.  Etiquetas: Crónica Feminista de Guadalupe López
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Por Elvira Hernández CarballidoDoctora en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Comunicación. Profesora investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, fue jurado en el reciente Premio Nacional de Periodismo.Hace mucho tiempo, una de mis mejores amigas me citó en una café, nada extraño para charlar de todo y nada. Pero llegó nerviosa e inquieta. No saludó tan alegre como siempre. De pronto empezó a llorar. Lloraba y lloraba, sin poder articular palabra, pero intentando construirlas para hacerme una confesión. Por fin musitó dos palabras: “Soy lesbiana”. Le dije que primero que nada para mí era mi amiga, que primero estaba mi gran cariño y los buenos momentos, que no me importaba si ella era extranjera, de otra religión, de otro universo o de otro color de piel. Pero ella había tenido miedo de mi reacción, ya otras personas la rechazaban por ello. La convencí de mi amistad sincera.
Hace algunos meses, un querido amigo me envió un mensaje por celular, con cierto misterio escribe que necesita confesarse conmigo. Cuando charlamos, escucho atenta su larga argumentación, no se justifica pero se expresa con suma prudencia, finalmente logra decir la frase: “Soy gay”. Tiempo después me confió que esperaba una reacción abrupta y que nunca olvidó mi rostro tranquilo, sin expresión alguna de rechazo o sorpresa. Yo le agradecí profundamente la confianza y desde entonces lo acompaño a bailar a antros gay. Me gusta verlo bailar con esa sonrisa femenina mientras su varonil voz canta “todos me miran, porque hago lo que pocos se atreverán”.
Este tipo de experiencias me hacen preguntarme por qué gente a la que le he demostrado mi cariño y amistad, tiene temor de de compartir abiertamente conmigo su identidad sexual. Los quiero, los respeto y los admiro. ¿Qué les hace creer que deben confesarse con discreción y temor? Poco a poco he descubierto que sus experiencias han sido difíciles. Nuestra sociedad en pleno siglo XXI sigue siendo conservadora, discriminatoria, intolerante y hasta cruel. No se respeta la diversidad sexual.
Y esto lo confirmo con lo ocurrido el 23 de julio en el estado de Hidalgo cuando dos personas transgénero fueron baleadas, por el simple hecho de ser transgénero. Ellas son trabajadoras sexuales, son seres humanos, ciudadanas con derechos, personas con corazón que late como el de cualquiera de nosotras, de ellos, de todos.
Por ello, es necesario difundir la voz de Karen Quintero, presidenta de Transgénero Hidalgo, que con valentía ha denunciado este acto homofóbico y que solamente demuestran que la sociedad en Hidalgo debe sensibilizarse más en el tema y respetar la diversidad sexual.
Karen Quintero ha reconocido en diversos espacios que las mujeres transgenéricas advierten la homofobia y si bien están conscientes de esa actitud, siempre es lamentable y doloroso. Sin embargo, también de manera clara ha denunciado que ese tipo de reacciones “se originan del miedo de la gente a su propia sexualidad, que les lleva a ocultar sus deseos y a la indefinición sexual”.
Pese a lo ocurrido, es importante destacar el gran trabajo de sensibilización realizado por Transgénero Hidalgo. Un reconocimiento a su labor es la carta difundida por Humana Nacion Trans donde se declaró que “el estado de Hidalgo, y en particular el municipio de Pachuca han tenido, en sus autoridades, personas que han sido sensibles ante la vulnerabilización social que enfrentamos las personas transgénero, tal como ha quedado demostrado con la colaboración que han tenido con la organización Transgénero Hidalgo, presidida por Karen Quintero, y quien es una de las activistas transgénero mas reconocidas a nivel nacional. Cabe recalcar que nuestra compañera Karen, como coordinadora de Humana Nacion Trans en Hidalgo, cuenta con todo el apoyo de nuestra organización y de su Presidencia en las acciones que considere necesarias, ante la gravedad del atentado.”
Karen Quintero advirtió que en 20 años esta es la primera vez que se registra un suceso similar en la ciudad de Pachuca hacia las personas que ejercen el sexoservicio y pidió que se siga el caso para encontrar al responsable.
Cabe recordar que transgénero es un término que describe un amplio rango de personas que experimentan y/o expresan su género de forma diferente de lo que esperaría la mayoría de la gente. Este término incluye a las personas transexuales y travestis, así como todo aquél o aquélla que expresa características de género que no corresponden con las que tradicionalmente se asocian al sexo (o al sexo que se asume) de la persona.
La antropóloga feminista Marta Lamas afirmó que ni la heterosexualidad es natural, ni la homosexualidad es antinatural, ambas son resultado de los procesos de estructuración psíquica relacionados con el deseo de los seres humanos, y de las normas culturales que prohíben o permiten cierto tipo de prácticas.
Por ello, despreciar, discriminar o agredir a personas con una orientación sexual diferente a la nuestra es negarles su condición humana y reducir sus derechos ciudadanos. Evitemos que en el país, sobretodo en el estado de Hidalgo, mi estado adoptivo, se vuelva a repetir un caso tan triste y se respete la diversidad sexual de una persona.  Etiquetas: Meditaciones de Elvira Hernández Carballido
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Por Lucía RivadeneyraComunicóloga por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Cursó la maestría en Literatura Mexicana, en la Facultad de Filosofía y Letras. Sus libros 'Rescoldos', 'En cada cicatriz cabe la vida' y 'Robo Calificado' fueron merecedores de los Premios Nacionales de Poesía “Elías Nandino” (1987), “Enriqueta Ochoa” (1998) y “Efraín Huerta” (2003), respectivamente. En 2007, publicó la antología personal 'Rumor de tiempos'. Su material poético está incluido en numerosas antologías. La han traducido a diversos idiomas. Catedrática de la UNAM desde 1980, ejerce el periodismo en medios de circulación nacional.“No hay peor ciego que el que no quiere ver”. “No hay peor sordo que el que no quiere oír”. Refranes A la escritora e investigadora Sara Sefchovich un periódico de circulación nacional le solicitó un artículo sobre la ciudad de México y ella escribió lo que veía: “calles en las que había mierda de perro, colillas de cigarro, bolsas de frituras y envases de refrescos; parques abandonados donde lo que alguna vez había sido pasto verde era un zacate seco y amarillo; autos estacionados en doble fila o incluso sobre las banquetas, que de por sí parecían bombardeadas por tantos baches y roturas del pavimento y no eran aptas para caminar; una ciudad, en fin, en la que cualquiera ponía un puesto en cualquier parte para vender lo que sea, cualquiera se apoderaba de los espacios públicos, ensuciaba y ponía música a todo volumen día y noche sin preocuparse si los vecinos enloquecían”.
Sefchovich cuenta que el artículo nunca se publicó. Que lo que querían -dice- era el elogio al niño comiendo un helado y no el relato del peatón que se queda pegoteado en el piso porque lo que escurrió de aquel barquillo nadie lo limpia jamás; querían a la indígena que vendía artesanías pero sin que se notara su miseria, querían la puerta hermosa de la iglesia pero no la basura que se acumula en las esquinas del atrio, querían al sol posándose sobre el quiosco de la plaza pero no los faroles cuyos focos siempre están fundidos.
A partir de esta situación, la investigadora de la UNAM advirtió la facilidad infinita que tenemos para suavizar la realidad, para borrar lo que no nos gusta, para hacer declaraciones sin sustento y para mantener un discurso político y una realidad alterna.
Así, Sara Sefchovich se dio a la tarea de documentar, desde mediados de los años noventa, las declaraciones o lo que es lo mismo, las mentiras del discurso público, los documentos, los convenios, las estadísticas, las promesas… Y no tuvo duda de que en México se miente. Producto de esa labor titánica es el libro País de mentiras. La distancia entre el discurso y la realidad en la cultura mexicana. Ella ofrece un texto de casi 400 páginas en donde da un panorama de la vida cotidiana que se padece en el país, en los estados, en las ciudades en las colonias, en las familias. Y de verdad que leer el libro es como una bofetada brutal; es, quizá para muchos, un golpe que aunque se trate de esquivar se vuelve inevitable.
La mentira en México no respeta sexo, clase social, credo, nombramientos, estados civiles, profesiones, partidos políticos. Al terminar de leerlo es posible que la lectora o el lector estén en la lona, con un nocaut técnico, pero es posible que cuando se levanten brote la mentira y digan “no es para tanto”.
Pero sí es para tanto porque estamos acostumbrados a mentir. Nos lo han enseñado. Quién no recuerda la frase de la madre o padre al hijo cuando alguien los solicitaba en la puerta o en el teléfono “dile que no estoy” y el vástago informaba “dice mi papá que no está”. Esto, incluso, está documentado hasta en la literatura mexicana. Simular, fingir demencia o ya de plano hacerse pendejo es un deporte cotidiano de millones de mexicanos. Por eso, el libro duele, indigna, molesta. Pero la pregunta es ¿hasta cuándo vamos a seguir mintiendo?
Hace varios años quien esto escribe realizó una entrevista con la economista húngara Judit Kiss y ella, experta en temas mexicanos, relató la sorpresa que se llevó cuando decidió terminar la relación que mantenía con un hombre (mexicano, se comprende). Él le preguntó “¿Por qué me dejas?”. Ella contestó “Porque ya no te quiero”. Él le dijo “¡Cómo te atreves a decirme eso! Dime que me quieres aunque no sea cierto”. Kiss no comprendía. Es más, estaba escandalizada. Esto implica que no sólo el discurso oficial es mentiroso sino que las relaciones personales o incluso amorosas viven en la mentira o la exigen.
Temas trascendentes son los que toca Sefchovich: como el de la familia y todos los mitos que alrededor de ella existen; por ejemplo, que sea el espacio de amor, seguridad y felicidad que se dice es. Por el contrario, “La violencia ha sido parte integral de la vida de las familias desde el principio de la historia” y da muestras –con datos– de golpes, abandonos, encierros, torturas, gritos, amenazas, quemaduras, de padres a hijos y entre cónyuges.
O el de la llamada justicia social que, para acabar pronto, se le entiende como “caridad, y como buenas intenciones, una forma clientelar, paternalista (o maternalista) y voluntarista de legitimar al gobierno…” porque al final de cuentas lo que se hace “no es por justicia social sino por razones políticas”.
O el de la educación y la cultura, temas sobre los cuales siempre han dicho que son prioridades y siempre quedan a la zaga o son los puntos por donde empiezan los recortes presupuestales. La educación es la “catástrofe silenciosa”, como bien dice Gilberto Guevara Niebla, según cita la autora. O de la economía “sana y sólida”. O de “la nación y la identidad ¿existen?”. O los conflictos sociales y la impartición de justicia “¿algo que decir?”. Y así sucesivamente, no hay tema que la investigadora deje de lado. Da el contexto y luego el crédito a centenares de autores, con una serie de frases contundentes, algunas de una lucidez extraordinaria. Hay conciencia de muchas y muchos. Pero el proyecto político no va más allá de las buenas intenciones y de esas está hecho el camino al infierno.
País de mentiras. País reflejado hace ya mucho en los ojos de creadores como Luis Buñuel y Los olvidados, cinta con la cual los ciudadanos de entonces se sintieron agredidos y negaban las escenas. Cincuenta años después está más vigente que nunca. Por su parte, Octavio Paz y Samuel Ramos dieron sus opiniones sobre el ser del mexicano. Y nadie salió bien librado.
País de mentiras dice en una de sus solapas “Este texto se irá actualizando en la red. Seguiremos recogiendo las mentiras y buscando las explicaciones. Tenemos que hacerlo para exponer a nuestros poderosos, para que se den cuenta que nos damos cuenta. Acompáñenos en www.oceano.com.mx”.
Sara Sefchovich es mujer que tiene pasión por la palabra y por la investigación, testimonio de ella son las novelas: Demasiado amor, La señora de los sueños y Vivir la vida; en cuanto a trabajos de investigación: Ideología y ficción en la obra de Luis Spota, La suerte de la consorte: las esposas de los gobernantes de México y Veinte preguntas ciudadanas a la mitad más visible de la pareja presidencial, entre otras obras. A ella, en este espacio se le celebra la disciplina y la transformación de su “obsesión” en un libro que aporta y confronta, que exhibe e interpreta, que informa y refresca la memoria.
“La literatura es la gran mentira que dice la verdad” según Mario Vargas Llosa y su ensayo levanta el ánimo porque invita al placer de la lectura ante nuestra paupérrima realidad. Pero el Epílogo de Sara Sefchovich es desolador desde el título “La única verdad es la mentira”. Sin embargo, aquí está su libro. Un primer paso, quizá, es tomar conciencia de que la mentira y la desconfianza van de la mano y así es difícil ir por la vida.
Sefchovich, Sara. País de mentiras. Oceáno. México, 2008.
o - o - o Una mentira más:
Gas Natural México, se dice, una empresa socialmente responsable. ¡Mentira! Si usted ha tenido la mala suerte de contratarlo, quizá pueda saber a qué se debe este comentario. Para lograr una reconexión esperé 10 (diez) días -sin tomar en cuenta que dicen “entre 24 y 48 horas se hace la reconexión”- y cuando finalmente la hicieron dejaron una fuga de gas considerable. Si usted se comunica por teléfono prepárese para perder, por lo menos, 20 o 30 minutos de su tiempo. No se le ocurra hablar por celular. Cuando logre escuchar una voz humana prepárese para oír a unos jóvenes que parecen tarabillas y que es difícil entenderlos y que cada vez que le van a informar algo lo dejan en la línea y luego le agradecen su tiempo de espera. Uno agradecería un buen servicio.
Luego de pagar tuve que ir personalmente y entablar “comunicación” con un promedio de ¡nueve personas! que no solucionaron nada: el joven que me atendió en la sucursal Mixcoac (porque la sucursal Acoxpa está fuera de servicio, vivo en Coapa); después Ángel Martínez, Laura Cosme, Alejandra Gaspar, Jesús Torres, Karla Baeza, Isaí Ramírez -¿supervisor?- Alejandra Gaspar (otra vez), David Romero y Hugo López, supervisor (3 veces). Todo esto, claro, después de aguantar que en el teléfono casi me feliciten porque ya voy a poder pagar con tarjeta de crédito y de tener que escuchar un sinfín de promociones publicitarias y, además, cuando se va a poder hablar con un ser viviente hay una sensación terrorista: “para fines de calidad esta llamada puede ser grabada”. Pobres empleados.
También repetí mi historia hasta el hartazgo a cada uno y como no es posible hablar con la misma persona todos preguntan lo mismo y repiten los mismos absurdos. Les hablé en buen plan, en mal plan, con serenidad, sin serenidad, a gritos: perdí horas de trabajo. Mi hijo y yo vivimos de la caridad humana de mi familia y mis amistades, quienes nos permitieron bañarnos en diferentes hogares, como una elemental cortesía al prójimo. Además, fue necesario comer o cenar sin ganas, y con los gastos que eso implica, en diversos restaurantes. Todo durante diez días.
El señor Isaí Ramírez tuvo el decoro de decirme “como no se ha arreglado su problema en estos dos días miércoles y jueves, va a ser hasta la semana que entra. No sé si se pueda antes”. Sí, así lo dijo, con singular pasión. Al fin que él sí tenía gas, agua caliente y comida hecha. Y lo cumplió, digo lo de la semana que entra porque el martes no hicieron la reconexión. De pronto, hablé con Hugo López a quien oooooooootra vez le repetí la historia, juró que al día siguiente, antes de las doce del día. A las doce y veinte minutos le llamé para decirle que sus palabras habían sido falsas. Volvió a jurar.
Entre el día que se pagó la reconexión y el día que vinieron a hacerla pasaron 12 (doce) días de espera. Luego de la gloriosa reconexión, dejaron una fuga de gas. Como yo había salido de casa, un buen vecino la reportó.
Tengo una certeza: Gas Natural México es una empresa socialmente irresponsable. Además, bajo la supuesta promoción de que sería más barato este servicio que el del gas tradicional, fueron muchos los que cayeron en la trampa. Hoy en día se paga lo mismo o más. ¿A quién benefició o beneficia la concesión dada a la empresa española Gas natural? A los clientes no.
¡Ah! El menú telefónico que Gas Natural México ofrece no da opción de ningún número para quejas. Qué tal. Etiquetas: Cotidianidades de Lucia Rivadeneyra
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Por Teresa Mollá CastellsPeriodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España.
En el día de hoy me he visto gratamente sorprendida por un tema que desconocía. Leía en prensa digital a primera hora de la mañana que “Un colectivo de mujeres católicas reclama 'paridad en la Iglesia”. Después de leer con atención la noticia he visitado el espacio web de este colectivo de mujeres llamado COLLECTIU DE DONES EN L’ESGLÉSIA y la sorpresa, como decía antes ha sido mayúscula. Resulta que en el manifiesto que este colectivo de mujeres elaboró para el pasado ocho de marzo se hace una defensa sin reservas del derecho a la vida, a la libertad de las mujeres para poder decidir y del respeto enana sociedad democrática y plural. Así pues, a los señores de faldas largas y negras les están plantando cara desde dentro sus propias mujeres en varios frentes de los considerados importantes como lo son el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo y a la exigencia de la paridad dentro de la propia iglesia católica.
En cuanto a la exigencia de la paridad dentro de la iglesia, el colectivo dones en l’església, no lo hace sólo desde un planteamiento formal. Lo plantean primero como un atentado al os derechos humanos puesto que cualquier persona que tenga o tiene responsabilidades dentro de la iglesia siempre es un hombre, por lo cual la discriminación por razón de género es una realidad palpable.
También aducen razones teológicas para exigir esta paridad, puesto que según ellas “En ninguna parte de los Evangelios hemos encontrado prácticas tan desproporcionada en contra de la igualdad de derechos".
Como podemos ver al final, los derechos de las mujeres son, para la jerarquía de la iglesia católica, algo que no tiene valor y que por tanto puede ser obviado y pisoteado sin ningún temor.
Pero al mismo tiempo y como vemos en la propia noticia y en el espacio web de este grupo de mujeres catalanas y católicas, este sistema patriarcal, androcéntrico, machista y misógino ya se está cuestionando. Y, lo que resulta más evidente es que estas reivindicaciones justas de estas mujeres, ya aparecen en los medios de comunicación dando a entender de este modo que con su disconformidad con el sistema no se resignan a seguir calladas y olvidadas dentro de esa estructura opresiva y anquilosada.
He de reconocer que además de sorpresa, he sentido alegría y que después de haber “navegado” un poco por su espacio web, merecen todo mi respeto y mi apoyo puesto que si la lucha por la igualdad en general es dura, la suya en particular me parece extremadamente valiente, ya que han plantado cara a una de las instituciones con más raigambre machista y misógino que existe, al menos en el mundo occidental.
De repente he reconocido desde mi interior el sentimiento de la sororidad, del hermanamiento hacia ellas, pese a mi condición de atea reconocida públicamente. Van a necesitar de las voces de todas las personas, mujeres y hombres que creemos que todo el mundo tenemos voz propia y derechos de ciudadanía propios más allá del sexo con el que hayamos nacido o el género al que pertenezcamos.
Van a necesitar de todo el apoyo que podamos brindarles, más allá de las creencias que cada una de nosotras tengamos, para que su voz se escuche alta y clara allá donde tenga que ser escuchada.
Y sobre todo vana a necesitar que sigamos denunciando las tropelías que en contra de los derechos de las mujeres, de todas las mujeres, siguen cometiendo los de las faldas largas y negras que pretenden con su hipócrita actitud, imponernos unas creencias que discriminan y subordinan a la mitad de la población que somos las mujeres.
Por mi parte les brindo a estas mujeres todo mi apoyo y solidaridad en sus reivindicaciones que no dejan de ser, también las de muchas, muchísimas mujeres creyentes o no, a los que estos señores niegan los más elementales derechos de ciudadanía y les otorgan siempre y en todos los ámbitos un papel secundario y subsidiario. Etiquetas: Mujeres Sabias y Brujas de Tere Molla
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Por Teresa Mollá CastellsPeriodista y feminista en Ontinyent, Valencia, España.
La pasada semana se celebró una cumbre de los países del G-8 en Italia, concretamente en la ciudad de L’Aquila que fue devastada por el terremoto de meses pasados. En esta reunión de alto nivel internacional, y después del silencio en la cumbre del año pasado sobre el tema del hambre en el mundo, este año parece que las personas que dirigen los países más ricos, han decidido mirar hacia la miseria y el hambre de quienes menos tienen en el mundo y, pese a la crisis económica y financiera mundial, han acordado aumentar la ayuda para la cooperación internacional de los 15.000 millones de dólares previstos inicialmente a 20.000 millones. El compromiso se bautizó como Iniciativa de L'Aquila para la Seguridad Alimentaria.
Dicha iniciativa recoge el objetivo de incentivar la inversión internacional en la agricultura para evitar que los países pobres tengan que malvender sus terrenos cultivables. Y acuerda destinar una parte del fondo a facilitar el acceso a agua potable y de riego.
Y aquí comienzan mis dudas sobre los criterios que regirán la distribución de estos fondos y a qué población irán dirigidos, puesto que cómo sabemos dentro de los colectivos más vulnerables en los países más pobres del mundo están la infancia en su conjunto, pero sobre todo las niñas, y las mujeres.
Si tal y cómo han anunciado, se va a destinar mayoritariamente este dinero a al agricultura, espero que también se hayan diseñado o se diseñen estrategias que contemplen el impacto de estas medidas en las niñas y en las mujeres de manera que tengan derechos de acceso a los recursos en igualdad de condiciones que los hombres.
Pero también que tengan las mismas oportunidades que los varones a la formación que se pueda impartir para poder aprovechar al máximo la ayuda que teóricamente recibirán, puesto que nos podemos encontrar con que, mientras se construyen las infraestructuras para que la poca agua existente en algunas zonas se potabilice y se conduzca a los regadíos, sean las niñas las que tengan que recorrer grandes distancias para poder traer el agua para consumo humano y de regadío.
Este hecho, que no es de mi invención en absoluto, convierte a las niñas en seres analfabetos puesto que su formación se abandona en aras a la necesidad de transportar el agua para la familia o comunidad. Y este es sólo un ejemplo, pero hay más.
Si no se tiene en cuenta a las mujeres en el diseño de políticas de desarrollo de las diferentes comunidades corremos el riesgo de que la inversión se convierta en “pan para hoy y hambre para mañana”. Y el hambre para mañana volverá a cebarse, mayoritariamente en las mujeres y las niñas como consecuencia del sistema androcéntrico en el que nos seguimos moviendo a nivel, también planetario.
Se ha demostrado que la inversión en formación y capacitación de las mujeres en zonas altamente deprimidas económicamente, ha supuesto una mejora para el conjunto de la comunidad en la que se ha invertido, puesto que el alto sentido del cuidado de la vida que tenemos las mujeres, nos lleva a optimizar los recursos que recibimos en aras a multiplicarlos y de esta manera asegurarnos la alimentación de nuestras hijas e hijos.
Con esto quiero decir que hemos de estar vigilantes sobre los criterios para la utilización de los medios que se van a distribuir de forma que este reparto tenga en cuenta las necesidades, no sólo de las mujeres de hoy, sino también de las de mañana. Y estas pasan por la formación de las niñas como prioridad para su propio empoderamiento futuro y el cuidado de su salud en igualdad de condiciones que la de los niños.
Si no se consigue que en las estrategias para el reparto de estos fondos estén presentes las políticas que tengan en cuenta los intereses y prioridades de las mujeres y a las niñas, estaremos condenando, de nuevo, a la miseria y a la muerte a más de la mitad de la población de estas zonas. Y de nuevo serán las mismas: las niñas y las mujeres. Etiquetas: Mujeres Sabias y Brujas de Tere Molla
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